Heraldo-Diario de Soria

SORIANOS POR EL MUNDO

En la patria chica de Mourinho

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Publicado por
PEDRO CALAVIA
Soria

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Raúl Delso Hernández, agredeño por los cuatro costados, vive en Setúbal, Portugal, desde hace once años. Licenciado en Ciencias Empresariales y postgraduado en esta disciplina, comenzó a trabajar en la gestión informática de empresas y después en Copiso, en Soria. Partió hacia tierras lusas para asentar un negocio de una empresa familiar en el año 2000, cuando apenas contaba con 25 años. La oferta de trabajo le pareció «interesante, con mucha autonomía y con grandes posibilidades de crecimiento» en un negocio dedicado a la importación y comercialización de fertilizantes agrícolas, a cuyo inicio contaba con una facturación de 4 millones de euros y tres personas en plantilla, pasando en la actualidad a dar trabajo a 35 empleados con unas perspectivas de facturación para 2011 que podrían llegar a los 50 millones de euros. Ocupa la gerencia de Adubos Deiba, líder del sector en Portugal, con capital español, perteneciente a DFGrupo (Delso Fertilizantes Grupo).

Pese a haber consolidado la empresa, Raúl recuerda las dificultades que encontró en sus comienzos por esas tierras, «sobre todo a la hora de encontrar los recursos humanos adecuados y el crecimiento en ventas», prepocupaciones que fue solventando para después dar el salto a África, trabajando en el asentamiento de la firma en Angola, país al que viaja a menudo, y donde ha logrado encabezar el sector de productos agrícolas y ganaderos a través de una gran logística con miras a los países africanos de habla portugesa.

 

El idioma supuso al inicio una traba, pero «tuve la suerte de hacer bastantes amigos, sobre todo portugueses, ya que los españoles estaban generalmente de paso». Ahora, su vida es ante todo el trabajo, «aunque no es muy rutinaria porque viajo mucho y paso muchos días fuera de casa», afirma. Los fines de semana son aprovechados para el ocio, «dando una vuelta en moto por la costa, andar en bicicleta, navegar, ir a pescar a alta mar». También suele juntarse con los amigos para celebrar alguna fiesta o salir por la noche. En cuanto los horarios, vienen marcados por el reloj europeo, por lo que de vez en cuando se escapa a Sevilla o a alguna ciudad de Extremadura para disfrutar del ‘tapeo’.

Básicamente industrial, Setúbal tuvo su auge durante la revolución de 1975 con la instalación de varias industrias de carácter pesado, lo que atrajo a muchos portugueses del propio país e incluso inmigrantes de antiguas colonias portuguesas, como Brasil, Cabo Verde, Angola etc. Un tejido social que se traduce en un Ayuntamiento regido por comunistas en «una población muy sindicalizada», explica Raúl.

Hablando de la peligrosidad de las calles y de la delincuencia en Setúbal, «digamos que no es la más segura de Portugal», significa. Según Raúl, hay un alto porcentaje de inmigrantes y se da la existencia de barrios con frecuente tráfico de drogas, de hecho, según explica, la costa de Setúbal tiene la poco recomendable fama de ser la puerta de entrada de la droga en el país luso. En lo tocante a tansportes de viajeros, «nunca he tomado un autobús urbano, los que hay son en su mayoría de finales de los años 80». Además del servicio de taxi, «es el único medio de transporte en la ciudad».

Según describe la ciudad, Raúl ve en Setúbal una urbe tranquila, con cerca de 180.000 habitantes, entre las cinco más habitadas de Portugal. Es la patria chica de José Muorinho, entrenador del Real Madrid, a quien se le ve por sus calles y restaurantes tratando con visible cordialidad a sus paisanos, «nada que ver con el Mourinho de Madrid», bromea el agredano, cuyo domicilio está cercano al del técnico merengue, si bien por poco tiempo, ya que el portugués ha levantado su nueva casa en Troia, según todos los indicios, con un precio desorbitado, «quien puede... puede», concluye Raúl.  

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