Nueve meses para crecer como persona

Una beca Erasmus se cruzó en su vida y pensó: ¿Por qué no? El joven Hugo Moray, de 21 años, estudia durante el presente curso académico la carrera de Traducción e Interpretación, en la Universidad Sorbonne Nouvelle París III. Allí, gracias a la convivencia con personas de otras nacionalidades, está viviendo una experiencia única que le está brindando la oportunidad de «crecer como persona».

 

Realmente, Hugo no es extranjero enFrancia. Y es que aunque lleva prácticamente toda su vida en Soria -y se siente soriano- él nació en tierras galas. «Estoy cómodo aquí, porque tengo mucho contacto con este país y conozco bastante bien sus costumbres», relata. «Por el momento, no hay nada que me moleste demasiado ni algo con lo que esté muy impresionado». 

Su vida como ciudadano francés comenzó el pasado 10 de septiembre. Ese día cruzó al frontera y se enfrentó a su nueva vida. Relata cómo es su vida ahora y explica que entre semana lleva un ritmo bastante tranquilo, utilizando el metro como principal medio de transporte.  «Voy a clase las horas que tenemos, como en un restaurante para universitarios -se come más barato que en cualquier otro lado-, y vuelvo a casa para hacer las tareas de clase. Si surge, algunos días salimos a dar una vuelta». Los fines de semana, al tener más tiempo libre, aprovecha para estar más tiempo en la calle. 

El francés, como es lógico, es el principal idioma en el que se imparten las asignaturas en su universidad. «También tenemos algunas en inglés y en dos llegamos a escuchar el español», relata. «El nivel por ahora está siendo algo más alto de lo que me esperaba, pero no queda otra que seguir con el ritmo que lleva la clase». Hasta la fecha, su condición de estudiantes extranjero no le ha brindado la posibilidad de recibir «un trato especial». 

Experiencia

Habla de la experiencia que está viviendo, que le permitirá residir en París hasta el próximo verano, y subraya que «vivir en un país que no es el tuyo, con una cultura diferente -ves el mundo como ven otras personas enEuropa- y un idioma al que no estás acostumbrado te ayuda a crecer como persona». «Es duro, pero se acaban sacando muchas más cosas positivas que negativas. Es una experiencia más que recomendable».

Su estancia en el extranjero es muy beneficiosa para completar su currículo académico, ya que estudia Traducción e Interpretación. «Elegí estudiar esta carrera porque, de entre todas las opciones que manejaba, era la que yo creía que mejor me podía desenvolver», apunta. «Se me dan bastante bien los idiomas y vi que podía haber un futuro interesante detrás. Suena a topicazo pero es la verdad».

Además de conocer mejor a los franceses, su experiencia en el extranjero le ha permitido conocer otros países cercano. «Francia digamos que la tengo bien vista, pero estuve cinco días a finales de octubre por Escocia y fuimos un fin de semana a Bélgica a visitar a una amiga que está también allí de Erasmus», apunta. No descarta en las próximas semanas, si las fechas, el bolsillo y «las ganas» se lo permiten, volver hacer otra escapada a otros países. 

Al margen el idioma, otra de las diferencias que encuentra en Francia con respecto a España es «el ritmo de vida». «Digamos que es más europeo», opina, porque  «las comidas del mediodía no son muy pesadas y las cenas son sobre las siete o las ocho de la tarde». El diferente horario también se nota en los comercios franceses, que «abren y cierran antes», y en los precios: «En la capital se nota que todo es algo mas caro, aunque también es verdad que el salario mínimo aquí es más elevado».

El tiempo también es distinto. «Comparado con Soria la temperatura es muy agradable», explica. «Hemos tenido buen tiempo hasta noviembre, y en invierno, salvo una o dos semanas, no ha hecho demasiado frío. Eso sí, de 7 días, por los menos cuatro está completamente nublado».

Si algo echa de menos de Soria eso son sus amigos y su familia, ya que «es difícil verles salvo unos días en vacaciones».

Salir al mercado laboral será su siguiente etapa, tras concluir la carrera. «Aún me quedan unos años y no lo tengo muy decidido», confiesa. «Me gustaría empezar un máster en algún otro país que no sea ni España ni Francia. Existe la posibilidad de sacarme otra carrera universitaria más, pero no tengo nada en mente salvo acabar lo que tengo empezado».