La salud de la Diputación
LEÍA estos días en el Diario la noticia sobre la buena salud económica de la Diputación provincial de Soria. Hablan, incluso, de que la deuda de esta institución podría quedar reducida a cero a finales del próximo año. El punto de partida en 2012 eran unas deudas de veintidós millones de euros. Se miren como se miren estas cifras, es una gran noticia. Y me apetece resaltarlo. La actualidad política y económica de este bendito país está salpicada, un día sí y otro también, de asuntos que tienen que ver con la mala gestión de las instituciones públicas, con agujeros millonarios que comprometen a los ciudadanos casi de por vida. Saber que una institución está en la situación en la que se encuentra la Diputación de Soria es siempre un alivio, independientemente de lo que se piense sobre la utilidad o no de estas administraciones a nivel general. En una provincia como Soria, tan especial, la Diputación hace su papel, es evidente.
Por supuesto que hay asuntos en los que mejorar. Seguro que todos tenemos ideas que aportar. Pero, insisto, eso no quita para reconocer que las cosas se están haciendo bien. Cuando hablamos de administraciones endeudadas hasta las cejas, bueno es reconocer cuando se hacen las cosas de manera adecuada. Me vienen a la cabeza proyectos en los que la Diputación ha intervenido decisivamente para que hayan llegado a buen puerto, amén de la gestión diaria de la institución.
Me refiero a la puesta en marcha de la antigua Puertas Norma. Creo que no se puede discutir que la actuación de la Diputación ha sido relevante para que la fábrica de San Leonardo vuelva a estar viva hoy. Otro de los asuntos en los que se ha hecho un buen trabajo es en el de las residencias de ancianos que gestiona esta institución. Años y años de déficits acumulados, con críticas sistemáticas, y, por fin, alguien se atreve a meterle mano al tema al problema. Como cabía esperar, el revuelo que se montó fue de órdago; pero un par de años después está claro que la gestión ha mejorado mucho, se han reducido las pérdidas y el mundo no se ha acabado como parecía que iba a ocurrir.