José Ángel Márquez: "Me rebelo hacia dentro"

Se dice algo tiquismiquis y cómo no serlo serlo: suyos son los dineros públicos y sus manos cuentan mucha historia. El gusto de José Ángel Márquez Muñoz (Soria, 1963) son los libros y el patrimonio y cierto humor peculiar que no le resta cercanía. Al Cronista de Almazán le define la curiosidad; al tesorero municipal, la pulcritud; y ambos, el afán infantil de buscar piedras y puntas de flecha junto al Duero.

Pregunta.-Oiga, ¿dónde se sumergiría usted sin pensarlo?

Respuesta.-En el mundo de la investigación, de los libros, la lectura y de los archivos sería un buen mundo. No el único pero uno bueno.

P.-¿Por qué la historia antes que nada?

R.-Es una vocación desde que era pequeño.

P.-A ver ¿por qué ser feliz no es gratis?

R.-Hay muchos condicionamientos en la vida que hay que vencer, con esfuerzo y superación. Pero se puede y merece la pena.

P.-¿Dueño de qué?

R.-De una parte ínfima de cultura, una pequeñísima parte del saber. Lo digo sin engreimiento. Yo me considero culto por lo que ignoro, valga la contradicción. Como mi ignorancia es muy grande reconozco que no sé muchas cosas y que tengo que aprender, consultar, mirar libros... En la medida que estoy dispuesto a aprender y a empaparme de más conocimientos en ese sentido soy culto, siempre está abierto a saber más.

P.-Un descubrimiento que no se crea a estas alturas.

R.-Suelo ser bastante crédulo.

P.-Atrévase a decir una pena histórica que recuperaría?

R.-No hay que recuperar castigos, sino favorecer vínculos de solidaridad, de amistad y ayuda.

P.-Una idea que emprendería...

R.-El fomento de la cultura en sus múltiples variantes. pero casi con un sentido elitista, por desgracia es así. Hoy escuchar un concierto de música clásica la gente lo ve como algo elitista que no estuviera al alcance de cualquier escucharlo. Esto no es así, aunque se considere así.

P.-¿Qué aporta el saber histórico a la resolución de la crisis?

R.-La conciencia crítica, saber que ha habido momentos precedentes y si no se tienen en cuenta esos antecedentes se pueden repetir los mismos errores.

P.-¿Qué error comete a menudo?

R.-Aunque no lo consiga, uno intenta ser perfecto y superar sus deficiencias. Cierta cabezonería si acaso.

P.-¿Cómo cambiaría el mundo?

R.-Con muchísima didáctica, por la vía docente. Educando.

P.-¿Ratón de Biblioteca o memorión?

R.-Para ciertas cosas tengo un memorión, para otras nada. Para lo que me interesa sí. Pero luego hay que recurrir a las fuentes.

P.-Oiga, ¿qué no debe decir nunca un cronista?

R.-No es que no se deba decir nada, hay forma de decir las cosas sin que sean hirientes. Hay que decir las cosas de la forma que resulten menor hirientes ni ofensivas.

P.-¿Qué le resulta evidente y no lo es tanto?

R.-La situación de Soria. Falta mucho sentido crítico de los sorianos. Ahora se está empezando a despertar una conciencia que no se tenía. Luego los políticos han pasado de nosotros y tan contentos. No ha habido sentido crítico para castigarles en un sitio que se llama urnas.

P.-Oiga, que su jefe es un político...

R.-Me refiero a la situación política a nivel nacional. A nivel local es otra cuestión, otro nivel distinto. 

P.-¿Cuándo supo que era mejor no cerrar la puerta de Herreros?

R.-Cuando hace mucho frío sería mejor cerrarla

P.-¿Cuáles le faltan por abrir?

R.-No sé... Uno con los años va dejando ilusiones por el camino, se cumplen años y hay cosas que se van esfumando. Sobre todo hay que tener tiempo... (Más concreto, por favor). Formar una familia por ejemplo es una puerta que no tengo abierta y que cada vez veo más lejana. 

P.-¿Qué le resulta esencial?

R.-Las relaciones humanas a todos los niveles.

P.-¿Su estado anímico?

R.-Normal. (Defina normal). La situación de crisis es una losa... (Le pregunto por usted, no por la crisis). Eso influye en el estado... el pueblo no tiene la vida que necesita y eso influye, a nivel familiar, de amigos...

P.-¿Cómo se rebela si lo hace?

R.-Me rebelo hacia dentro, cabreándome conmigo mismo cuando no salen las cosas como yo quiero.

P.-Si tan claro tiene el pasado, ¿qué le gustaría adivinar el futuro?

R.-Muchas cosas pero eso se escapa a un historiador. Sería futurología.

P.-¿Cuál es su época?

R.-El Renacimiento. Tuvo que ser un cambio mental tremendo para las gentes. Pudo ser buena época.

P.-¿Por qué se le hacen recortes a la historia?

R.-Muchas veces interesa manipular la historia y para determinadas ideas mentales, políticas, culturales interesa visiones sesgadas y hay visiones que no gustan y se suprimen y se recortan. En el fondo siempre ha pasado eso.

P.-¿Le importa más la historia de los muertos que de los vivos?

R.-En principio las de los muertos en el sentido de que las de los vivos las puedo juzgar de muy escasa y muy limitada manera.

P.-¿Qué encontrarán si dentro de unos siglos hurgan en la suya?

R.-Pues una persona trabajadora, con gran amor a los libros y... (Dígame algo que no sepa).Mucho material inédito en el sentido de lo que estoy recopilando y no voy a tener tiempo de sacar a la luz en la vida. La curiosidad nunca se acaba.