Heraldo-Diario de Soria

Editorial


El AVE ‘low cost’ como aldabonazo pero sin dejar por el camino otras frecuencias

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Bienvenido sea el AVE ‘low cost’, en este caso el AVLO de Renfe que desde este lunes unirá Valladolid y Segovia con Madrid y Alicante, a través de dos frecuencias diarias y una más de vuelta desde Murcia. Una bienvenida extensible en los próximos días el de Ouigo, en lazará ambas capitales, la vallisoletana y la segoviana en el mismo recorrido. La puesta en servicio de la alta velocidad de bajo coste a buen seguro que servirá de acicate para que cada vez más personas se suban al tren. Lo que, sin ningún género de dudas, hará que el tren gane enteros.

Y todo, en el caso de Renfe, por las obras en la estación de Chamartín en Madrid que, además de modificar horarios y el AVLO ‘low cost’ de Valladolid y Segovia, hará que Castilla y León sume dos nuevas conexiones de AVE entre León y Valencia y Burgos también con Murcia. A lo que se le añade el nuevo y tan demandado tren matinal de Salamanca y hacia la capital de España. Bienvenidos sean todos estos trayectos, pero no se pueden quedar ahí. El ‘low cost’ de Renfe tiene que avanzar y ampliarse a todas las líneas de Alta Velocidad que recorren la Comunidad. Es verdad que en eso se está, a la espera de los famosos AVRIL, pero la demora no puede ir mucho más allá. A AVLO de bajo coste de Valladolid y Segovia se le tienen que sumar, sin solución de continuidad y más pronto que tarde, León, Burgos, Palencia, Zamora y, además de hacía Madrid y el sur también tienen que proyectarse hacia el Norte, hacía Galicia y Asturias.

Las obras de Chamartín han adelantado una ventana, la del servicio de Alta Velocidad a bajo coste, que debe ampliarse a todas las líneas de AVE de la Comunidad. Los cambios en los recorridos, los nuevos trayectos que ahora se anuncian como provisionales por las obra, no el ‘low cost’ que se mantendrá más allá de la obra de la estación madrileña, debe hacer los posible por mantener. El AVLO ‘low cost’ es, sin duda, no sólo una buena apuesta, sino obligada, pero no puede llegar en detrimento, ni mucho menos supresión, de otras líneas que son también necesarias.

El ‘low cost’ es, sin ningún género de dudas, todo un aldabonazo e impulsará a los viajeros que decidan subirse al tren para sus desplazamientos, pero no puede ser a costa de dejar por el camino otras frecuencias que son esenciales para las conexiones ferroviarias de Castilla y León.

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