Heraldo-Diario de Soria

La CHD «pasa» de agricultores y ganaderos en el borrador del Plan Hidrológico

Opas, técnicos y administraciones locales volverán a hacer frente común en un alud de alegaciones a un texto que complica la actividad del campo y castiga a los regadíos

Un agricultor junto a un pozo.

Un agricultor junto a un pozo.

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SANTIAGO G. DEL CAMPO
Soria

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No nos han hecho ni caso. Han pasado olímpicamente de todas las propuestas que planteamos en el Esquema Provisional de Temas Importantes (EpTI) del nuevo Plan Hidrológico de la cuenca del Duero». Con estas palabras el presidente del Colegio Oficial de Ingenieros Técnicos Agrícolas y Graduados en Ingeniería de la rama Agrícola de Castilla-Duero (CoitaCD), Gumersindo Sanabria, lamenta el borrador del Plan Hidrológico de la demarcación, recién sacado a consulta pública por la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD).

«Siguen en sus trece de cobrar tasas, de no hacer caso a las comunidades de regantes, tanto las de aguas subterráneas como las de canales, a las que hacen responsables de todo», añade en respuesta a este periódico. «Van a tener que pagar hasta por la sombra. Ya les están haciendo instalar contadores de todo tipo. No nos oponemos a que el agua se debe controlar, pero ¿a cambio de qué?».

Y es que el borrador del nuevo Plan Hidrológico 2022-2027 no recoge «ninguna» de esas alegaciones que presentaron técnicos, Organizaciones Profesionales Agrarias (Opas), administraciones locales e incluso la Administración autonómica dentro del plazo. Un aluvión que se tradujo en 819 escritos de oposición al cierre del periodo de exposición pública, el pasado 30 de octubre, que rechazaban «trabas y peajes» en la gestión del agua.

El proyecto del nuevo Plan Hidrológico que tramita la CHD no gusta los agentes de la agricultura y la ganadería. Sin embargo, el Organismo de cuenca valoró en su día el alto número de alegaciones no como una amplia oposición al texto, sino como «un alto grado de participación» en el proceso de consulta pública.

«El borrador del Plan hace a agricultores y ganaderos responsables de todos los problemas ambientales, y no ofrece ninguna contraprestación a los muchos peajes que establece. Si al menos el Plan hiciera responsable de algo a la CHD, si se comprometiera a mantener las infraestructuras, a mejorar las redes, a limpiar los cauces, ¡a algo!», reprocha Sanabria. «No puede ser que no haya ninguna contraprestación cuando se obliga a los regantes pagar por todo». 

Para colmo de males, el presidente del CoitaCD menciona una lista de problemas añadidos, como la subida del precio de la electricidad. «No pueden regar todos por la noche y todos a la misma hora. De momento no dan ninguna solución a los profesionales agrarios, a los que tampoco beneficia la bajada del IVA de la luz porque todos superan los 10 kilovatios en sus contratos».

«El borrador del Plan Hidrológico no nos hace ningún caso, y solo plasma en papel todas las propuestas que había hecho la CHD en el trámite del EpTI. Suben los cauces ecológicos, con lo cual hay menos agua para el riego. Ni puñetero caso en el asunto de la regulación de la cuenca, no proponen ni un pantano más, ni incrementar la altura de cota como les habíamos solicitado. No entiendo cómo una persona que está para administrar desoye de esta manera a todos sus administrados», critica Sanabria.

Si en alguna cosa se atisba que la CHD vaya a ser más permisiva, y tampoco mucho, es en las normas sobre zonas inundables. Restricciones que afectan de forma muy directa, por ejemplo, a los populicultores, a los que se les prohíbe plantar chopos en las riberas de los ríos sin ninguna causa medioambiental coherente. «Pero es que lo de las zonas inundables es un asunto de cajón de armario», señala Sanabria. «Por otro lado, sospechamos que ahí podrían ser más permisivos porque hay muchos ayuntamientos que construyeron piscinas y polideportivos en zonas inundables».

