SORIANOS POR EL MUNDO
Un investigador conquistado por los ríos suecos
Este joven adnamantino tenía clara su vocación por la biología. La oportunidad de instalarse en Suecia e investigar hizo que hace tres años hiciese la maleta a Escandinavia.
Fernando rodeado por sus grandes pasiones, los bosques y masas de agua.-
El adnamantino Fernando Chaguaceda lleva ya tres años por tierras suecas, como estudiante en un principio y ‘disfrutando’ de un doctorado en su pasión, la biología, desde hace unas semanas.
El 14 de agosto hizo «tres años de que puse mis pies en la pequeña ciudad de Lund (más o menos como Soria de grande), en el sur de Suecia. Allí es donde hice un año de Erasmus y dos años de máster en ecología acuática.
Mis pasos me han llevado ahora a Uppsala, cerca de Estocolmo, donde llevo viviendo tres de semanas y donde por lo menos me estaré otros cuatro años más haciendo un doctorado trabajando en los lagos de por aquí».
La decisión de trasladarse a Escandinavia llegó «en parte gracias a otros compañeros y compañeras de carrera de Biología que querían irse de Erasmus y que me atrajeron a la idea. Una vez decidí irme de Erasmus, Suecia fue mi prioridad absoluta, por el hecho de conocer la cultura Escandinava y sobre todo por la naturaleza: sus lagos y sus bosques boreales habitados por alces.
Además en Suecia están de las instituciones más punteras en el estudio de las aguas dulces y de los organismos que viven en ellas, que es lo que siempre me ha llamado la atención desde pequeño a orillas de nuestros ríos sorianos».
Las jornadas de pesca son un doble disfrute. Respecto a las mejores cualidades de su país de acogida, este joven adnamantino destaca «la concepción de que lo público es de todos y que son bienes que hay que cuidar y conservar y el respeto por la naturaleza y la implicación de los gobiernos en su conservación».
Tampoco desdeña costumbres, o «instituciones» según las describe, como «el ‘fika’ o la hora del café (siempre puntual a las 10.00 y a las 15.00 horas), el ‘kanelbulle’ o bollo de canela, una buena cangrejada regada con ‘snaps’ o licores de la zona cantando canciones típicas o el poder acampar en prácticamente cualquier lugar gracias a la ley llamada ‘allemansrätten’, que también permite coger setas y bayas incluso en bosques privados».
No obstante, no todo son parabienes. «Lo peor sin duda son las largas noches de invierno y el tiempo impredecible que puede cambiar cada diez minutos. Este año hemos tenido igual solamente 100 días de más o menos sol. El resto lloviendo o nublado. También los costes de vivir son más altos que en España, sobre todo el ir al bar, porque una pinta de cerveza suele costar cerca de 10 euros y ya no digamos bebidas con más alta graduación ».
No obstante, su prioridad sería importar de Soria «el carácter y la espontaneidad de la gente soriana, el ambiente de los bares, las verbenas, las charangas y unas cuantas vueltas de chorizo». Para exportar a su provincia desde Suecia, Fernando propone «el uso de la bicicleta, de los niños a los más mayores, el respeto por lo que es de todos y el poder acampar donde uno quiera».
A pesar de ello, no sabe si se quedará ‘para siempre’ allí. «La vida de un investigador no es muy estable, lo único que sé es que no me importaría lo más mínimo quedarme aquí y estoy contento con las oportunidades que este país me brinda para poder crecer en lo laboral y en lo personal».