Heraldo-Diario de Soria

J. Antonio Martín de Marco

Fiestas de sí y, de no celebrar

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AYER HUBO tres fiestas en Soria, a destacar dos: el día del Libro y, la ‘Ruta Literaria’ de ‘la Saturiada’, ya cuajada en su IV edición; también la otra ‘fiesta’ que ni celebré ni me gustaría siquiera mentar, la de la Comunidad de Castilla y León. En Soria, con este último motivo deberíamos colgar crespones negros en las balconadas por la desidia que ejerce la Junta, que de comunera con Soria no tiene nada. Siempre me he sentido castellano, a secas, sin acompañamiento de tierras que ni sienten ni concuerdan en nada con la chiquita – por su peso específico – Soria. ¿Fiesta de la Comunidad?, vamos a reírnos pues en esta parte de la Celtiberia no tenemos nada que festejar, que se guarden los discursos oficialistas para quienes reciben las tajadas presupuestarias, señuelos engañabobos son, o, ¿cuántas veces vino ‘nuestro’ Presidente Herrera a Soria, de visita oficial, en la pasada legislatura?, ¿ cero?, ah. Nos piden ratios demográficos imposibles de cumplir por mor de la carencia de cohesión interterritorial, de vertebración, incluso faltan a la solidaridad al ningunearnos fondos aplicables al progreso y al futuro que deberían llegar.

Esta es una fiesta periclitada, insulsa, que pretende catequizarnos con lenguajes crípticos basados en un Estatuto de Autonomía que ni nos tutela ni nos ampara. Feliz tortilla en Villalar, que les aproveche.La otra fiesta, la del Libro, si la celebré como lo hago todos y cada uno de los días, porque se que la lectura es a la mente lo que el ejercicio al cuerpo. Si la lectura hace al hombre completo, la conversación lo hace ágil y, la escritura preciso, claro que «letras sin virtud son perlas en el muladar» escribió don Miguel de Cervantes, que murió un 22 de este mes de 1616. Los lectores de esta columna saben que las vivencias de Alonso Quijano y de su fiel escudero Sancho, me apasionan.

Cuentan, que García Márquez en conversación con el Presidente de EEUU Bill Clinton le dio un consejo: «Usted lo que tiene que hacer es leer el Quijote, que ahí están las soluciones a todo». Dicen, también, que don M. de Cervantes, ‘El Príncipe de los Ingenios’, soldado, novelista, poeta, dramaturgo…se sentía un fracasado, un soldado olvidado por su patria tras su cautiverio en Argel, que se vengó de la sociedad triunfando con su afamado hijosdalgo, un idealista tan romántico como loco que se reía de cuanto le rodeaba, al contrario que Shakespeare donde todo es seriedad y desmesura. Las visiones sociales de ambos autores contrastan en sus contrapuestos mundos literarios.

Y, la tercera ‘fiesta’de ayer, ‘la Ruta Literaria’ de lectura pública del Santero de Gaya Nuño, ‘la saturiada’, organizada por la ‘Hermandad del Santero’, es, sencillamente, un divertimento donde la cultura hace maridaje con el gusto del mejor refocilo, entre la chispa jocosa al alimón con los sabios análisis de la otrora sociedad soriana que vivió Gaya que no necesitan revisión pues sirven para la ajada sociedad de la gerardiana y chiquita Ciudad del hoy que nos toca vivir. Son doce estaciones a recorrer, no es un viacrucis pasional sino de jocosa puesta en escena de la cultura amenizada por las gaitas y tamboriles de los maestros de ‘Sochantría’. Me tocó leer la estación séptima , ‘sobre la lujuria’ en la C/ Marmullete y, disfruté a conciencia. A esta ‘saturiada’, idea parida por el amigo José Mari Martínez Laseca, le auguro un futuro tan sano como feliz, futuro que para sí quisiera esta Soria que nos amenaza con quedarse cuajadita en cualquier amanecida, siendo testigo la Junta de C. y L. que observa en la lontananza del olvido cuanto aquí acontece.

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