Heraldo-Diario de Soria

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DE LAS DOS campañas en marcha para los días veinte y veintidós de diciembre, prometiéndonos un futuro mejor, la que comenzó primero es más amable que la que vino después, eso seguro. Una simpática peliculilla de animación nos recuerda que no dejemos de pasar por la administración de lotería.

En la otra campaña, la simpatía y amabilidad que se reparten unos a otros brilla bastante, pero por su ausencia. Y a tenor de las cifras ya conocidas de la cantidad de lotería asignada a nuestra provincia, es evidente que a los sorianos no se nos pasa, no. Los de la casta, que decía uno que terminó entrando por el aro de la misma, viven esperando en el gordo del día veinte de diciembre. Y el resto, más pacientes, en el de dos días después, el veintidós.

Los primeros esperan obtener el ansiado asiento en el edificio que custodian los leones en la madrileña Carrera de San Jerónimo. Los demás, con nuestros decimitos a buen recaudo en la confianza de que la suerte –hay que tener mucha, tanta como que cinco cifras coincidan con las de nuestra papeleta- se ponga de nuestra parte. Pero nos consolamos pensando que alguno tiene que ser el billete premiado.

Es, sin duda, nuestra última oportunidad de confiar en algo. Como decían en las películas del oeste, cuando el enemigo estaba mejor pertrechado: ‘reza lo que sepas’. Pues algo así nos pasa a los sorianos, que somos los españoles que mayor grado de confianza depositamos en el gordo navideño. Es evidente que no nos fiamos de nadie y puestos a depositar nuestra confianza, preferimos hacerlo en algo tan impersonal y etéreo como el azar. De perdidos al río. Y vamos y lo apostamos todo al décimo del próximo día veintidós.

Desde luego, de aquí a las fechas señaladas, vamos a guardar con mucho más celo la papeleta con el número bien impreso que la que tiene estampados los nombres de los candidatos. Y puestos a preguntar si el personal prefiere que salga vencedora la papeleta que ha echado en la urna o la que ha adquirido en la administración… ¡qué le voy a contar!

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