Heraldo-Diario de Soria

José María Martínez Laseca

Torre-palacio de Aldealseñor

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«¿QUIÉN lee diez siglos de la historia y no la cierra / al ver las mismas cosas siempre con distinta fecha?», son versos del poeta zamorano León Felipe, extraídos de su poema Pie para el niño de Vallecas de Velázquez. Y me vienen que ni pintiparado para acometer el caso que doy en tratar a continuación, que no es otro que el referido a la noticia reciente (véase Diario de Soria, de 16 de septiembre de 2016, pág. 9): «La junta declara BIC la torre y el palacio de Aldealseñor». Cuando la leí algo se removió en mis adentros. Y me llevó a recuperar la memoria histórica.

Por ser yo natural de Almajano y estar Aldealseñor a siete kilómetros de mi pueblo, lo he visitado en numerosas ocasiones. Siempre me llamó la atención su casa-torre monumental, que queda un poco separada de su casco urbano dividido en dos barrios.

Por desgracia, yo la conocí cuando se encontraba en estado ruinoso, con el tejado de sus caballerizas derrumbado y las paredes del corredor de su lado oriental semiderruídas, a causa de la desidia. Casa con varios amos mala es de cuidar.

Entonces se utilizaban algunas de sus dependencias para cometidos agrícolas. A mí me traía nostalgias del esplendor adquirido por el Honrado Concejo de la Mesta, a principios del siglo XVI que, con sus grandes rebaños de ovejas, supondría durante tres siglos el foco de poder económico más importante de España.

De aquí que el inmueble, vinculado al linaje de los Salcedo por sus escudos -con los motivos del sauce y cinco corazones- sobre las puertas, se asemeje mucho a mansiones de Hinojosa de la Sierra, Tera, Almarza, San Gregorio (Casa fuerte), Almajano, Narros (de la Media naranja), San Pedro Manrique (de los Hidalgo), Yanguas, etc. emparentando incluso con el Palacio de los Condes de Gómara de Soria capital. Su alta torre es anterior, pues cabe integrarla en la línea de fortificaciones islámicas defensivas del Duero.

Todo ello me llevaría, siendo yo Procurador de las Cortes de Castilla y León (1987-1993), a adoptar varias iniciativas parlamentarias, en 1989 y 1992, compartidas con Ángel Martín Vizcaíno, en aras a su rehabilitación y mejor uso, declarándola BIC. En 1992 ya se inició el expediente ahora concluido felizmente. Como se puede ver una vez más, las cosas de palacio han ido muy, muy despacio.

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