Heraldo-Diario de Soria

TURISMO

El Burgo de Osma, donde la fe se hace piedra

El Burgo de Osma entra en la red de los Pueblos más Bonitos de España gracias a una historia marcada por ser sede episcopal en la que la fe aflora en forma de patrimonio

La catedral de El Burgo de Osma, todo un símbolo de la localidad. HDS

La catedral de El Burgo de Osma, todo un símbolo de la localidad. HDS

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Soria

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Siempre lo ha sido, pero ahora lo puede escribir en mayúsculas. El Burgo de Osma (Soria) figura ya como uno de los Pueblos más Bonitos de España tras entrar a formar parte de la red que los reconoce de forma oficial. Lo que fuese una ‘ampliación’ de la Ciudad de Osma, ahora forma con ella uno de los destinos más atractivos de Castilla y León. Celtíberos, caballeros medievales, ecos de las Américas, aires universitarios, recios soportales castellanos, declaraciones de interés turístico tanto para la localidad como para sus actividades... El Burgo no sólo es una sucesión de rincones de postal, sino también de experiencias.

Pero si hay un eje en torno al que fluye la vida, con permiso del río Ucero y el Abión, es su catedral y la titánica torre que marca un hito en el paisaje. Y en el paisanaje, que incluso el gentilicio cariñoso de ‘obispillos’ nace a su sombra. Es todo un símbolo de una tierra que cambió de manos, siempre dejando constancia de nuevos y viejos pobladores.

Una de las primeras paradas, antes de entrar al casco urbano, es la del yacimiento de Uxama, del que deriva el topónimo de Osma. De origen celtíbero, fue junto con Numancia una de las grandes localidades ‘aprovechadas’ por el Imperio tras la conquista. Hoy pasa cerca la Autovía del Duero; hace casi 2000 años lo hacía la vital calzada romana que unía lo que hoy es Astorga (León) con Zaragoza. Entonces era una mansión de parada y fonda obligada, algo que aún mantiene bien vivo El Burgo de Osma. En la actualidad se puede visitar el yacimiento y un pequeño museo, aunque ya hay anunciados trabajos para mostrar con mayor profusión el legado milenario de esta tierra.

La antigua Uxama Argaela pasó a ser la Osma visigoda y comenzó a fortificarse, viviendo incluso un traslado a unas tierras cercanas. Cayó en manos musulmanas, de lo cual da fé la atalaya que aún hoy se erige vigilante. Fue reconquistada y, vaivenes de aquella época, una pieza codiciada que cambiaba de ‘titulares’ con cierta frecuencia hasta estabilizarse en los albores del siglo XI. El castillo de Osma es testigo de la época y las recientes restauraciones permiten disfrutar de este icono entre los ríos Ucero y Abión, habiendo recuperado un atractivo turístico más –como si le faltasen– para la zona.

Antiguo Hospital de San Agustín de El Burgo de Osma. HDS

Antiguo Hospital de San Agustín de El Burgo de Osma. HDS

Cuando se envió a un grupo de monjes desde Francia a consolidar el territorio para la cristiandad nació El Burgo de Osma. Entre aquellos religiosos se encontraba el hoy conocido como San Pedro de Osma, que se propuso erigir una catedral. En torno a ella fue naciendo un próspero burgo que, con el tiempo, configuró la actual localidad. Sí, la pequeña Osma es la ciudad, El Burgo de Osma es la ‘expansión’. Se propusieron hacerlo a lo grande y les salió.

La catedral de Santa María de la Asunción, tanto por dentro como por fuera, es un compendio de arte. Como en tantos otros templos se fueron ampliando y renovando las estancias, pero también se conservaron vestigios anteriores. El románico asoma en restos del  claustro y la sala capitular; el gótico fluye por doquier; la torre barroca corona el conjunto; y en su interior aparecen trazos de historia en forma del sepulcro de San Pedro de Osma o la capilla de Juan de Palafox, quien fuese Virrey de Nueva España.

