Heraldo-Diario de Soria
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LA LÍNEA FERROVIARIA entre Soria y Madrid es un ejemplo del olvido de la provincia y del encaje de bolillos que hay que hacer entre instituciones para mantener un servicio deficitario aunque público que deben tener garantizados los territorios. Renfe pondrá en marcha a partir del próximo lunes los nuevos trenes de la serie TRD que sustituirán a los actuales y que supondrá un recorte en el tiempo de viaje con la capital de España. La incorporación de estos convoyes después de una larga espera de meses es en realidad un segundo plato para los sorianos que necesitan el mantenimiento de la línea y su mejora con el fin de que el servicio sea atractivo y pueda luchar con el transporte por autobús. Es cierto que el Ministerio de Fomento está haciendo una inversión considerable para la renovación de raíles entre Soria y Madrid pero debe ir acompañada de un cambio de los trenes por modelos competitivos de lo contrario es como si se renueva la cocina y se deja la lavadora vieja. Los nuevos trenes que entrarán en funcionamiento dentro de cuatro días, Tren Regional Diesel (TRD) 594, son modelos ya utilizados en otros trayectos que llegan a Soria después de retirarse de otras líneas. Es decir, llega lo que no quieren en otras provincias. Y parece que hay que conformarse porque más vale que se mantenga la única línea que queda en la provincia no vaya a ser que la quiten. Si el Ministerio de Fomento está acometiendo una inversión significativa en esta línea, en el mes de mayo el Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif) adjudicó las obras en el tramo entre Coscurita y Torralba, que supondrá una inversión de 20 millones, y el servicio se mantiene gracias al esfuerzo económico que realiza la Junta, la pregunta es ¿porqué Renfe no puede poner unos trenes competitivos que reduzca el tiempo del viaje desde Soria a la capital de España en menos tiempo cuando parece que esta línea no corre peligro, al menos mientras la mantenga la Junta? A veces parece que ni la propia administración, en este caso el Estado, confía en mantener la línea.

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