En busca de nuevas oportunidades

Como muchos otros jóvenes de su generación, Beatriz Carro Soriano decidió hace cinco meses hacer las maletas y marcharse fuera de España en busca de nuevas oportunidades. La situación económica actual y las dificultades para encontrar un trabajo en España le empujaron a iniciar una nueva vida en Inglaterra donde trabaja como au pair al tiempo que perfecciona su nivel de inglés.

Pese a la trascendencia de su decisión, esta soriana de 23 años reconoce que no fue muy consciente del paso que había dado hasta unos días antes de coger el avión que le llevó a Inglaterra. «Como la mayoría de gente en mi situación, cuando acabé la carrera no tenía muy claro cual era el siguiente paso. Creo que no me di realmente cuenta de lo que estaba haciendo hasta que me quedaban pocos días para irme, así que no fue una decisión muy meditada».

Pese a ello, Beatriz confiesa que está contenta con su nueva vida en Watford, una ciudad al norte de Londres. «Vine pensando que al no ser un sitio tan grande aprendería más inglés y descubrí que aquí tienen hasta una asociación de españoles», relata.

Beatriz confiesa que el motivo principal por el que decidió marcharse fue para poder mejorar su nivel de inglés y optó por Inglaterra porque era un país «que me llamaba la atención». «Al principio me cansaba mucho hablar todo el día en inglés, pero luego te sueltas y te vas acostumbrando. Me entendía con la gente antes de venir, pero me faltaba mucha fluidez», explica Beatriz que para poder llevar a cabo esta aventura lejos de casa se buscó un trabajo como au pair. «Me encargo de cuidar los niños de la familia con la que convivo mientras estudio inglés». 

Aunque reconoce haber encontrado muchas diferencias entre la vida inglesa y la española, asegura que el proceso de adaptación no fue nada costoso en términos generales. Aún así confiesa que hay aspectos de la vida inglesa a los que no termina de adaptarse. «Los horarios son lo más difícil. Los madrugones, las enormes comilonas a la hora de cenar o salir de fiesta a las 7 de la tarde, son cosas a las que nunca llegaré a acostumbrarme», afirma Beatriz que recuerda también sus primeros días de conductora. «Era toda una aventura. Por lo visto, conducir por el otro lado, con un coche diferente al tuyo y mientras te dan indicaciones en inglés, no es tan sencillo como se podía imaginar». 

Situaciones que no han empañado la estancia de Beatriz en el país anglosajón en el que se plantea seguir una vez que acabe este trabajo debido a la falta de oportunidades que hay en España. «No tengo una fecha de vuelta muy clara. Probablemente cuando acabe este trabajo me buscaré alguna otra cosa por aquí o incluso podría irme a otro lugar nuevo, aunque aún no lo tengo pensado». 

Aunque se siente a gusto con su nueva vida, esta soriana no puede evitar echar en falta su vida en Soria y, en especial, «el cariño de mi familia y amigos». «Echo de menos la calidez de la gente en España, porque aunque aquí también hay gente cercana y que vale la pena, no es lo mismo», concluye.

«Se me están cayendo todos los tópicos»

DIFERENCIAS.  Beatriz Carro Soriano confiesa que antes de su llegada a Watford pensaba que entre España e Inglaterra no había muchas diferencias. Después de cinco meses en el país anglosajón, la opinión de esta soriana ha cambiado por completo y asegura que «cada día me sorprende una cosa nueva». «Se me están cayendo todos los tópicos. La educación es algo muy relativo, decir gracias y por favor constantemente no te convierte en alguien educado, al contrario de lo que piensan. Y respecto al trabajo... luego dicen que los españoles somos vagos...». «Otra cosa que me sorprendió fue la fauna de aquí, las enormes arañas o el hecho de que es más fácil ver zorros de noche por mitad de la ciudad que ver gatos o perros».

Al igual que otros muchos sorianos que están lejos de España, Beatriz echa de menos la comida española. «A los ingleses no les gusta saber lo que comen. Les gusta esconder la comida en trocitos pequeños bajo una capa de puré de patata o similar, que está bastante bueno, pero a veces no sabría decir si estoy comiendo carne o pescado», explica.