Heraldo-Diario de Soria

SORIANOS POR EL MUNDO

Viviendo en la capital noruega del petróleo

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Publicado por
P. PÉREZ SOLER / Soria
Soria

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Laura es una exploradora. Así se siente. Esta joven soriana de 32 años recién cumplidos siempre había tenido claro que entre sus inquietudes estaba el vivir en el extranjero, máxime al estudiar idiomas, y puso todos los mimbres para que así fuera. Primero hizo Traducción e Interpretación y después un postgrado especializado en comercio internacional «para tener más opciones en el mundo laboral», explica.  Desde hace poco más de tres meses se encuentra en Noruega, concretamente en la ciudad de Stavanger, «una ciudad muy manejable» de 125.000 habitantes en la que hay mucho extranjero trabajando en la industria petrolera, sobre todo ingenieros y biólogos.

 

Laura está contratada para una empresa escocesa de servicios y trabaja para uno de sus clientes, que es una pequeña petrolera que hace proyectos de perforación en el mar de Noruega y en el mar del Norte.  La mayoría de los trabajadores son del país mientras que la plantilla internacional está formada por británicos, un francés, un polaco y ella. Ésta no es la primera vez que  la joven trabaja en la industria del petróleo. Con anterioridad, Laura estuvo cinco años en Londres, primero en una empresa de transporte marítimo internacional y luego en una firma relacionada con el mundo del petróleo. Tras una rápida mudanza, recaló en Stavanger después de estar algo menos de un año buscando trabajo en España.

La experiencia, de momento, es más que positiva. «El modo de vida laboral aquí es estupendo», cuenta Laura, quien destaca lo relajado que es el ambiente en la empresa y la buena relación entre compañeros y trabajadores-jefes. «Son muy igualitarios y le dan mucha importancia a que todo el mundo se sienta escuchado y que haya las mismas oportunidades y, por supuesto, al tiempo libre». Y es que la jornada laboral es de 8 a 16 horas, con media hora para comer. «Atención, de 11.30 a 12», cuenta la joven, a la que le costó aclimatarse a este horario.

Cuando está en el extranjero, suele regresar a casa cada dos o tres meses, pero está en contacto semanal con su familia a través de skype. Confiesa que echa de menos a los suyos, pero tiene claro que le gusta «explorar y conocer lo nuevo que me ofrece el país, en vez de estar echando de menos lo que no tengo». Creo que con esa actitud uno se enriquece más de la experiencia», añade.

El trabajo habla en inglés y ya va «pillando el punto» al noruego, con clases a las que se ha apuntado por la tarde. Además de la gran flexibilidad que hay en los trabajos, esta soriana destaca las grandes facilidades que existen en Noruega en el área laboral. «Te puedes coger un año con el 80% del sueldo y el padre diez semanas. Así que tienen niños enseguida y hay muchas parejas con tres niños».

Los precios son otro cantar, y que la industria del petróleo ha hecho que suban por las nubes. «Una cerveza cuesta 12 euros y un vino ocho euros. Los impuestos que el Gobierno pone al alcohol hace que tengan precios prohibitivos. Los sueldos son más altos pero los precios son también más altos».

Laura suele ir andando al trabajo, al que llega en 15 minutos, considera que la calidad de vida en Stavanger es buena. «Lo único que no es bueno es el tiempo, pero nos e puede tener todo. Aquí todavía no ha llegado el calor, incluso los noruegos se quejan de que no es normal», comenta. La ciudad en que reside se encuentra en la costa, «por lo que no hace ni tanto calor en verano como en el interior, ni tanto frío en invierno. Eso ya os lo contaré...», bromea. Sus aficiones son hacer rutas por bosques y fiordos «que son una maravilla» y planea comenzar de nuevo con kayak, en lo que se inició el pasado año en Soria en el Duero. Su futuro es incierto «en el buen sentido», por lo que quiere aprovechar todas las oportunidades que le surjan. Mientras este futuro llega, Laura García piensa seguir explorando.

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