Heraldo-Diario de Soria

SANIDAD

Sólo una de cada cinco urgencias precisa ingreso hospitalario

El servicio atendió 28.112 pacientes el pasado año, un 1,3% más
Lapuerta reclama más plazas para un área con nueve médicos

Luis Lapuerta en la Unidad de Corta Estancia, junto a otra profesional del equipo durante una visita en el turno de mañana. / V. GUISANDE-

Luis Lapuerta en la Unidad de Corta Estancia, junto a otra profesional del equipo durante una visita en el turno de mañana. / V. GUISANDE-

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P. PÉREZ SOLER / Soria
Soria

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«A veces vemos patologías crónicas con años de evolución; otras a pacientes que se sabe que no tienen nada roto y piden y exigen una radiografía. Hay personas con procesos banales de cuadros gripales, que vienen porque consideran que hay aquí más recursos, formación o disponibilidad de medios. Urgencias es un servicio saturado en ocasiones, por patologías muchas veces banales...». El jefe del servicio de Urgencias del Complejo Hospitalario de Soria, Luis Lapuerta Irigoyen, sabe que el tiempo no corre igual en la sala de espera que en los boxes del Servicio de Urgencias del hospital, donde la actividad es frenética y se adapta a la indicación de gravedad que se marca (triaje) al paciente. Por esta área pasaron durante el pasado año 28.112 personas, de las que el 20%  (5.817) precisó ingreso hospitalario y el 80% (22.295) regresó a su domicilio tras ser atendido. Cifras y porcentajes que reflejan que sólo una de cada cinco personas que acude a Urgencias queda ingresada. 

De hecho, la mayoría va de forma espontánea. Del total de pacientes que acudieron, 19.532 (69,38%) lo hicieron sin ser derivados por ningún otro servicio, mientras que 8.623 (30,74%) provenían de Atención Primaria. Los pacientes trasladados desde el Virgen del Mirón son mínimos.

En relación con el año anterior, se aprecia un sensible aumento de pacientes atendidos, concretamente un 1,3% más: frente a las 28.112 urgencias del último año, en 2012 se contabilizaron 27.739 asistencias hospitalarias. De éstas, 5.881 precisaron ingreso hospitalario, lo que arroja un porcentaje similar al del pasado año. 

En muchos casos, como en todos los hospitales, detrás de la visita a Urgencias «está el ‘porsiacaso’», comenta el jefe de servicio, con una lista de ejemplos bastante larga de cómo el uso ciudadano de este servicio no es siempre el correcto. «Hay pacientes que nos dicen que carecen de una radiografía y tienen un estudio radiológico de esa misma mañana; otros están en lista de espera para consulta, pero consideran que su dolencia no puede esperar dos o tres semanas, como su médico de cabecera ha dicho. Hay muchas personas que multiplican los recursos», añade el doctor Lapuerta. 

La proximidad del hospital y el hecho de que Urgencias «no tenga las trabas administrativas que puede haber en Atención Primaria» propician un mal uso de Urgencias, donde con frecuencia «no sólo se tratan  problemas sanitarios, sino también muchos problemas sociales y administrativos», comenta el responsable de área, aludiendo al último caso: «Recientemente trajeron a una persona de un pueblo que debía de llevar un par de años viviendo solo y en condiciones insalubres; ni su casa reunía condiciones ni el paciente estaba para vivir solo. Y eso no corresponde a Urgencias sino a los Servicios Sociales que hay en ese pueblo. Son pacientes que lo primero que hay que hacer es meterles en una ducha. Aquí no hay personal asignado para eso, pero se hace, y a cargo del personal que hay en esos momentos en el servicio». 

En Urgencias se ven entre 80 y 90 personas al día. La edad media depende de la patología que tengan. Medicina interna y traumatología son las áreas con un mayor número de urgencias, y en las que la edad del paciente suele ser avanzada. «Esto no colapsa el servicio, pero sí lo ralentiza. No es lo mismo una exploración a alguien de 30 años que a un mayor, que muchas veces viene solo», apunta el médico, para quien los tiempos de espera son «cortos, muy cortos. Y siempre se intenta respetar en función del nivel asistencial que se atribuye a cada paciente». 

