Heraldo-Diario de Soria

Andrés Calavia

El Casino de Soria

LA ERA ALTA DESDE MIAMI

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Entre las muchas tareas que tendrá que acometer el nuevo Consejero de Cultura de la Junta de Castilla y León debería estar la declaración del Casino de Soria como Bien de Interés Cultural, BIC. El año próximo la institución cumple 175 años, durante los cuales no ha dejado de ser una de las referencias culturales y sociales más importantes de la ciudad y de la provincia. Desde que el imponente edificio ubicado en El Collado abriera sus puertas en 1848, lo más granado de la sociedad soriana ha pasado por sus instalaciones, 'todo el callejero de Soria', como le gusta decir al presidente de la institución, el bueno de Adolfo Sainz. Entre sus socios más ilustres se encuentran, sin duda, Antonio Machado y Gerardo Diego, este último especialmente activo en la vida del Casino. Cerca de 175 años a lo largo de los cuales la institución ha sabido adaptarse a las circunstancias y a los cambios de la sociedad, hasta llegar viva, que no es poco, hasta nuestros días. El histórico edificio que ocupa el Casino alberga unas instalaciones que permanecen prácticamente intactas desde su apertura. Una vuelta por sus salones de mediados del siglo XIX son una experiencia vital de primer orden, recomendable para cualquiera que tenga un mínimo de inquietud cultural. Entre las joyas que se pueden encontrar está el piano Steinway&Sons, el mejor y el más antiguo de Castilla y León todavía en funcionamiento, como comenta Saiz con orgullo. La declaración BIC del edificio del Casino supondría, además de hacer justicia a su importancia histórica y al excelente trabajo de preservación realizado a lo largo de todos estos años, asegurar la continuidad del mismo, conservando así el incalculable patrimonio heredado a la vez que se salvaguarda su esencia. Y sin olvidar las importantes exenciones en el pago de impuestos de las que disfruta este tipo de bienes. Solo por el IBI, el Casino ya paga cerca de 11.000 euros anuales, además de que tendría la posibilidad de obtener ayudas y subvenciones para su conservación. En la actualidad, el Casino se mantiene con las aportaciones de sus 700 socios y con la ayuda que le concede el Ayuntamiento de Soria, la única institución pública que le presta apoyo. Para vergüenza del resto, añado yo. El Casino no es sólo historia, por cierto, ya que suele organizar cerca de 200 actividades culturales al año, abiertas siempre a todos los sorianos, sean o no socios. Y esto aporta mucha vida a la ciudad. Por todo ello, y por mucho más, es incomprensible que la Junta de Castilla y León haya contestado con silencio a las dos peticiones formales realizadas hasta ahora para que el edificio sea declarado BIC. Todo son buenas palabras, también durante la visita que Mañueco giró al Casino hace unos meses. Pero, a la hora de la verdad, el apoyo no llega. En manos de la Junta está que se haga justicia. La declaración BIC sería el mejor regalo que esta institución podría recibir tras 175 años de vida.

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