Heraldo-Diario de Soria

SANIDAD

Más que vida en Paliativos

La Unidad de Cuidados Paliativos contabilizó el último año 184 ingresos, la mayoría de enfermos oncológicos, pero no todos. La edad media está en torno a los 75 años

A la derecha, Teresa Martínez González, responsable del equipo de UCP junto a otras compañeras de la unidad. / ÁLVARO MARTÍNEZ-

A la derecha, Teresa Martínez González, responsable del equipo de UCP junto a otras compañeras de la unidad. / ÁLVARO MARTÍNEZ-

Publicado por
P.P.S. / SORIA
Soria

Creado:

Actualizado:

«Cuando hay vida, se da vida; cuando llega el momento de la muerte, una buena muerte». Teresa y el resto del personal que forma parte de la Unidad de Cuidados Paliativos (UCP) del Complejo Hospitalario de Soria trabajan con una y otra con igual esmero y profesionalidad. Con la vida y con la muerte. La proximidad de ambas se siente en la primera planta del Hospital del Mirón, cercanía que viene a ser la misma fuera del edificio, no obstante. «Paliativos»  (como acostumbra a decir el ciudadano de a pie) es de esos lugares de los que no se olvida la estancia, no sólo por el carácter temporal del ingreso del paciente, sino por una cercanía y calidez en el trato que no se esperan y que resultan fundamentales en esos momentos. Recuerdos para contar tiene a cientos el personal de planta (emotivos, gratos, aleccionadores) y testimonio de las historias (con nombres y apellidos) ofrecen cuadros y placas de agradecimiento de familiares colgados en el ancho pasillo de la estancia:  a un lado están las ocho habitaciones de la UCP; al otro, el área  médica.

Por definición, la Unidad de Paliativos atiende a personas que tienen una enfermedad avanzada incurable y que ya no responden a tratamientos específicos, razón por la cual sufren muchos síntomas. La responsable de la unidad, la doctora Teresa Martínez González, habla de dolor, disnea, ansiedad, pero también del «impacto emocional» que provoca  el ingreso tanto en el enfermo, como en las familias, así como en los cuidadores. Hay que tener en cuenta que «estamos hablando de periodos de vida bastante cortos», de entre tres y seis meses, aunque en ocasiones sea más tiempo.

«Por lo general son tratamientos a enfermos oncológicos, pero ello no quiere decir que los no oncológicos no tengan cabida aquí», explica la responsable de la Unidad, que añade: «Al enfermo oncológico se le define más como paliativo pero aquí también se atiende a pacientes con insuficiencia renal terminal o con enfermedades degenerativas en fase terminal», como la esclerosis lateral amiotrófica (Ela).

Durante el pasado año se contabilizaron 184 ingresos de enfermos. La edad media está en torno a los 75 años; muchos son de edad avanzada, pero también los ha habido jóvenes. Casos en que aumenta lo dramático de la situación. En todos ellos, la atención a la familia  es casi tan crucial como la del enfermo «porque realiza un papel importante. Si la familia está bien atendida, todo irá mejor; si está descontrolada, mal».

Una llamada interrumpe la charla en el despacho de la doctora Martínez, a la que avisan de que la espera un familiar de un enfermo. Es Sonia, de Langa de Duero. Su padre falleció hace unos días y quería agradecer la atención. «No había estado nunca aquí y mi idea no era ésta. Mi padre estuvo pocos días pero fueron felices», cuenta la joven, a quien se le acaban nublando los ojos. «A ver..., es lo que es, pero se agradece tanto, tanto, la estancia y el trato. Yo me quedé impresionada, la verdad», cuenta, haciendo extensivo su agradecimiento a todo el personal de la planta. 

El equipo está formado además por una supervisora, seis enfermeras, seis auxiliares clínicas y un auxiliar administrativo, así como personal compartido con diferentes servicios como el psicólogo (conjuntamente con Salud Mental), los celadores y un asistente social.

«Aquí no hay horas, se está a cualquier tiempo. Desde el personal de la limpieza hasta arriba, todo el mundo», afirma la doctora, subrayando la importancia de la intercomunicación del equipo. «Toda la información es buena. Lo que se dice (familiares, enfermos...) al médico, a la enfermera y también a la auxiliar o a la persona encargada de la limpieza».

La más joven del equipo es Almudena Oliva Soria, de 27 años,  en su día alumna en prácticas en la Unidad de cuidados Paliativos y hoy está como residente, haciendo la especialidad de Atención Familiar y Comunitaria. La joven destaca precisamente «el cuidado total que se da al paciente y a la familia, el trabajo y la atención integral que resulta tan importante», comenta.

Un enfermo llega a Paliativos cuando lo remite su médico especialista, bien para su hospitalización en planta o a consulta, lo que puede derivar o no en su ingreso. A lo largo del último año se vieron 104 consultas, 57 en el hospital Virgen del Mirón, y 47 en la consulta de Paliativos que se abrió hace año y medio en Santa Bárbara, junto al área de Oncología. Entre otras razones, «para que el enfermo no vea tanta ruptura entre allí y aquí».

Un ingreso en la UCP no significa el fallecimiento del enfermo; puede ser así o que se estabilice. No son frecuentes, pero también hay casos en que se les da el alta «y se van a domicilio con controles periódicos». En la provincia de Soria no hay equipos domiciliarios de Paliativos, por lo que la vigilancia y control corre a cargo de los equipos de Atención Primaria. 

 

tracking