Heraldo-Diario de Soria

Talibanadas contra las mujeres

La autora, Juana Largo Lagunas, reflexiona en torno al feminismo desde el punto de vista sociológico

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Que no nos digan, señoras y señores, que, con ciertos aires políticos que huelen a podrido, se pierden las buenas costumbres. Una cosa es seguir la “COSA” con algo de cansancio, un cansancio agradable -con un Gobierno que, gracias a la derecha, no hace otra cosa que crear leyes, Leyes de Libertad-, y otra cosa es dejarse llevar por lo rancio, por lo pasado de gusto, es decir, por todo aquello que representan algunos partidos políticos que se piensan -pues piensan mucho- en traernos los alimentos de la postguerra hasta nuestras fechas.

Por ejemplo, el caso de las “chicas”: primero que se quieren poner en retroceso las reivindicaciones feministas, pero con la Guerra de Ucrania y los rusos, es algo que podría verse como no disculpable, pero que se puede comprender, pues todo está puesto en crisis, desde el precio de la vida, desde el precio de los recursos de la alimentación y todos los siguientes, hasta el comprarse un abrigo para lo que nos queda de invierno que aún puede ser caliente, y segundo –y esto es lo más grave- que a las reivindicaciones de las mujeres se las quiere poner como en el congelador.

Siguen pasando cosas en el ámbito del feminismo y en el de las movilizaciones en la calle, como que, en realidad, no se hubiera solucionado de repente todo o se encontrara todo en vías de solución… ¡Sí, fiaos!... ¡Cuándo aún hay tanto que gritar!... Porque pasar, sí que pasa.

No hay que ser especialista en Sociología, cuando se ven ciertos “jeros” por ahí, jeros de la derecha, que les va mal ahora en casi todo, menos en el llenar más la montaña de sus caudales, y no hay que ser muy lince cuando, aunque no se den casos puntuales de Violencia de Género, y esta violencia explota cuando quiere, como en recientes fechas de Navidades, sin embargo, la lucha persiste en la desigualdad.

No es que quiera una levantar ampollas, aunque, escarbando un poquito, enseguida se topa una o uno con un monolito dedicado al Falo, que, por lo visto, es algo soterrado que parecía ya proscrito para siempre, y de vez en cuando nos viene alguna sorpresa de algunas regiones en las que la derecha y la ultraderecha quieren mandar…

Me parece que los tiempos no están para estos extremos, ahora la historia va tomando derroteros más felices como se va dando en algunos países americanos. En Europa, por el contrario, se dejan sentir algunos tufos de esos ultramontanos increíbles en nuestros días que, llegarían a decir, por ejemplo, como viniendo la corriente de los carcas de USA, que la masturbación en los hombres “afemínalos” un poco… No, desde luego, aquí no se acaba todo, porque van a insistir con su cabezonería de llegar al Poder, con lo goloso que es eso de dominar, pues nos van a dar la tabarra un tiempo…

Nosotras, las mujeres, todavía tenemos que decir algo, tanto por tierras numantinas como por otras, y es que echamos de menos aquellos tiempos en los cuales las chicas se quitaban el sujetador no solo como muestra de que las aherrojaba un poco, sino también como muestra de inconformidad con el Régimen de la Autoridad. Las chicas no dejan de ser “guerreras”, aunque los hombres, quiero decir: muchos de ellos, lleven los pantalones de barro de sus aventuras ventajistas sobre las mujeres.

Y sucede que esta otra guerra, no la de Ucrania, no nos achanta tal fácilmente, pues vamos a seguir diciendo que, bajo la apariencia de estabilidad y de igualdad que se pueda dar en un territorio, ahora, al menos en España, sin embargo, los hombres siguen con el impulso o la inercia que les ha dado la Historia tras tanto tiempo de desigualdad, y que, a algunos, les sobra ya el aparato del mando y ordeno, que se pasan de la raya de tal manera que no consienten todavía que las presiones de las mujeres, salgan a flote. Lo de la prueba del “latido fetal”, ahora con la Junta de CYL, es un botón que sirve para muestra. ¡Vamos a tener que aguantar tantas “talibanadas” de este tipo que vamos a estar hasta el moño!

Resumiendo: hay un “poco” de machismo institucional, como el de CYL, que no se ha logrado erradicar, y que existe, aun cuando ahora todas las Crisis que tenemos juntas, nos afectan a todos los géneros. En la Alta Empresa todavía no hay paridad… No se puede hacer ahora la lista de desagravios…

Pero pasa lo que pasa, que las chicas siguen siendo “batalladoras”. Todavía nos quitamos el sujetador en espacios públicos. Quitarse el sujetador es un acto reivindicativo de la sanidad feminista. Como pueda serlo el cortarse el cabello. No está mal eso de hacerlo todavía más, porque el mundo, no digo todo el mundo, sino el “mundo” en general, hemos tratado de que no sea tan precario de conocimientos y de acciones con respecto al tema del Poder y mujeres, y sin embargo todavía hay detalles… Como esos “ huevos del pp, recordando la famosa película de “El huevo de la serpiente”, de Bergman…

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