Soria y su alfoz piden «renegociar» el pago del 20% de la nueva depuradora

Los ayuntamientos de Soria, Los Rábanos y Golmayo ya han acordado cuáles son las líneas rojas que, en principio, no están dispuestos a superar a la hora de firmar el convenio para la construcción de la nueva depuradora. De entrada, el alcalde de la capital, Carlos Martínez Mínguez, subrayó que los tres están de acuerdo en que las condiciones para la devolución del 20% del coste de la nueva estación se deben «renegociar».

El denominado «frente común» que han formado los regidores de los tres municipios se escenificó durante el encuentro que mantuvieron ayer por la mañana en el Ayuntamiento de Soria. Una reunión de trabajo que se realizó con el objetivo de  elaborar una propuesta común entre los tres, que será la que presentarán a la empresa pública AcuaNorte para intentar modificar el borrador que propuso la semana pasada esta empresa pública. 

De la reunión de ayer, que se completará con otra la semana que viene en la que se fijará de forma definitiva la propuesta que harán a AcuaNorte, Mínguez extrajo varias conclusiones. En líneas generales, los tres ayuntamientos comparten dos cuestiones fundamentales, según reveló el primer edil socialista. 

Los tres consistorios creen que es imposible desde el punto de vista económico y legal asumir el pago de parte de la obra en el caso de que surjan problemas con los fondos europeos, que cubren en principio el 80% de la financiación prevista: 50 millones de euros. «No podemos asumir el pago del exceso de obra que se produzca al margen de la subvención europea [40 millones], que además no se puede cuantificar. Pueden ser 20 millones, 30 o 40. No podemos asumir la responsabilidad de un tercero al que se le ha concedido la subvención de los fondos», insistió Mínguez, quien recordó que ninguno de los tres consistorios licita y ejecuta el proyecto.

El mismo consenso reside en otra cuestión, como es la devolución del 20% del coste de la estación. Unos 10 millones, cifra que los consistorios tienen que devolver a 40 años más una serie de intereses y gastos generales como intereses (más del 4%), IVA (10%) y otros gastos generales. En total, 33,8 millones. «Queremos renegociar las condiciones del préstamo del 20%, porque no son asumibles y distan de las condiciones firmadas con los ayuntamientos de Segovia, Burgos, Vigo, Orense o Principado de Asturias», aseguró Mínguez, quien también recalcó que inicialmente, durante la reunión de junio en León, se habló de un tipo de interés del 0%. «Nos piden condiciones fuera del mercado y cercanas a los préstamos del siglo pasado y que algunos calificaban de usura». 

Otro punto en el que hay consenso es el de los plazos. Todos creen que se deben revisar. El borrador del convenio fija que las obras comiencen en abril de 2014 y se fija un plazo de ejecución de las obras de 24 meses. Es decir, el borrador da por hecho que no se cumplirá el objetivo de terminar toda la actuación antes del 31 de diciembre de 2015. Fecha tope para que el 80% de las obras se financie con fondos europeos. En este sentido, Mínguez también manifestó que es «arriesgado» dejar la mayor parte de la inversión para la anualidad de 2015.

No hay acuerdo cerrado, sin embargo, en quién debe gestionar la nueva estación. Mientras el Ayuntamiento de Soria exige como condición para firmar el convenio que sea la nueva empresa mixta que va a desarrollar quien lo lleve -y no una sociedad privada que sea encomendada por AcuaNorte-, LosRábanos también apuesta por participar en su gestión. Mínguez argumentó que quieren llevar ellos la gestión para que el funcionamiento de la depuradora sea «transparente», y permita que el recibo del agua se adecué al coste real del servicio. 

A su juicio, el Ayuntamiento debe llevar la gestión porque, realmente, el 97% de los usuarios o empresas que viertan sus aguas en la nueva depuradora procederán de la capital, frente al 2,5% de Golmayo y 0,5% de Los Rábanos. Cifras, en todo caso, estimativas.

Mínguez recordó que todavía están pendientes de recibir documentación técnica ligada al proyecto y las tarifas de gestión de la nueva estación, y recalcó que ahora trabajan en aunar las voluntades de los tres para poder rubricar un convenio que impulse el desarrollo de la nueva depuradora.

Ante el riesgo de que el proyecto no se ejecute, Mínguez aseveró que no le gusta la palabra «renunciar» al mismo. «No quiero renunciar a una inversión necesaria», apuntó, pero insistió en que las condiciones actuales, en las que hay variables que pueden elevar el coste del proyecto para los tres ayuntamientos, son «inasumibles».