Heraldo-Diario de Soria

TRIBUNALES

«No soy traficante, las 490 pastillas que había en el coche no eran mías»

Fiscalía pide prisión para un joven acusado de un delito contra la salud pública

La vista oral se celebró ayer en la Audiencia Provincial. / ÁLVARO MARTÍNEZ-

La vista oral se celebró ayer en la Audiencia Provincial. / ÁLVARO MARTÍNEZ-

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«No soy traficante de droga. La ketamina y las 490 pastillas que había en el coche no eran mías». Es el testimonio de un joven que responde a las iniciales de A.M.C. y que se enfrenta, a petición del Ministerio Público, a una pena de cinco años de cárcel y una multa de 6.000 euros como supuesto autor de un delito contra la salud pública.

A.M.C., consumidor de droga confeso y en prisión provisional sin fianza desde el 26 de febrero, prestó ayer declaración en la Audiencia Provincial durante una vista oral que se prolongó cuatro horas. Declaración en la que negó que comprara y fueran suyas las 490 pastillas que, según el testimonio de varios agentes de la Guardia Civil, fueron halladas en el interior del coche de su familia que él utilizada, concretamente, en la parte trasera de la palanca de cambios. Allí, en el vehículo, se encontraron estas pastillas, que tenían un peso bruto de 133,6 gramos. También se halló ketamina, con un peso bruto de 5,5 gramos, y una báscula. 

El caso quedó ayer visto para sentencia. Los hechos se remontan al 25 de febrero de 2014 y ocurrieron en un municipio del Moncayo. Cinco agentes de la Guardia Civil y cuatro jóvenes involucrados en el caso narraron ayer su versión.

Ese día, A.M.C. estaba en un coche junto a dos «amigos o conocidos», que estaba estacionado en una carretera a las fueras de un municipio del Moncayo. Previamente, había consumido marihuana, cocaína y alcohol. Así lo confesó ayer.

Una patrulla de laGuardia Civil vio el vehículo y se aproximó a él. Los agentes identificaron a dos de los jóvenes, pero no al acusado. No llevaba identificación y dijo que su Dni estaba en su coche, que estaba aparcado en el parking de un hotel del propio municipio.

Los agentes, que vieron «polvo blanco» en la nariz del acusado e identificaron olor a marihuana procedente del interior del coche, solicitaron a los jóvenes que fueran hasta el turismo de A.M.C. Los tres le hicieron caso y fueron hasta el parking. Durante el trayecto, el acusado facilitó las llaves del coche a uno de sus amigos. Una vez en el aparcamiento, y pese a que éste estaba estacionado, ninguno lo identificó.

La Guardia Civil trasladó a A.M.C. al cuartel. Le identificaron. Y se dieron cuenta de que su familia tenía un coche que él utilizaba y que correspondía a uno de los que estaba estacionado en el parking. Los agentes fueron a ver el vehículo estaba, pero no lo encontraron. Y es que los compañeros de A.M.C., con la colaboración de una tercera persona más, trasladaron el turismo al garaje de uno de ellos. Así lo reconocieron ayer los tres. Todos alegaron, en su defensa, que no sabían con certeza qué en el interior del coche había las citadas sustancias estupefacientes. De ahí que ninguno esté acusado.

Los agentes, una vez identificado al acusado y corroborado que su vehículo no estaba en el parking, dejaron marchar al joven. Pero le siguieron. Y le encontraron montado en un vehículo junto a los tres compañeros que habían desplazado el citado turismo de A.M.C. 

Uno de ellos confesó dónde estaba el vehículo. Los agentes fueron con ellos al garaje y una vez dentro encontraron la mencionada cantidad de droga que ha servido a la Fiscalía para acusar a A.M.C. de un delito contra la salud pública. Un agente testificó ayer que el acusado confesó a la Guardia Civil, tras encontrar la droga, que ésta era suya, la había comprado por 800 euros a un árabe en la Dehesa y que sus amigos no sabían nada.

Sin embargo, A.M.C. negó ayer que las cantidades encontradas fueron compradas por él ni que esa droga fuera suya. No obstante, matizó que sí adquirió droga para consumo personal: 15 o 20 pastillas y dos bolitas de cocaína. En ese sentido, confirmó el pago de 800 euros y que la operación fue en la Dehesa. Si el montante de la operación fue tan elevado fue porque, según significó, tenía que hacer frente a deudas o pagos que tenía con su proveedor.

Tras las declaraciones de los implicados, de los agentes y de un técnico que hizo la prueba toxicológica, la Fiscalía elevó a definitivas sus conclusiones por las que pide prisión para el acusado, al considerar probados los hechos y valorar como «coherentes» las declaraciones de los agentes y el experto en toxicología, y «correcta» su actuación en el proceso.

La defensa pidió la absolución del acusado y su salida de prisión. El letrado habló de «incertidumbre peligrosa» al poner de manifiesto que para determinar si las sustancias estupefacientes eran droga o no sólo se tuvo un en cuenta una muestra de 52 pastillas sobre el total de las 490. También recordó que inicialmente la Guardia Civil contabilizó 400 pastillas y luego 490. También dijo que la supuesta confesión de A.M.C. ante los agentes no está en el atestado que estos elaboraron y subrayó que el escenario en el que se encontró la droga está «contaminado». A su juicio no hay pruebas de que traficara, la droga fuera suya y la colocara él. 

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