Heraldo-Diario de Soria

TRIBUNALES

Piden diez años de prisión para dos policías acusados de detención ilegal

La acusación particular también pide 3.000 euros de multa para uno

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J. RAMÓN RODRÍGUEZ / Soria
Soria

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La Audiencia Provincial de Soria juzgará el próximo 24 de julio a dos policías locales denunciados por dos vecinos de la capital como presuntos autores de sendos delitos de detención ilegal, y uno de ellos, además de una falta de lesiones.

Los hechos que se juzgarán por el tribunal de la Audiencia Provincial ocurrieron el 10 de julio de 2010 cuando los policías locales denunciados entraron en un bar de la calle Santa Bárbara de la capital. 

Según los denunciantes, y así figura en las conclusiones provisionales de la acusación particular, uno de los agentes se dirigió al empresario hostelero fallecido Víctor Chicote al que empujó como consecuencia de lo cual cayó al suelo para seguidamente decirle: «Ahora llorarás como una nenaza».

Como consecuencia de la actuación del agente, otro vecino de la capital que se encontraba en el establecimiento, en concreto Alfredo Bravo, recriminó, siempre según el escrito de calificaciones provisionales, la conducta al agente de la Policía Local lo que provocó que se encarara con aquel.

Asimismo, el mismo agente, según las conclusiones preliminares de la acusación particular, dijo al mencionado empresario hostelero «ahora llamarás a tu amiguito el alcalde». Posteriormente, según el escrito de calificaciones preliminares, los agentes exigieron a Bravo que no hiciera fotografías del interior del establecimiento ordenándole que las borrara o los llevaban detenidos.

Ante la negativa de este, según la acusación particular, los policías locales, «en lo que puede considerarse una actuación desproporciona», procedieron a su detención de manera «irregular sin haber sido previamente identificados, ni informados de la causas de su detención y de sus derechos».

Según el escrito de calificaciones, fue en ese momento de la detención cuando Chicote sufrió una segunda agresión al ser nuevamente tirado al suelo de frente, colocándole uno de los agentes su rodilla contra la espalda para posteriormente subirlo de manera brusca y ser introducido en el coche patrulla de manera violenta, sufriendo lesiones en una rodilla y hematoma en el cuero cabelludo. La acusación particular solicita para cada uno de los dos agentes de la Policía Local penas de cinco años de prisión e inhabilitación absoluta durante ocho años como autores de un presunto delito de detención ilegal. También reclaman para uno de los dos policías una multa de 3.000 euros y que sea condenado a indemnizar a uno de los denunciantes en la suma de 289 euros.

Por su parte la representación legal de los agentes de la Policía Local solicita la libre absolución para los policías locales y el pago de las costas causadas por su defensa por parte de la acusación particular.

El relato de la defensa es diferente al de la acusación particular. Según el escrito de calificación de la defensa, los agentes locales intervinieron en una discusión entre dos personas que estaban en el establecimiento. 

En concreto, según el escrito de conclusiones preliminares, los policías locales, que estaban de uniforme y habían hecho un descanso en la jornada laboral, intervinieron cuando uno de los denunciantes, Chicote, se subió en un taburete con el puño en alto en dirección al físico de otra persona, cayendo posteriormente este al suelo debido presuntamente a la ingesta de alcohol.

Según el abogado de los policías locales, estos no conocían a las personas implicadas en los hechos y añade en el escrito de calificación que Chicote insultó a uno de los agentes con frases como: «Sois unos chulos gilipolas; voy a llamar al Andrés y a la Lourdes y os a vais a enterar, payasos».

Además, en ese momento intervino otra de las personas, Bravo, quien también profirió frases a los agentes como: «Habéis pegado a mi amigo; os vais a enterar payasos». Además, según la defensa de los agentes de la Policía Local, les hizo fotografías con el móvil y al ser requerido para que las borrara les dijo que: «Yo puedo hacerte las fotos que me salgan de los cojones y no tengo porqué borrarlas», al tiempo que les insultó e hizo caso omiso de las instrucciones que los agentes les indicaban.

Para la defensa los hechos no son constitutivos de delito alguno, igual que para el Ministerio Fiscal que solicito el sobreseimiento provisional del caso al «no resultar motivos suficientes para acusar a los agentes en su intervención».

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