Heraldo-Diario de Soria

Cultura

Soria es ‘infiel’ y olvida a Bécquer

Las instituciones ‘desprecian’ el 180 aniversario del nacimiento del poeta y su paso, próximo a los siete años por estas tierras, que suma un quinto de su existencia, en un aquelarre de frío silencio

Bécquer.-Álvaro Martínez

Bécquer.-Álvaro Martínez

Publicado por
Julio Matute
Soria

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Por periodista por censor por presunto pornógrafo por amante de la zarzuela o por ser el autor del libro de poesía más leído en lengua castellana. O, tal vez, por su relación con el mundo de las brujas. El caso es que Soria vive hoy el 180 aniversario del nacimiento de Gustavo Adolfo Bécquer en pleno aquelarre de indiferencia institucional. Por no llamar a la figura por su nombre más certero: desprecio absoluto. Todo en un momento en el que todavía resuenan los ecos de una hermosa película, firmada por Elena Cid, que glosa su figura y de las constantes aportaciones que, sobre su poliédrica figura, aporta el ámbito universitario, otro gran olvidado.

Bécquer solía repetir la frase de Lamartine de que «la mejor poesía escrita es aquella que no se escribe». Algunos, posiblemente, hayan pensado que la mejor efemérides es la que no se celebra. O la que solo se hace bajo el cielo protector de una cifra redonda con la que poder sacar pecho.

Sin ir más lejos en la web del Ayuntamiento de la capital se puede leer: «Soria sucedida y barbacana, la tierra escrita con plumas de Bécquer, Machado, Gerardo Diego o Unamuno, autoras de una cartografía literaria que recorrer en cuerpo y letra por una ruta multiplicada. Es así como la herencia poética se vuelve aquí paisaje». Despoblado paisaje, del que se apean figuras por desidia, por pura molicie.

Posromántico y enfermo seguirá durmiendo en las estanterías de bibliotecas y librerías. Y en celebraciones festivas con carácter anual. Ejemplo es el Festival de las Ánimas, donde también queda impresa una huella telemática de su genio. Y de su programado y selectivo olvido: «La noche de los difuntos me despertó a no sé que hora el doble de las campanas. Su tañido monótono y eterno me trajo a las mientes esta tradición que oí hace poco en Soria. (...) Yo la oí en el mismo lugar en que acaeció, y la he escrito volviendo algunas veces la cabeza con miedo, cuando sentía crujirlos cristales de mi balcón, estremecidos por el aire frío de la noche».

Más solo que un padre finado en las coplas de Manrique su capacidad de influencia ha sido sin embargo muy acompañada. Tanto Soria como el Moncayo tienen su trozo de cielo poético en algunas de sus más populares leyendas, las localizadas precisamente en estas tierras. Beratón, (’La corza blanca’), ‘La promesa,‘ en Gómara, o ‘Los ojos verdes’, cerca de Almenar, son algunos de los puntos inspiradores que a lo largo del tiempo se fueron consignado.

Bécquer vivió casi 7 años en Soria. En la capital y en varios pueblos de la provincia, dejando, a pesar de alguna de sus fragilidades,  numerosos escritos de una estimulante Soria, fantástica y llena de leyendas.

30 años después de su nacimiento, en 1866, dicen quienes han buceado también en sus miserias que comenzaron los problemas matrimoniales entre Casta, su mujer, y el poeta. En 1862, nació su primer hijo en Noviercas, pueblo originario de su esposa y donde tenían lo que hoy es una segunda vivienda, una de esas que los cacos roban en menos de lo que un edil de Cultura se lee una estrofa.

Ya por entonces había bandoleros. Uno de ellos ‘El Rubio’ aseguran que fue amante de ‘Casta’ Esteban y padre del tercero de sus hijos. Hoy la infidelidad es de otro tenor. Pero también golpea en el hígado...

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