Dentro de las cuidadas murallas de El Burgo, la torre marca una visita imprescindible en la que el camino también merece la pena. Los antiguos soportales y las cuidadas casas antiguas flanquean la calle Mayor y la conectan con otras joyas como el Centro Cultural San Agustín, otro emblema que ya tiene proyectada una restauración.

Enfrente el Ayuntamiento ayuda a delimitar una plaza Mayor que –una vez más– está en proceso de renovación con guiños a su pasado. Hay quien la considera un perfecto ejemplo de plaza castellana, más aún cuando los accesos son francamente bellos y tradicionales.

El Palacio Episcopal, el Seminario de Santo Domingo de Guzmán o el convento del Carmen también son fieles testigos de cómo la relación eclesiástica forjó el carácter y la estética de El Burgo. Otra visita más que recomendable es el hospicio, una obra autorizada por la Corona a petición del Obispo Eleta. Tiene 365 ventanas, una por cada día del año.

Para rematar, nada mejor que dejarse caer por la antigua Universidad de Santa Catalina, hoy hotel termal. Y es que El Burgo de Osma-Ciudad de Osma no es sólo patrimonio, es haberlo sabido mantener, engalanar y ofrecer.

Reconocimientos desde la Semana Santa a las Matanzas

Entrar en la red de Los Pueblos más Bonitos de España siempre es motivo de orgullo y alegría, pero para El Burgo de Osma-Ciudad de Osma no es ni el primer ni el segundo reconocimiento. Desde su sobria y sentida Semana Santa hasta las Jornadas Ritogastronómicas de la Matanza, los reconocimientos se han sucedido a lo largo de los años.

La matanza del cerdo se transforma en El Burgo de Osma en toda una experiencia. HDS

La matanza del cerdo se transforma en El Burgo de Osma en toda una experiencia. HDS

Por orden cronológico, lo más cercano son las Matanzas que cada año celebra el Virrey Palafox, uno de los establecimientos señeros de la tradición castellana y leonesa. Desde el pasado 21 de enero hasta el 16 de abril, todos los fines de semana se recrea la matanza del cerdo en unas jornadas didácticas declaradas de Interés Turístico Nacional hace ya 37 años.

Ha exposiciones, música tradicional, sesiones didácticas y más en la denominada ‘Cerdoexperiencia’, que culmina con un menú de los de antaño. La expresión «eres más grande que el día de la matanza» cobra aquí sentido a través de 22 platos que muestran cómo el cerdo ha sido durante siglos la despensa popular de estas tierras. Una excusa excelente para acercarse a conocer El Burgo de Osma, comer, conocer y darse después un sano paseo para disfrutar de sus rincones y bajar las viandas.

También de Interés Turístico, pero este Regional, es su Semana Santa. En una localidad marcada por la Iglesia tanto en su patrimonio como en sus hijos célebres, la devoción es mucha y el valor artístico y social de las procesiones también. El municipio supera por poco los 5.000 habitantes y el núcleo de El Burgo de Osma-Ciudad de Osma no llega a 4.000, pero aún así en Viernes Santo más de 20 pasos dan lustre a una de las procesiones más espectaculares en el este de Castilla y León.

Sobria y sentida, también suma para los amantes del arte alicientes innegables. No todos los días se pueden ver tallas de Juan de Juni en movimiento, pero el Domingo de Pascua las bellas calles burgenses arropan la obra del irrepetible escultor en estampas inalteradas durante siglos.

La plaza Mayor de El Burgo con las alfombras florales del Corpus. HDS

La plaza Mayor de El Burgo con las alfombras florales del Corpus. HDS

Otra fecha en la que la visita es aún más merecida es el Corpus. Las alfombras florales de El Burgo son afamadas en toda la provincia, una vez más engalanando calles y plazas conservadas con todo su sabor tradicional. El color, la alegría y la colaboración vecinal contrastan con la recia piedra y la madera iluminando la localidad con diseños espectaculares.

La celebración de la Virgen del Carmen o las fiestas de la Virgen del Espino y San Roque brindan diversión y hospitalidad, pero también una oportunidad para disfrutar del baile de La Rueda. Otra tradición, una más, bien viva.

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