Heraldo-Diario de Soria

SOCIEDAD

Redención necesita voluntarios en la protectora al menos un día en semana

«El mensaje de adopciones cala, pero la falta de voluntarios es un problema grave»

Clara y Gustavo con Bimba, adoptada hace unos meses en la protectora Redención. / ÁLVARO MARTÍNEZ-

Clara y Gustavo con Bimba, adoptada hace unos meses en la protectora Redención. / ÁLVARO MARTÍNEZ-

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P. P. S. / Soria
Soria

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La protectora de animales Redención dejaba oír su voz con cierta fuerza en estas fechas -especialmente, pero también durante el resto del año-, apelando a la adopción como la mejor fórmula de adquirir un perro, antes que la compra. A pesar de que las instalaciones de la protectora que fundara Redención están llenas, «el mensaje ha ido calando» pero el problema hoy es otro: la falta de voluntarios comprometidos, lo que se traduce en «un problema real y grave». Así lo califica Carmen María, portavoz de este colectivo en defensa de los animales, cuyas instalaciones se encuentran a la entrada de Soria por la Nacional 234. «Lo único que se necesita es querer hacerlo, pero de forma constante, comprometida», comenta esta voluntaria, reconociendo que en ocasiones el trabajo puede ser duro. 

«Es fácil ser voluntario en un espacio físico caliente, pero aquí cuidamos animales y eso significa limpiar jaulas y atenderles. En invierno llueve y hay barro, puede que te manches... Pero se les cuida y se les quiere día tras día», dice Carmen, lamentando una crisis de voluntariado que extiende a otras áreas. Redención tiene cuatro voluntarios en activo y un trabajador fijo. La contrapartida a la falta de voluntarios es «la fidelidad que demuestran los tres o cuatro voluntarios jóvenes que tenemos», pero sólo los fines de semana ya que estudian fuera, por lo que «entre semana no tenemos a nadie. Si al menos consiguiéramos voluntarios un día...», apunta Carmen María.

Hace un par de años la asociación se plantó en 70 animales, por la falta de personal entre otras razones, «aunque tendríamos que bajar a 60». De hecho, salvo casos muy puntuales, Redención sólo admite animales procedentes de la perrera municipal, «que es la única vía de entrada. Ya no recogemos animales perdidos que se lleven arbitrariamente. La gente sigue diciendo que ha encontrado a un perro cuando sólo hay que ver cómo le mira el perro para saber que es suyo», explica. 

La protectora sí difunde la adopción indirecta, mostrando en su Facebook animales para adoptar además de los existentes en la protectora. «Quien ha adoptado conoce la recompensa y si ese animal muere, vuelve a adoptar». 

La protectora mantiene estrecha colaboración con el Ayuntamiento de la capital, hacia el que tiene palabras de reconocimiento por cómo gestiona la perrera municipal. Redención declinó presentarse a la convocatoria de Diputación para la recogida de animales abandonados en pueblos, por considerar prioritario que los pueblos dispusieran de un censo canino y también por la saturación de la propia protectora, cuya financiación procede de las cuotas de socios y las mesas recaudatorias.

Redención tiene unos gastos mínimos de alrededor de 25.000 euros al año, teniendo en cuenta la comida -que adquieren a distribuidoras para que salga más barato- y el veterinario. Hace poco hicieron una puesta a punto en las instalaciones con una ayuda municipal con la que se contrató a una persona durante dos meses.

La protectora va sumando adeptos a su causa en pro de la adopción animal. Clara no se lo pensó dos veces a la hora de hacerlo. «Descartamos la idea de comprar desde el principio y cuando nos compramos una casa pensamos en adoptar un perro». Así llegó Bimba a su vida y a la de su esposo, Gustavo, que fue quien la eligió echando un vistazo al Facebook de Redención. «Fue un amor a primera vista», cuenta la joven. 

La pareja calcula que Bimba tendrá dos años y medio, aunque está con ellos desde el pasado mes de marzo. Es un bordecollie de manto plateado y blanco, con un ojo azul y otro de color marrón. Su gusto por los perros ha crecido con ellos: «Mis padres tienen un boxer y mis suegros, un yorkshire terrier»

Clara recomienda la experiencia y anima de forma decidida a adoptar animales adultos «por tres razones» que expone: «Cuando lo coges, ya sabes el tamaño que tiene y evitas sorpresa; además, puedes saber también su carácter, si es difícil o más dócil; y en tercer lugar, porque los adultos resultan más difíciles de colocar y, de este modo, dejas un sitio en la protectora para otro animal». 

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