Heraldo-Diario de Soria

Soria en Seiscientos: para amar Soria

Reyes Juberías repasa el último libro de Javier Martínez Romera, 'Soria en Seiscientos', una guía de viaje entrañable y trufada de detalles sobre los rincones menos conocidos de la provincia 

Ejemplares de 'Soria en Seiscientos' la singular y personal guía de viajes de Javier Martínez Romera. HDS

Ejemplares de 'Soria en Seiscientos' la singular y personal guía de viajes de Javier Martínez Romera. HDS

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Javier Martínez Romera guardaba en su privilegiada memoria experiencias particularmente felices de su primera adolescencia que, en buena medida, forjaron sus aficiones y su mundo de adulto: las excursiones en Seat 600 por la provincia de Soria durante los veranos de 1990-1993 en compañía de su abuelo Celedonio y su tío abuelo Jesús.

De aquellos contactos con el paisaje, el patrimonio y el paisanaje quedó una huella nítida en el hondón de aquel chaval, más allá del mero recuerdo, que alimentó una personalidad observadora, sensible y dotada para la erudición.

Soria en Seiscientos. Crónicas viajeras de los años noventa no es una guía turística ni un manual para automovilistas. Tampoco, una autobiografía. Sin embargo, contiene todo esto y mucho más, en una suerte de amalgama genuina y audaz que nos atrapa desde las primeras líneas.

El atractivo del libro queda enriquecido por la intervención de David Martin Espinosa, autor de la colección de dibujos que ilustran el recorrido con el vehículo protagonista desde creativas perspectivas, llenas de mimados detalles, fruto de la genialidad del artista y, a buen seguro, de la generosidad que inspira la amistad que les une. 

Asimismo, el afecto y la admiración por Javier quedan patentes en el interesante y entrañable prólogo de Julián de la Llana. El lector podrá observar como el paso del tiempo recala triunfante o vencido en las continuas alusiones al arte, a historia y las gentes. Mientras tanto, disfrutará de lúcidas reflexiones que sazonan el texto con el entusiasmo cervantino del autor a lomos del Seat 600: "Laureado victorioso al superar aquellas pruebas por carreteras modestas, escudero fiel a su noble amo, el tío Jesús".

El rigor y el interés del contenido son una de las señas de identidad de Javier, cuyo estilo nace de la decantación de muchas lecturas, singularmente de maestros del XIX y la primera parte del XX, prosa de categoría estética, de finura sentimental y clasicismo. No en vano, la cita elegida para abrir el libro es de Stefan Zweig, lo que evoca el marco narrativo con el que Javier se siente más identificado.

El libro va revelando la cosmovisión de los tres viajeros y, con sutiles detalles, los lazos invisibles que los llevaron a recorrer juntos la provincia un verano tras otro. Del cuarto protagonista, el Seat 600, tendremos numerosos datos técnicos e históricos, además de una catarata de cualidades humanas para describirlo, lo que da idea del profundo vinculo sentimental entre el autor y el Coche: "simpático, esforzado, modesto, noble, valiente, incansable".

Los cuatro miembros de la expedición visitan rincones en los que la historia parece dormida desde hace mucho tiempo, pueblos de una sola calle como Carabantes, otros idílicos e inocentes, dispuestos con la sencillez de una postal navideña o como a punto de rodar montaña abajo. La mirada atenta del autor se va posando en torreones, ermitas, palacios, iglesias románicas, monasterios, castillos, sierras, minas de hierro, talleres mecánicos y de alfarero, palomares, excavados en la roca, pantanos y ríos, nacederos, murallones, atalayas, altozanos, espadañas, paredones señoriales y rollos jurisdiccionales. La belleza de la provincia de Soria se hace presente en formas diversas, desde la más espléndida y abrumadora a la más sencilla y humilde.

No pasan desapercibidos los despoblados de Masegoso, Cubillos, Peñalcázar, Mortero, Villamediana y sus leyendas de aguas envenenadas. La decadencia queda patente en los muros disueltos, las techumbres hundidas y las torres desmochadas. La sensibilidad estalla como un clamor frente al antiguo confesionario del despoblado de Cubillos, el que parece estar esperando escuchar las culpas de los feligreses sin mas pecado que la pobreza y la penitencia de renunciar a los orígenes y afrontar una nueva vida.

En sus capítulos también se mencionan episodios históricos: desde la visita de Alfonso XIl al inaugurar el monumento a los héroes de Numancia en 1905 o la Guerra Civil española hasta la Primera Guerra Mundial o la Revolución Rusa. Finos apuntes, amenos y pertinentes, propios de un gran lector e historiador.

Tampoco se olvida Javier de denunciar las tropelías contra el arte, como el expolio de las pinturas de San Baudelio en 1922, el derribo de las iglesias románicas de la plaza del Salvador y del tubo, la destrucción de los grandes arcos del puente de Gormaz o la presencia de los silos metálicos de Almenar.

Desfilan con naturalidad por sus paginas obras y autores imprescindibles para conocer esta tierra como Nicolás Rabal, Pérez Rioja, Blas Taracena, Gómez chico, Gervasio Manrique, Ibo Alfaro, Gaya Nuño, Angelines Manrique, Carmelo García Encabo, Diego Rafael Cano, Avelino Hernández... Tampoco faltan personajes señeros: Fray Tomás de Berlanga, Machado, Bécquer, Florentino Zamora Lucas, la señora Sara de Bretún, el doctor Eduardo Dodero Martínez o la monja Juliana.

Y, cómo no, Javier da buena cuenta de su rica cultura cinematográfica, con precisas referencias ligadas a Soria o a la vida de los protagonistas: Doctor Zhivago, Campanadas a medianoche, El cielo gira, la serie EL Cid o series documentales como Soria Palmo a palmo, Gilda, El puente sobre el rio Kwai, Cinema Paradiso, Sucedió una noche, Lawrence de Arabia, El imperio contraataca.

Han pasado más de 30 años de todo aquello y la deuda pendiente con sus dos pigmaliones ha quedado cariñosamente saldada. Al mismo tiempo ha cumplido su deseo de plasmar para siempre aquellos recuerdos como él había imaginado.

Finalmente, junto a la belleza de tantos parajes, el lector verá asomar notas de melancolía por esta Soria vaciada, que Javier quiere enmendar poniendo su esperanza en quienes aprendan a amarla. ¡A buen seguro que su libro avivará en muchos ese sentimiento!

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