Heraldo-Diario de Soria

SORIANOS POR EL MUNDO

Sonrisas en la capital tecnológica europea

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Publicado por
J. RAMÓN RODRÍGUEZ / Soria
Soria

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Trabajar intentando provocar sonrisas en una ciudad que está considerada como el segundo centro de investigación científico francés, después de París, y que es la capital de los Alpes no deja de ser sorprendente. Y si el artista es soriano esa sorpresa causa una especial curiosidad.

 

No debe ser fácil sobrevivir siendo artista. Y menos en ciudades con proyección en el campo de la investigación merced a un potente centro científico y tecnológico y cuyo despegue internacional se produjo a partir de ser la sede de los Juegos Olímpicos de invierno de 1968.

Fue en 2011 cuando aterrizó a Grenoble, una ciudad al sureste de Francia que tiene en torno a 160.000 habitantes, el adnamantino Miguel García. Dos fueron las motivaciones que hicieron cambiar a este joven de 35 años la villa del mueble por la ciudad francesa dominada por la Bastilla. Su pareja se trasladó a Grenoble para realizar un master. Él, además, pensó que podía ser una oportunidad para aprender el segundo idioma más hablado en la Unión Europea. Estas motivaciones justificaron hace tres años el traslado junto a su novia a esta ciudad del sureste del país vecino.

Durante estos tres años, Miguel está provocando sonrisas. Es payaso, trabaja en un hospital con la compañía Soleil Rouge (una asociación de payasos de hospital) e imparte cursos de cómo hacer reír. «Yo ya trabajaba como payaso en Barcelona y llevo más de diez años de experiencia», cuenta Miguel como el que dice que trabaja de directivo en una empresa informática. Un soriano que hace reír a los franceses con una vena artística que le llevó a fundar el ‘Colectivo Terron’, con el que ponen en escena «un teatro más cercano a las marionetas y el teatro de materia», con espectáculos como ‘Tierra Efímera’ y ‘Le roi de sables’.

Su actividad profesional se completa como director artístico de otras compañías y su participación en un proyecto pedagógico, Amàco, para escuelas superiores de arquitectura e ingeniería donde divulga los beneficios de las materias naturales para construir de manera más ecorresponsable. «Desarrollo en nuestra compañía una búsqueda de cómo poner en escena la materia (tierra, arena, agua, etc) y explotar todas sus posibilidades estéticas.

Así, que en este proyecto trabajo como artista pedagogo para la concepción de experiencias pedagógicas y trabajar el aspecto sensorial y artístico», relata este experimentado artista que destaca las recompensas que se logran cuando uno está en un país que no es el suyo y la comunicación se complica. «Está claro que instalarse en un lugar donde no hablas la lengua es complicado y, además, tienes que hacerte un sitio a nivel profesional, pero las recompensas son siempre muy gratificantes».

«En un principio, el hecho de ser extranjero te complica las cosas, idioma, cultura, etc, pero con el tiempo vas salvando los obstáculos y venir de otro lugar se convierte en un valor añadido», cuenta desde la distancia este adnamantino quien reconoce que pese a las posibilidades de la ciudad por su reconocido centro de investigación, «no es la ciudad de mis sueños», a pesar de que la vida dice que es «muy accesible e interesante», y es que goza de una vida asociativa «muy rica» que permite que se desarrollen proyectos a nivel cultural, social, político muy interesantes. Además, su enclave le convierte en un lugar privilegiado para la práctica de deportes como el esquí, la escalada y la montaña.

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