Los sorianos se calientan la cabeza

Sobre todo estos días, los sorianos aplacan el frío ya no con las vestimentas tradicionales, sino con otras menos vistosas que ya se han puesto de moda y que no sorprenden verlas como un tocado habitual, corriente y menos anormal. Este año, las orejeras y los sombreros de fieltro conjugan una armonía que se desliza entre la vanguardia y lo tradicional, pese a que las primeras son unas prendas que también tienen un origen que se pierde en el tiempo, pero por los motivos que fueren, apenas se prodigaban en las testas de los sorianos. Y los ‘buffs’ o también llamados ‘bragas de cuello’, que en parte han sustituido a las tradicionales bufandas, como otros modelos de gorros y viseras que también le comieron terreno a las entrañables boinas, ya casi invisibles sobre los cogotes de los paseantes.

Dando una vuelta a algunos comercios de la capital, en la sombrerería Jesús, su propietario explica que este año, lo más solicitado sobre todo durante estas gélidas jornadas son los sombreros de fieltro, «igual para la mujer que para el hombre», generaliza. Los clientes se lo llevan además de la necesitada protección térmica, «porque está de moda», pero dejando claro, con un símil meteorológico que la crisis se extiende en plural. «Cuando llueve, llueve para todos», dice. Además de los sombreros, «que se han llevado siempre y ahora más», puntualiza, hay otros artículos que se suman a la obligatoriedad que siente la clientela para cubrir la cabeza. «También se venden viseras de tipo ruso», con interior térmico, que cierran la parte de la nuca con fibra térmica «y por fuera son impermeables».

Y siguiendo con lo tradicional, tampoco son desdeñables los gorros de lana, siempre bienvenidos para quienes como este año «vienen pidiendo algo para el frío», sin especificar ni buscar en concreto ninguna prenda.

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