Heraldo-Diario de Soria

ENOLOGÍA

La nariz más sutil de la provincia

El sumiller navalenense Diego Muñoz resultó clasificado en tercer lugar en los concursos regionales en 2010 y 2011.-

El sumiller navalenense Diego Muñoz resultó clasificado en tercer lugar en los concursos regionales en 2010 y 2011.-

Publicado por
PEDRO CALAVIA
Soria

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El navalenense Diego Muñoz espera que a la tercera sea la vencida en su representación soriana con vistas al Concurso Nacional de Sumilleres que se celebrará en San Sebastián el próximo mes de octubre. Ya en 2010 y en 2011, en sus dos primeros certámenes regionales, resultó ser el tercero mejor en Castilla y León.

Según detalló ayer, las pruebas que se realizan, tanto en los campeonatos de tipo regional como en el ámbito nacional, «son muy parecidas», aunque a la vista de los profanos, resultan, efectivamente, complejas. Y no sólo del apartado enológico. En una primera prueba, que está dentro de también la fase preliminar o semifinal, se cumplimenta un examen escrito «de unas cuarenta o cincuenta preguntas» que versa sobre conocimientos sobre «aceites, vinagres, jamón, destilados del mundo, aguas, cafés, infusiones...», temas que no giran exclusivamente en torno al vino, aunque otra parte de la prueba sí que hace poner sobre la mesa los conocimientos sobre los caldos. «Pero no sólamente en el vino en sí. Hay también preguntas sobre la vid, la vinificación, uvas, tipos de vinos del mundo, etc.».

Siguiendo en este tramo previo, y entrando ya en los saberes físicos, se efectúa una cata de dos vinos, uno blanco y otro tinto «donde tienes que acertar por escrito y en diez minutos, la variedad de las uvas, añada, procedencia y si puede ser, el nombre de la bodega». Y también el olfato, no solo el gusto, se pone en juego. «Otro examen es averiguar con la nariz un destilado, brandy, ron, whisky, etc.», añadió.

La parte más práctica, dejando ya el tema escrito, consiste en una decantación de vino al modo antiguo.  La decantación es saber retirar los sedimentos «o mal llamados posos» que pueda contener una botella. Esta separación de sólidos del líquido se debe de realizar «en cinco minutos y a la luz de la vela», tal y como se hacía antaño. La luz se coloca en el cuello de la botella «y cuando se ve una parte sólida se para la decantación», que se continuará hasta completar el contenido de una copa. Esta prueba tiene una dificultad añadida: el color del envase. «Hay botellas que son claras, pero otras son prácticamente negras», por lo que percibir con la vista estas partículas y con un tiempo controlado de cinco minutos se hace más complicado.

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