Así, quienes llegan en el 112 con una patología aguda o «los que se activan por emergencia sanitaria o vía medicalizada son pacientes de atención inmediata, que acceden por un lugar diferente y entran directamente a boxes».

Más plantilla

Fines de semana, puentes, vacaciones y época estival varían el ritmo de trabajo, así como las fiestas. «Los puentes en Madrid y en el País Vasco se notan muchísimo y en julio y agosto, esto se dispara», asevera el jefe de Urgencias, bastante claro a la hora de hablar de falta de personal: «Durante todo el año aquí hay una plantilla muy corta comparativamente con otros hospitales del mismo nivel asistencial, como Segovia, Ávila o Zamora, por ejemplo», sostiene Luis Lapuerta que añade: «No hay gente suficiente en plantilla para cubrir los puestos pactados con la gerencia. Si eso fuera una puntualidad, se crea el refuerzo; pero cuando  es durante todo el año lo que hay que crear son plazas». A su juicio, Urgencias necesita seis médicos más en plantilla, reivindicación que ya ha sido planteada tanto a la dirección del hospital como a la Gerencia regional de Sacyl.

Así y con todo, Lapuerta sostiene que la atención sigue siendo la misma porque la plantilla que queda «ha aumentado el nivel de actividad», a pesar de que se hicieron seis contrataciones de atención continuada, con las que, en su opinión, «se pierde el contacto directo con el servicio». Al margen de las necesidades de plantilla «hay solicitados unos refuerzos de verano, porque pasamos de una actividad asistencial diaria de entre 80/85 pacientes a 165-170. No es lo mismo una o dos horas de demora en marzo, que en agosto, con fiestas y muchos más desplazados», explica el médico. A renglón seguido recuerda un fin de semana cercano, «bastante trágico», con dos muertos al estrellarse una avioneta (uno de ellos herido inicialmente), y una tercera víctima en accidente de circulación. «Cada vez que viene un médico en situación crítica, dos médicos de este servicio están polarizados para esa persona. Quedan otros tres para los que vienen de fuera, los que esperan, quienes están en observación, los que hay en el hospital de día... Por eso no es pedir por pedir; hay que estar preparados».  En festivos hay tres médicos en Urgencias.

En jornadas como la del accidente aéreo los tiempos de espera se incrementan. «A veces se dice y se explica la situación, pero es muy poquita gente la que se va».

Según fuentes hospitalarias, las especialidades con un mayor número de urgencias son: Medicina interna (8.052 el pasado año); Traumatología (6.130); Pediatría (2.446); Obstetricia (1.137); Oftalmología (1.061) y Cirugía (1.034).   Además del personal médico, en Urgencias trabajan 21 enfermeras, 16 técnicos auxiliares de Enfermería y 5 celadores por turnos.

A las urgencias hospitalarias hay que sumar las que se producen en los centros de salud, urbanos y rurales, donde el último año se atendió a 67.706 pacientes: 22.625 en la capital y 45.081 en municipios de la provincia. La mayoría de las consultas fueron en el mismo centro de salud, pero en ocasiones en el mismo domicilio. La estadística refleja 6.173 urgencias domiciliarias, frente a 61.533 atenciones en los centros a lo largo del año.

Urgencias extrahospitalarias

El total de urgencias extrahospitalarias ha descendido un 13%, teniendo en cuenta que durante 2012 acudieron de forma urgente a un centro de salud 77.800 personas.    Así, teniendo en cuenta las del hospital y las de los centros de salud, el global de las urgencias ha caído en el último año por el descenso en las extrahospitalarias. Frente a las 95.818 dispensadas el pasado año, el anterior hubo 105.539, lo que refleja un descenso del 9,2%.

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