Junta y Ministerio reciben en un año seis solicitudes para extraer gas por fracking

¿Es el fracking una técnica tan perjudicial y corrosiva para  el medio ambiente, el suelo y la salud de los humanos como dicen sus opositores? ¿Resultan las consecuencias de  la fractura hidráulica algo tan liviano como sostienen las empresas?  ¿Contribuye la falta de una normativa sobre hidrocarburos más actualizada a la reciente expansión de esta técnica en nuestro país? Lo único cierto hasta el momento es que esta nueva técnica de extracción de gas por métodos no convencionales suscita muchos interrogantes.

Su llegada a la provincia está precedida por la gran contestación ciudadana que ha tenido en algunos puntos del país, como Cantabria y Vitoria principalmente, de forma más tímida Burgos, lo que ha arrastrado mociones, declaraciones de territorio anti-fracking y hasta pronunciamientos oficiales en contra de la fracturación, como el que se vio obligado a hacer el Gobierno cántabro. Soria no está libre del fracking. Lo demuestran las seis solicitudes para permisos de investigación de hidrocarburos que en poco más de un año ha recibido la Administración para, si llega el caso, extraer gas perforando el suelo con esta controvertida técnica.

Sólo uno de ellos, denominado Tesla, se está tramitando en la provincia porque únicamente coge superficie de Soria; otros dos lo están en Burgos, al abarcar superficie de ambas provincias (más extensa de la vecina, donde ya hay proyectos aprobados); y tres se tramitan en el Ministerio de Industria, «porque así lo marca la normativa cuando hay implicadas más de una Comunidad», explica Fernando Muñiz Baizán, jefe de la sección de Energía y Minas del Servicio de Industria en Soria.

El departamento que dirige ha recibido en torno al medio centenar de alegaciones al permiso Tesla, procedentes de ayuntamientos, asociaciones y otros colectivos que se han empezado a movilizar en contra de la fractura técnica. Las características de esta forma de extraer gas son bastante diferentes que en una explotación convencional, donde el gas está contenido en rocas muy porosas, que a su vez están delimitadas por roca impermeable, por lo que al perforar esta roca el gas tiende a salir por el pozo a la superficie, según recogen publicaciones especializadas. 

¿Qué convierte al fracking en una bestia negra a ojos de muchos? En una explotación no convencional el gas está en estratos de roca poco porosa y de menor permeabilidad, por lo que las técnicas de extracción son más complejas. La perforación se ramifica horizontalmente para acceder a las capas de pizarra, donde está el gas, para lo que se utiliza un proceso que consiste en una inyección de agua, arena y productos químicos. Las consecuencias de esta inyección y hasta el modo de perforación de la tierra varian según la fuente a la que se recurra.

Las seis solicitudes de permisos para investigación de hidrocarburos son para gas no convencional, que es el que se extrae con fractura hidráulica.

¿Qué se recoge en los correspondientes proyectos? El contenido es, de momento, un secreto en el justo término de la palabra. La fase actual es de solicitud del permiso y durante su exposición pública se pueden presentar oposiciones (alegaciones) y también ofertas en competencia, pero no es posible conocer qué recoge el proyecto, «que se presenta en sobre cerrado y lacrado». Dentro va el plan de inversiones, el programa de trabajos, las medidas de protección ambiental y el plan de restauración, entre otras cuestiones. «Lo que hasta ahora ha estado en exposición pública es la solicitud del permiso, no el proyecto, que lo que hace es dar la exclusividad al adjudicatario sobre el terreno para hacer la investigación», deja claro Muñiz, que declina pronunciarse sobre su parecer en torno a la técnica del fracking. Sí afirma el jefe de la sección de Minas que toda la tramitación sobre el particular está recogida en la Ley de Hidrocarburos, la cual, pese a sus actualizaciones, se rige por un reglamento de 1976 y «probablemente no está ajustada a situaciones actuales».

 Todas las solicitudes de permisos están en fase de tramitación pero el conocimiento que hay en el Servicio de Industria sobre ellas es limitado. La Delegación de Burgos sí las comunicó en su día a la soriana pero no así el Ministerio. «La información que tenemos es la que apareció en el boletín», indicó Muñiz. El servicio de industria sostiene que no hay ningún expediente resuelto, porque «la resolución ha de comunicarse» y no ha sido así.

Los dos proyectos que tramita la Delegación territorial de Burgos se llaman Burgos II y Burgos III. Las solicitudes del proyecto de investigación fueron presentadas en a

gosto del pasado año por la sociedad Trofagas Hidrocarburos y la superficie que abarca es en ambos casos 96.015 hectáreas.

Entre los proyectos que tramita el Ministerio de Industria, Turismo y Comercio está el denominado Burgos 4, también de la empresa Trofagás Hidrocarburos, que plantea el permiso de investigación en el momento que los arriba citadaos. Las coordenadas de este proyecto delimitan una superficie idéntica a la de los dos  anteriores: 96-015 hectáreas, pero en este caso la mayor superficie está en Soria, sobre el 70%, en vistazo vuela pluma en el mapa que muestra el Servicio terrritorial de Industria.