La marca de garantía Setas de Castilla y León se lanzará a mediados de octubre

Con el mes de octubre entrando por la puerta los aficionados a la micología no dejan de mirar al cielo esperando las claves para saber si la campaña de este año será buena o se repetirá la mala experiencia del pasado ejercicio. De forma paralela se encuentra el trabajo para comercializar las setas bajo una única marca de garantía. Arturo Esteban, gerente del Programa MYAS rc., avanzó que "el lanzamiento de la marca de garantía será a mediados de octubre con unas jornadas de promoción enrte Soria y Zamora".

 

Desde el Centro de Investigación Forestal de Valonsadero de la Junta de Castilla y León, uno de sus técnicos, Fernando Martín Peña, explicó que "un buen indicador de la bondad productiva del otoño es la reserva de agua en las capas superficiales del suelo en el mes de septiembre, de forma que cuanto mayor sea ésta mayor probabilidad habrá de que tengamos un otoño excepcional". De esta manera Martín Peña avanza que, con caracter general, se puede concluir que el verano de este año ha sido más seco de lo normal en la provincia de Soria "no obstante, a pesar de este déficit la abundante precipitación acumulada durante la primeravera y el invierno pasado ha hecho que en general los árboles y arbustos de los que dependen los hongos comestibles como los pinares, robledales o encinares presenten unas buenas reservas de carbohidratos disponibles para la fructificación de hongos, si se dan las condiciones meteorológicas necesarias este otoño". La riqueza de los recursos micológicos en la provincia de Soria, en particular de especies del grupo Boletus edulis (Migueles u hongos) y del grupo Lactarius deliciosus (níscalos) representan más del 80% del valor comercial de la producción micológica soriana. Sumado a estas especies, el listado de hongos comestibles de interés socioeconómico en la provincia es muy amplio y variado. Para el técnico del Centro de Investigación Forestal de Valonsadero de la Junta de Castilla y León, "si las condiciones meteorológicas son normales, las primeras fructificaciones se registran en septiembre con especies como las oronjas (Amanita caesarea), el hongo negro (Boletus aereus), los rebozuelos (Cantharellus cibarius) o los champiñiones (Aparicus sp.)". A finales de septiembre comienzan las fructificaciones de los migueles (Boletus edulis), las setas de cardo (Pleurotus eryngii) y otras especies comestibles. Por su parte a mediados del mes de octubre o a primeros de noviembre se generaliza la producción de níscalos para finalizar con especies de género Tricholoma a mediados de noviembre hasta la llegada de las heladas severas que detienen la producción. Según los datos del Centro de Investigación Forestal de Valonsadero, después de más de 20 años de estudios, las campañas micológicas presentan una enorme variabilidad interanual en cuanto a su producción, siendo lo normal que las campañas tengan una producción moderada y tan sólo en el 20% de los años las recolecciones sean excepcionales.

 

Desde el Programa MYAS rc., su gerente, Arturo Esteban, confirmaba que "el 1 de octubre será la fecha de apertura oficial para la venta de permisos" a todos aquellos aficionados que quieran recolectar durante esta campaña en seis zonas de cinco provincias diferentes de la región: Pinares Llanos y Tierras Altas (Soria), las Merindades (Burgos), Montes Torozos y Mayargo (Valladolid), norte de Gredos (Ávila), Sierra de Guadarrama (Ávila y Segovia) y Sierra de Ayllón (Segovia). De esta manera, en estas zonas, denominadas unidades de gestión, será necesario un permiso para recolectar setas en los montes de utilidad pública. Los precios de los permisos no han variado con respecto al año pasado (10 y 15 euros por fin de semana) y los recolectores foráneos con finalidad comercial deberán pagar entre 240 y 300 euros anuales, y los recolectores locales, entre 3 y 5 euros al año y entre 10 y 20 euros al año si son recolectores comerciales. Los permisos pueden obtenerse en las administraciones y sedes de las mancomunidades incorporadas al sistema. Además durante la campaña habrá 50 guardas micológicos, cinco o seis por comarca, que se encarguen de vigilar el cumplimiento de la nueva regulación micológica en Castilla y León, que trata de ser "una herramienta disuasoria, para evitar la sobreexplotación del recurso".