Por otro lado, el presidente del CoitaCD recuerda que la propiedad de las tierras, aun afectadas por zonas inundables, son de los agricultores y no de la CHD, y deben tener derecho a cultivarlas. «Y si no, ¿por qué las concentraciones parcelarias han permitido que esos terrenos sigan estando ahí? ¡Dejen las choperas tranquilamente, que no hacen nada, y mantenga usted el curso del río!», subraya el representante de los ingenieros técnicos y graduados agrícolas. «Lo que pasa siempre es que no los mantienen, no los limpian, y por eso se producen atascos en puentes que agravan las inundaciones». Por otro lado, el cuidado de los agricultores en esas zonas es algo que está a la orden del día ya que«son los más perjudicados en caso de inundación».

FRENTE COMÚN

El CoitaCD tiene previsto retomar a principios de septiembre ese frente común que consiguió presentar el documento de alegaciones más respaldado por los agentes del sector, junto con el apoyo de los otros dos colegios de la Comunidad –el de León y el colegio Centro, que agrupa a las provincias de Ávila, Segovia y Soria–, y de la Diputación de Valladolid. Un documento que contó con la participación de 20 colectivos agrícolas y sociales que se opusieron frontalmente a la reforma del Plan Hidrológico de la Cuenca del Duero presentado en el EpTI. 

Entre esos colectivos, estamparon su rúbrica las Opas, la Cámara Agraria Provincial, la Asociación de Aguas Subterráneas de Castilla y León, las comunidades de regantes, las mancomunidades, la Unión de Cooperativas de la Comunidad (Urcacyl), medios de comunicación especializados y otros profesionales del sector. 

«Estamos con los primeros contactos, y lo principal es que retomaremos la mesa a principios de septiembre. La idea es volver a reunirnos, porque hicimos una buena labor, para presentar alegaciones comunes, aparte de las que quiera presentar cada uno luego por su cuenta, según crea conveniente», explica Sanabria. «Elaboraremos un amplio documento, tenemos de plazo hasta el 30 noviembre».

De parecida opinión es el secretario general de Asaja Castilla y León, José Antonio Turrado: «El borrador del Plan Hidrológico casi es un calco de lo que se vio en el Consejo del Agua en diciembre, el EpTI. Lo importante era aquello y ahora es lo que desarrollan», lamenta. 

«De todo lo que discrepábamos en aquel momento las Opas y la Administración autonómica discrepamos lo mismo, porque se ha trasladado todo, más amplio», añade. «Todos vamos a trabajar en ello, no hay que tener prisa, y de cara a septiembre presentaremos alegaciones en consonancia con los regantes y la Consejería de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural. Si es así, podremos hacer la fuerza suficiente para todo lo que vimos en diciembre que no nos gustaba».

BALUARTE

Turrado hace también un llamamiento a formar un frente común «de todos los que defendemos intereses comunes», para crear «una fuerza colectiva aparte de la individual, de sectores que convergen». Eso sí, cree que hoy por hoy la Consejería de Agricultura es el  «principal baluarte» del sector. 

«Se está planteando clarísimamente no una ampliación de los regadíos, sino que se está planteando reducir la superficie de riego principalmente en riegos de sondeos», advierte Turrado. «Otro componente novedoso es una penalización tremenda por la utilización de agua donde se considera que no tiene la calidad cuantitativa o cualitativa suficiente. Más que nunca se castiga la actividad agraria, y también se profundiza más en el coste del agua, en pagar más de lo que se está pagando actualmente».

Se trata de «una vuelta de tuerca para encarecer estos costes». Un gran perjuicio para agricultores y ganaderos en un sector donde «los precios nos los ponen otros y no podemos asumir un coste del agua que no podemos compensar».

En cuanto a los temas ambientales, Turrado lamenta también la ampliación de los caudales ecológicos aunque prevé, como Sanabria, que la CHD cederá un poco en las zonas inundables. «En la populicultura y las zonas inundables van a ceder un poco porque hay muchos alcaldes del PSOE que construyeron equipamientos públicos en estas zonas», augura. 

«A nosotros nos afecta porque lo que se inunda son nuestras tierras, y no compartimos el criterio de que los cauces hay que dejarlos y no actuar en ellos. Se dejan llenar de maleza y suciedad y se inundan. La Confederación dice que donde vaya el agua no habría que cultivar y en eso chocaremos siempre», concluye.

