Heraldo-Diario de Soria

Cultivos hortícolas

El cardo rojo, en ‘jaque’ por el cambio climático y la falta de productores

El calor del verano y el exceso de precipitaciones en otoño han condicionado los resultados de este cultivo con demanda creciente pero sin relevo generacional por el trabajo que requiere

El calor del verano y las lluvias del otoño han vuelto a pasar factura a la producción de cardo rojo de Ágreda.

El calor del verano y las lluvias del otoño han vuelto a pasar factura a la producción de cardo rojo de Ágreda.MARIO TEJEDOR

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Soria

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La producción de cardo rojo de Ágreda ha vuelto a quedarse corta estas Navidades para atender a la creciente demanda y el culpable no es otro que el tiempo. Y es que buena parte de las unidades no han llegado a tiempo porque se han pasado por el calor, mientras que otros estaban podridos por el exceso de precipitaciones de octubre y noviembre. Lo peor es que los cultivadores de cardo rojo temen que esta tónica se repita en años venideros por el cambio climático que está experimentando el terreno.

Y es que la producción se ha visto resentida entre un 30 y un 40% sobre el total, con lo que ha dejado una oferta más que escasa para las Navidades, el periodo de mayor demanda del cardo rojo, presente en los menús de muchas casas. De hecho, el grueso de la demanda gira en torno a la época navideña, cuando se ponen en el mercado más del 80% de las unidades, así que tapando los cardos algo más de mes y medio antes da tiempo de sobra para que los cardos adquieran su característico color rojo y crezcan con la maduración correspondiente.

Pero esta vez para Nochebuena apenas había unidades, y mucho menos para Nochevieja y Año Nuevo. Así, las pérdidas entre los cultivadores han provocado un ligero incremento en el precio de las unidades, que se han vendido de media entre los 12 y los 15 euros.

Una situación que arrastran los productores desde hace unos años por las elevadas temperaturas de los últimos veranos, unido al exceso de calor de los meses de otoño, que retrasa el trabajo de cubrir los cardos con tierra, pero al mismo tiempo, al no hacer frío se acelera su maduración, de tal modo que no resisten hasta las Navidades. Y por si fuera poco las incesantes lluvias de octubre y noviembre han dado al traste con otra buena parte de las unidades, «podridas».

El problema se agudiza cada temporada, dado que la oferta que hay no puede satisfacer la demanda, en crecimiento debido a que cada vez son más los consumidores que tienen conocimiento del producto, gracias sobre todo a la implicación del Ayuntamiento con la organización de las jornadas del cardo rojo de Ágreda que este año vivieron su XIV edición.

Un panorama que resulta complicado, puesto que no hay relevo generacional. Y es que es un cultivo que requiere más trabajo manual que otros. Y eso que ya se pueden cubrir los cardos de manera mecánica. «La gente joven ya no quiere el campo. Prefiere irse a una fábrica y meter horas extras ahí los fines de semana a trabajar la tierra, por lo que apenas quedan media docena de productores a mayor escala; el resto cultiva ya sólo para su autoconsumo», indica Juan Pablo Omeñaca, horticultor y frutero en Ágreda.

El alcalde de Ágreda, Jesús Manuel Alonso, confía en la concentración parcelaria de la zona, ya en tramitación, y la modernización del regadío para que el cardo rojo consiga su impulso, puesto que mejorará las posibilidades de potencialización de cultivos alternativos como son los hortícolas, que dejan rendimientos superiores a los herbáceos tradicionales de secano.

Alonso, que también es productor de cardo, constata que «cada año se produce un incremento en la demanda de cardo rojo, sobre todo donde hay cultura y hábito de elaboración de esta verdura para los platos de Navidad, como es la comunidad vecina de Navarra», pero reconoce que falla la capacidad de producción. «No hay gente que quiera cultivarlo, pese a que se ha conseguido una importante validación del cardo en los últimos años y es altamente cotizado, dado que hasta ahora era desconocido y se reducía al mercado local». Por ello, sigue pendiente generar el valor añadido en la localidad a partir de elaborados de cuarta o quinta gama, que es lo que busca el cliente en los lineales. Hasta ahora lo más complicado, dado que es un producto que tiene el inconveniente de su transformación y, por tanto, debe consumirse en fresco, directamente de la mata, por su oxidación.

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