Heraldo-Diario de Soria

J. Antonio Martín de Marco

¿El futuro de Soria? A saber...

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NO SOY DE OFICIO agorero pero me atrevo a predecir que si se toca la Constitución, si se reforma, a los sorianos nos va a ir mal no, peor. Y, se reirán Uds., de esta perogrullada, pero me interesa el futuro porque en él voy a pasar el resto de mi vida, en este caso en mi pequeña mátria, la Soria que llevo pegada a mi piel.

Si el tiempo es barrendero de ilusiones, el futuro de Soria como provincia presagia nubarrones porque, ahí está el Título VIII de la Constitución, ‘de la Organización Territorial del Estado’ que en su Artº 137 nos dice: ‘El Estado se organiza territorialmente en municipios, en provincias y en las Comunidades Autónomas que se constituyan…’, y el siguiente Artº, el 138.1,habla de que ‘El Estado garantiza la realización efectiva del principio de solidaridad…’, ¡ mejor no seguir!, todos los sorianos sabemos que la Carta Magna no se aplica aquí como en otras latitudes, basta con repasar presupuestos generales en un ejercicio memorístico para saber cómo estamos en inversiones o proyectos prometidos por la ralea política desde hace décadas.

Nuestro futuro no será un regalo sino una conquista para esta tierra que, un amigo me dice que no está con respiración asistida, que está ya enterrada, hablando de Soria, claro. Y es que el futuro está oculto detrás de los hombres que lo hacen, así que, ¿pervivirá Soria como entidad territorial tras una reforma constitucional?. ¡Ojito, pues!, que están sembrando la palabra mañana sin saber siguiera si va a brotar.

Esta denostada clase política quiere hacer un viaje, una nueva Constitución, pero no han preparado alforjas, ruta a seguir, a donde llegar. El Gobierno sabe esto y, parece ser, que no quiere aventuras pero con la que está cayendo, en estos tiempos de tribulación, como decía Ignacio de Loyola, lo mejor es no hacer mudanza. Para los progres radicales, todo lo malo lleva el apellido ‘español’, en su legal porque así lo dicen los jueces, humor macabro.

Si no hay consenso, si se abre este portón del proceso constituyente, sabemos que se va a discutir todo, ¿cómo no vamos a enfrentarnos de nuevo si no va a haber acuerdo?. Quieren, algunos, acomodar a quienes no se sienten cómodos; están obsesionados con retocar lo esencial y otros, desean sin tapujos demoler la Carta Magna, por completo, pero, oigan, ¿tan perentorio es este tema?, ¿de verdad interesa a la gente normal, a los ciudadanos de a pie?.

Si se toca la Constitución, los vientos soplarán, todos a la vez – el solano, el ábrego, el cierzo y el regañón, que son los de Soria – hacia puertos desconocidos. Si en la vigente cebemos todos, si este País es el más descentralizado del mundo, que se creen, ¿Qué en la nueva Constitución las fuentes darán leche y miel, que las calles estarán empedradas con adoquines de dulces acaramelados?. ¿Qué es eso de reforma federalizante para convertir España en un país de países asimétricos que nieguen la solidaridad por norma escrita cuando no las homogéneas competencias?. ¡A las barricadas para acabar con el pacto del 78 gritan!, pero ¿por qué?.

Esta planta está aún muy verde, y ¿quién sabe cómo cerrar la puerta si se abre?. Los de Podemos, hermanados con los separatistas se adhieren con entusiasmo a la doctrina Jefferson: ‘cada generación merece una Constitución’, pero ninguna propuesta, como siempre, voces, gritos, circo, escraches, demagogia, postureo….La modificación de la Carta Magna afectaría a las Cámaras, a la organización territorial, a la competencial, a la desaparición de entidades provinciales… al futuro de Soria. Quien esto escribe no quiere esta prueba de fuego. Una cosa es el diálogo y otra que gobiernen a su antojo, que se haga lo que dicen las minorías que solo pretenden lo que, en lenguaje preconstitucional del 78, era la ruptura.

Se pondría en tela de juicio la soberanía nacional, la unidad de España, la igualdad entre españoles, la Monarquía, los derechos fundamentales, las libertades públicas y, que existiera una provincia con menos de 90.000 habitantes. Esperemos que los mandamases no reciban a puerta gayola a una manada de mihuras, el resultado ya lo sabemos.

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