Heraldo-Diario de Soria
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Publicado por
Víctor F. Moreno
Soria

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Recuperada por los vecinos de la localidad el año 2000, el sábado más próximo a San Antón, ayer se encendió la gran hoguera en el camino que va del barrio de Pedrajas a Valonsadero, conocidas como las Luminarias, y que contó con la presencia de numerosos vecinos que quisieron revivir la tradición. Con todos los preparativos a las 20.00 horas, media hora más tarde se produjo el encendido de la hoguera en la que, según reza la tradición, «los vecinos se acercan al fuego y tras formular un deseo al santo arrojan una rama a las llamas». El fuego purificador perdura, hasta tal punto que «una semana después la llama sigue encendida, aunque no hay ningún peligro porque está bien aislada y protegida». En la semana de San Antón, luz, aunque sea tenue, luz no falta en Pedrajas a cualquier hora de la noche. Aunque desaparecida la tradición durante algunos años «con la llegada de la luz artificial», Vera la recuerda «desde que era crío». Entonces se desarrollaba en la plaza Mayor. Cuando se fundó la Asociación de Vecinos de Pedrajas se volvió a celebrar, pero ya en el camino que va de Pedrajas al monte Valonsadero. Otra de las peculiaridades es que los vecinos beben vino en antiguas copas de plata, y celebran una merienda alrededor del fuego. Para hacerse una idea de la antigüedad de las copas baste decir que «en las inscripciones no viene Pedrajas, sino ‘Pedraxas». Pero no sólo se bebe en copas de plata. También se aporta el elemento más festivo: la bota.

 

Antaño eran los mozos los encargados de cortar la leña y el último vecino llegado al pueblo la debía trasladar hasta el lugar donde se encendería la hoguera. Era una especie de tributo del recién llegado. No sólo eso. También costeaba el vino. «Pero esto ya ha desaparecido». En una provincia tan afectada por la despoblación se antoja como muy difícil la llegada de nuevos vecinos. No se pierde la esperanza. Reina la camaradería. Los bocadillos, de chorizo, panceta y lomo, fueron degustados en una jornada donde ya entraba el frío a pesar de que la jornada fue casi primaveral.

 

La costumbre de encender hogueras, llamadas popularmente luminarias, estaba muy extendida en la provincia de Soria y se hacía en numerosas fechas, tal y como explica el escritor y periodista Ángel Almazán. «En los pueblos sorianos el vecindario iluminaba la noche para bailar en torno a la hoguera y, en algunos casos, atravesar sus llamas saltando por encima, durante sus fiestas locales. Y en algunas de ellas prendían su particular luminaria por calles o barrios, siendo Deza la localidad que más afición tenía a este rito (cuatro días al año). En Nochebuena lo hacía Valdegeña con reparto de un litro de vino por persona; Olmillos prefería las Candelas; durante las Aguedas se efectuaba en Vildé o Morcuera de San Esteban...»

 

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