Una visión totalmente distinta de la gestión del agua es la que difunde al CHD, para quien el borrador del PlanHidrológico, en la línea conservacionista del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (Miteco), solo tiene aspectos positivos. El Organismo gestor de la cuenca anunciaba hace pocos días la apertura del periodo de consulta pública, y animaba a la participación en el borrador del Plan Hidrológico.

«El borrador del Plan Hidrológico de la Demarcación para el período 2022-2027 implementa una serie de medidas transformadoras con el objetivo de afrontar el cambio climático, reducir la contaminación difusa, preservar y recuperar los ecosistemas fluviales, garantizar un adecuado saneamiento y depuración de las aguas residuales y mejorar la eficiencia en el uso del recurso», explicó la Confederación.

Para la CHD «el principal reto de esta nueva planificación es que todas las masas de agua de la demarcación hidrográfica del Duero y los espacios protegidos vinculados a ellas alcancen un buen estado antes de final de 2027. Para ello el Plan Hidrológico plantea un ambicioso programa de medidas cuyo coste asciende a 2.700 millones de euros, al que harán frente de forma conjunta administraciones y usuarios».

De cara a este tercer ciclo de planificación hidrológica, el Plan ofrece «un importante programa de restauración fluvial estructurado en dos grandes grupos: medidas de restauración que afectan a 227 masas de agua tipo río con 5.000 kilómetros fluviales y medidas de mitigación que afectan a 153 masas designadas como muy modificadas o artificiales con el fin de que puedan alcanzar el buen estado ecológico en las mismas».

Además, el borrador plantea «medidas adicionales y acciones reforzadas para revertir el problema de la contaminación difusa que afecta al 22,4% de las masas de agua superficial y al 25% de las masas de aguas subterráneas, con presiones significativas debido, principalmente, a los excedentes de aportes de nutrientes de origen agrario».

La nueva planificación «recoge medidas para reducir el uso intensivo de las aguas subterráneas que ha provocado una importante disminución de los niveles piezométricos de aquellas masas de agua de la cuenca que mayor volumen de extracción soportan, evidenciando la necesidad de adoptar medidas más intensas y efectivas tanto de gestión como de inversión». La CHD justifica en esas medidas gran parte de los peajes que quiere imponer a los regantes.

SOSTENIBILIDAD

«La sostenibilidad del regadío es otro de los temas importantes abordados en el borrador del Plan», asegura la CHD. Una ‘sostenibilidad’ que, para muchos agentes del sector, lo que realmente impulsa es «el postureo de las políticas verdes» por delante de la sostenibilidad económica de agricultores y ganaderos. Esa ‘sostenibilidad’, continúa el gestor de la cuenca, «se vincula a la necesaria garantía de suministro en un horizonte de reducción de aportaciones por efecto del cambio climático tanto para los regadíos existentes como los nuevos regadíos de Payuelos y La Armuña».

El plazo de exposición pública del nuevo Plan Hidrológico 2022-2027 se prolongará por un periodo de seis meses «para presentar propuestas, observaciones y sugerencias que podrán incorporarse al documento final». Por otra parte, la CHD «celebrará distintas sesiones de presentación del Plan para facilitar el estudio del documento y poder formular alegaciones, además de talleres de participación activa y sesiones específicas de carácter presencial».

Todo ello va en consonancia con el anuncio de la ministra de Transición Ecológica y Reto Demográfico, Teresa Ribera, quien presentó, el pasado 21 de junio la nueva planificación hidrológica de todas las cuencas de España, para «abordar la gestión del agua en un escenario de cambio climático», aseguró en su intervención. Los denominados planes hidrológicos del tercer ciclo (2022-2027) «cambian el enfoque de la gestión del agua en España, en línea con el Pacto Verde Europeo, y con los objetivos de adaptación al cambio climático».

La nueva planificación «permitirá priorizar mejor los usos del agua, gestionar las grandes avenidas y sequías, y definir unos caudales ecológicos que aseguren la protección de las aguas y sus ecosistemas», aseguró la ministra, que no escatimó parabienes para estos documentos. Unas buenas palabras que anunciaron también peajes, tasas y encarecimientos para los riegos: «los Planes Hidrológicos no pueden seguir avalando prácticas del pasado que nos han conducido a la sobreexplotación de los acuíferos, la contaminación de las masas de agua y el deterioro de nuestros ríos», anunció. Siniestras palabras para los que viven del campo.

 

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