Heraldo-Diario de Soria

Gastronomía

El torrezno más dulce del mundo

Un nuevo turrón ‘premium’ quiere poner patas arribas el ‘status quo’ en las mesas sorianas

El producto marida chocolate y cortezas crujientes.-Álvaro Martínez

El producto marida chocolate y cortezas crujientes.-Álvaro Martínez

Publicado por
Julio Matute
Soria

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Hubo un turrón que se preciaba de ser el más caro del mundo. Gloria transitoria y apenas un recuerdo reservado a los que a día de hoy  ya peinan canas. Ahora el cuento ha cambiado y la verdadera razón para un buen eslógan tiene que ver con otro tipo de tableta: la más soriana del mundo, la del turrón de torreznos.

Esta creación, solo en apariencia arriesgada, nace del genio de Cristina Aldavero, directora del Club de Catas, en colaboración con la pastelería Venus. Todavía en fase preliminar y de pruebas, gustosa prueba.

«No es nada novedos ni extravagante» sostiene con desparpajo Aldavero. La alianza es, a su docto juicio, es mucho más que algo plausible, toda vez que la mezcla es apasionante. «Es normal que un producto cárnico combine a la perfección con el buen chocolate», defiende.

Esta idea, reconoce Aldavero, surge de forma espontánea «al hacer algunos maridajes con vinos generosos dulces». Esta nueva forma de alquimia sin miedo «resulta curiosa, y agradable, en contacto con el torrezno de Soria».

La premisa de inicio fue clara, en respuesta a una pregunta inducida: «¿Por qué, si ya hay un helado de torrezno, no puede haber un bombón, un chocolate o, todavía más, un turrón?

Todo era cuestión de arremangarse y ponerse a trabajar. «Nos pusimos manos a la obra, la tarea no ha sido fácil, puesto que hay que mantener un equilibrio entre el sabor dulce y la personalidad del cacao con el contenido graso, la textura y el sabor genuino del torrezno».

En cuanto a su formulación se explica que «se trata por tanto de un turrón cremoso,  texturizado, con una buena dosis de torrezno, cubierto por una fina capa de chocolate y adornado con esas características cortecitas crujientes». Lo  que viene siendo una indisimulada invitación al pecado. También el propio de la carne.

 El resultado no puede ser más estimulante para el futuro consumidor «porque es un producto que no pasa desapercibido, ni en forma ni en sabor».

Estamos ante el que es solo un primer gran paso. El camino no será fácil, lo sabe Aldavero, pero la pretensión es inequívoca y pasa por saber perseverar.

«En esta misma linea de trabajo, mi siguiente idea es colaborar con empresas locales para consolidar la formulación y hacer una adaptación más comercial: bombones y chocolate de torrezno, dos productos que pueden ser, sin duda, un dulce recuerdo de nuestra provincia».

El planteamiento tiene notables precedentes en otros lugares de España, donde el turrón premium es un reclamo de enorme poder para consumidores ocasionales y para gurmés, amantes de productos con carácter, singulares y pegados a la tierra.

Es por ello relativamente común el ofrecer este tipo de dulces con una limitación temporal clara, acotados exclusivamente a la época navideña.

Entre ellos, uno de los casos más conocidos, y todo un referente para el sector, es el turrón de ‘intxaursaltsa’ (salsa de nuez), una’rara avis’ -dicen- entre los turrones, ya que muy pocos se realizan a partir de este fruto seco. Las características específicas de este ingrediente son las que añaden la principal dificultad en la elaboración para obtener la textura y el sabor deseados.

En este caso, también, se decora el bloque de turrón a mano, antes de proceder a su corte en tabletas y en porciones de bocado llamadas por sus creadores ‘delicias’. Un caso de éxito probado que puede animar a los promotores sorianos a seguir dando arreones para revolucionar tanto las mesas sorianas como la de los visitantes, en lo que puede ser un intento sólido de  acabar con el ‘status quo’ de la dulcería navideña.

La puesta de largo del novedoso turrón de torreznos contó con la colaboración fundamental de José Ángel Carnicero, de la Pastelería Venus, que sorprendió a los habituales del evento, casi medio centenar de asistentes al ciclo de catas del Casino la semana pasada. Ellos, sin ningún género de dudas, se pueden considerar como la avanzadilla de elegidos entre los intrépidos catadores de Soria.

 

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