Las farmacias rurales alertan de que no sobrevivirán si se liberaliza el sector

La propuesta del Ministerio de Economía y Competitividad que estudia liberalizar las farmacias, de forma que cualquier persona o empresa pueda abrir una, siempre que estén dirigidas por un titulado en farmacia, ha alertado a los farmacéuticos sorianos del riesgo que esta medida supone para su supervivencia. En este sentido se expresó el presidente del Colegio de Farmacéuticos de Soria, José Luis Blanco, que declaró que «con medidas como esta serían las grandes corporaciones las que acabarían abarcando el control de las farmacias, con lo que centrarían el negocio en los grandes núcleos urbanos, dejando desamparados los centros rurales». En este sentido sentenció que si sale adelante el documento sobre el que en la actualidad está trabajando el departamento de Luis de Guindos, «se perderían en el plazo de unos siete años el 70% de las farmacias en las provincias por el alto grado de despoblación. Se perderían los pequeños negocios familiares abriéndose la puerta a las grandes cadenas».  

Si bien las actuales farmacias rurales podrán seguir actuando como hasta ahora, de salir adelante la normativa que se está estudiando, para el presidente del Colegio de Farmacéuticos la medida pondría claramente en desventaja a las farmacias sorianas, por dos motivos básicamente.  

El primero porque las grandes cadenas, generalmente multinacionales, podrían conseguir mejores precios por parte de los distribuidores y la industria, ya que al comprar mayor volumen tendrían más capacidad de negociación; con lo que ampliarían sus márgenes de beneficio, frente a los farmacias rurales.

Hay que tener en cuenta que en la actualidad es el Ministerio de Sanidad el que fija los precios de los medicamentos para todas farmacias, si bien si la normativa sale adelante temen que las cosas cambien dejando en clara ventaja a la hora de fijar los precios más competitivos a las grandes cadenas. «Esto daría pie a que también podrían subirlos en función de sus necesidades sin depender en absoluto de una regulación del Ministerio de Sanidad», explicó Blanco. 

En segundo lugar explicó que implicaría una pérdida en la calidad del servicio, sobre todo en lo que respecta a la distribución de los medicamentos. En este sentido apuntó que en la actualidad hay un coste unitario para la distribución de los fármacos desde los laboratorios hasta las farmacias. Los laboratorios envían los medicamentos a los almacenes de distribución que son cooperativas solidarias que se mantienen con las aportaciones de todos los farmacéuticos, como en el caso de Soria, y que aplican los mismos costes tanto para enviar un producto a una farmacia del centro de la ciudad como para enviarlo a la localidad más limítrofe de la provincia. 

En el caso de salir adelante la normativa que permite la liberalización de las farmacias Blanco declaró que «con el tiempo estas sociedades cooperativas tenderían a desaparecer por la competencia».  Añadió que las grandes corporaciones fijarían sus propios sistemas de distribución de los medicamentos. «De este modo si en la actualidad cuesta lo mismo enviar un medicamento desde el almacén a cualquier farmacia de la provincia, en el caso de que desapareciera la cooperativa podría costar 10 euros mandarlo a una farmacia rural y un euro a una farmacia de la capital», con lo que la pérdida de rentabilidad de estos negocios rurales sería evidente, explicó. «Los principales perjudicados serían los usuarios de la farmacias de sitios como San Pedro Manrique o Deza», apuntó Blanco.

En cualquier caso el presidente del Colegio de Farmacéuticos apuntó que «espero que la medida no salga adelante, porque esto no beneficia a nadie más que a las grandes corporaciones que están forzando a ello».

Farmacéuticos de zonas rurales, como Miguel Ángel Navarro, responsable de la farmacia de Deza, declaró que «la medida nos condena a la desaparición» porque las farmacias son solo rentables para el propietario que se hace cargo de ellas, «no para conseguir grandes beneficios a mayores». 

Para el presidente del Colegio de Farmacéuticos «todo esto nos ha llegado a nosotros a través de una filtración de un documento power point con el logotipo del Ministerio de Economía y Competitividad», lo que modificará la ley de colegios profesionales, con lo que la colegiación no va a ser obligatoria «y va a modificar la ley de colegio profesionales para favorecer la competitividad».

El modelo de liberalización de las farmacias está funcionando principalmente en los países del América del Sur y en el Reino Unido, donde el farmacéutico no tienen porque ser el dueño, «puede ser accionista o no. Esto implicaría que los farmacéuticos pasaríamos a ser con el tiempo meros empleados de las multinacionales», declaró Blanco, lo que equiparó con el negocio de las gasolineras, «que antes cuando eran familiares abrían por la noche y ofrecían un servicio que ahora no se da, pero sí que marcan los precios y los suben y bajan cuando quieren. Igual ocurrirá cuando acaben con las pequeñas farmacias», concluyó.