Heraldo-Diario de Soria

SEMANA SANTA

Semana Santa llega entre palmas

Cientos de fieles acompañan la procesión de la Cofradía de la Entrada de Jesús en Jerusalén con La Borriquilla como imagen del inicio de las celebraciones religiosas

Publicado por
Toño Carrillo
Soria

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El inicio de la Semana Santa procesionó ayer con su imagen más reconocible y para muchos entrañable, el paso de La Borriquilla que llevó a lomos a Jesús en su entrada a Jerusalén. Cientos de fieles acompañaron a los cofrades y otros muchos -quizás más de un millar- disfrutaron de la procesión quizás más ‘alegre’, sobre todo para los niños, hasta El Encuentro.

Previamente, numerosas personas, entre ellas muchos jóvenes, habían procesionado con sus palmas desde San Juan de Rabanera hasta Nuestra Señora del Espino, dejando la primera imagen típica de esta jornada. Allí, como en otros muchos templos de la capital, se celebró una eucaristía con la bendición de los omnipresentes ramos que durante el resto del año a buen seguro colgarán en más de un balcón soriano.

Ya en la procesión de la Cofradía de la Entrada de Jesús en Jerusalén, aunque el cielo estaba plomizo, la lluvia respetó a la comitiva que partió puntual pasadas las 13.15 horas de la iglesia de Santa María La Mayor. En la propia plaza, además de los grupos de cofrades con sus distintas túnicas, capirotes y terceroles, numerosas personas lucían las palmas o los ramos de olivo con los que se alaba a Cristo como Rey del Cielo y la Tierra y se rememora la recepción de Jesús en su entrada a Jerusalén. En un ambiente religioso pero también con un punto alegre la comitiva fue avanzando por El Collado.

En la zona estrecha el público se repartía a lo largo de las fachadas para ver pasar a los cofrades y al paso de La Borriquilla, una talla contemporánea pero que cuenta con el cariño de los sorianos. En la plaza del Rosel, o en las posteriores vueltas por la de San Esteban, el público se arremolinó más mientras centenares de personas seguían los pasos de la cruz procesional y el estandarte de la cofradía.

Aunque el cielo se tornaba en plomizo por momentos, la procesión mantuvo su ritmo para deleite de los numerosos asistentes y de pequeños engalanados con su palma y muy posiblemente con alguna prenda nueva, recuperando el refrán de que ‘el Domingo de Ramos el que no estrena nada no tiene manos’, muy popular en zonas limítrofes como Aragón.

Mientras tanto La Borriquilla daba la vuelta para enfilar hacia la concatedral de San Pedro escoltada por media docena de palmas y flores rojas y blancas, en sintonía con el atuendo de los cofrades que tiraban del paso para hacer posible la entrada de Jesús en un Jerusalén a orillas del Duero. Ya en la concatedral, La Borriquilla descansó pero habiendo dejado abierta una Semana Santa que retoma las procesiones mañana martes.

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