«El cine español sobrevivirá como lo hizo el teatro»

 El presidente de la Academia del Cine de España auguró ayer «la supervivencia del cine español», pese a los embates que está sufriendo en los últimos años, «pero que se acabará adaptando a las circunstancias como ocurrió con el teatro». Hizo estas declaraciones coincidiendo con su participación en la charla coloquio que ofreció ayer en el Numantino de la mano del cineclub de la Uned con motivo de su 20 aniversario.

Según González Macho «el cine español está salvado, por el momento no se ha hundido del todo, tiene un momento fuerte de creatividad, si bien un momento débil industrial, porque la industria depende del dinero y de ello estamos escasos, pero desde el punto de vista de producción se está haciendo un cine muy bueno».

Declaró que «el principal problema está en la subida de IVA y en la piratería. Hay muchos elementos que unidos unos a otros han hecho un bloque difícil de superar». En este sentido «hay soluciones que son relativamente fáciles y otras complejas, porque dependen de temas legislativos y de la administración, y estas no suelen tener demasiada diligencia». En lo que se refiere a la piratería, «en otros sitios se han tomado medidas, todo es cuestión de voluntad política, si quieren se podrá acabar con ella y si no quieren no se podrá. En España este tema está difícil porque somos líderes mundiales en ello».

Ala hora de financiar las películas defendió un modelo de desgravación fiscal «que es el que impera en la mayoría de los países del mundo, pero en este sentido el tema va un poco lento».

En cuanto a las críticas de buena parte de la sociedad al cine español González declaró que «eso es muy relativo, ya que en la última encuesta del CISel 67% de la población española estaba satisfecha con el cine español, y luego un 23% no lo estaba. También hay una conferencia política bastante fuerte de gente que rechaza el cine español por cuestiones irracionales», declaró. 

Para él está claro que «la gente sí que va a ver cine español, ahí está la película de ‘Ocho apellidos vascos’, que está rompiendo a unos niveles que no se habían visto en ninguna película ni siquiera extranjera». 

Respecto a la posibilidad de implantar en España un sistema de fondo de la cinematografía similar al de Francia, donde una parte de cada entrada que se adquiere va destinada a la producción de cine francés, declaró que «esto para España no es posible porque el modelo fiscal francés es completamente diferente al Español. Aquí es de caja única y todo el dinero va ahí y el Gobierno reparte. No se pueden hacer unas imposiciones sectoriales. Para poder aplicarlo en España habría que cambiar todo el sistema fiscal, por lo que aquí lo que pretendemos es el de la desgravación fiscal para que sea el capital privado invierta en el cine».

En referencia a la exhibición cinematográfica a la hora de atraer gente a las salas señaló que «el principal cambio que hay que concluir es la digitalización. Tenemos un parque de salas que está bien, que es uno de los más modernos de Europa, no porque seamos más listos, sino porque lo hemos hecho al final. El problema es que quizá hay sitios donde hay demasiadas salas y sitios donde no hay y tendría que haber. También está habiendo cambios, se están cerrando muchas salas y se están abriendo otras, por lo que en este sentido no hay mucho más que hacer. Hay que acabar con la digitalización, que es muy costosa, pero ya tenemos el 70% del parque digitalizado». Sentenció que «si no se digitaliza el sistema analógico de aquí a seis o siete meses se acaba en el mundo entero».

No obstante, y pese a que auguró la supervivencia del cine español, no quiso concretar si dentro de unos años la situación de la industria se mantendrá como en la actualidad, «la situación que viva el cine en España con ligeras diferencias será la que se viva en toda la UE. Los movimientos en Europa es muy difícil que sean asimétricos entre unos países y otros».

González Macho sustituyó en el cargo al director Álex de la Iglesia que abandonó el puesto por desacuerdos sobre la Ley Sinde con Ángeles González-Sinde, hija del fundador de la Academia, entonces ministra de Cultura.