Heraldo-Diario de Soria

SORIANOS POR EL MUNDO

Verónica Rodrigo: en Plovdiv buscando formación y... persianas

Una experiencia única la de esta universitaria de Ólvega, con una estancia temporal en Bulgaria y una mente abierta a empaparse de cuando la vida le ofrezca.

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Soria

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Veinte años, universitaria, soriana por el mundo hoy y probablemente también mañana. Entendiendo por mañana el propósito de esta joven de Ólvega de «ver cómo funciona todo» en el área en que se está formando antes de que un día pueda regresar y establecerse en Soria. De momento, el ‘centro de operaciones’ de Verónica Rodrigo Marqués se sitúa en la ciudad búlgara de Plovdiv donde es estudiante de Erasmus por la Facultad de Traducción e Interpretación, en Soria.

No se lo pensó dos veces cuando se le presentó la oportunidad de irse, lo que hizo a finales de septiembre, después de que le fuera asignado su destino. «Al estar enfocada a los idiomas mi carrera, siempre tuve claro que el irme al extranjero sería una experiencia única que me ayudaría a crecer como persona y ver cómo funciona el mundo ahí fuera», dice esta joven soriana.

No obstante, sostiene que el nivel educativo es más bajo que en España, en lo que influye a su modo de ver la cultura búlgara. «Por ejemplo -explica-, aquí es bastante común que los estudiantes nada más acabar su carrera en la universidad tengan un trabajo fijo, pero el salario es mucho más bajo que en España y trabajan más horas». Su día a día en la ciudad búlgara es bastante tranquilo y no dista mucho del que pueda tener cualquier universitaria en nuestro país. Asiste a las clases en su facultad y en alguna ocasión queda con el resto de alumnos erasmus por la ciudad. O también planean viajes juntos.

En la zona hay bastantes erasmus procedentes de España, lo que ‘se agradece’ a la hora de relajarse de la rutina diaria: «Es genial para desconectar de vez en cuando y hablar algo de español».

Una de las cosas que más le atraen de su país de acogida es «lo barato que es», cuenta. La moneda búlgara, la leva, equivale aproximadamente al doble que un euro «por lo que para nosotros todo es mucho más barato. Pero si hay algo que no ‘entiende’ es... la falta de persianas. «Al ser distinta zona horaria amanece antes, así que de vez en cuando se echa de menos», cuenta la joven que también habla de las tardes de sol en la Dehesa.

La opinión no resulta tan favorable a la hora de hablar de la estética ciudadana, no sólo en la ciudad en que reside, sino en general en todas las ciudades búlgaras, donde no se suele cuidar el aspecto de los edificios ni de las carreteras. «Tampoco suelen podar los árboles, lo que le da un mal aspecto a la ciudad. Es una pena porque si lo hicieran, mejorarían muchísimo», apunta Verónica.

Esta soriana por el mundo, que aprovecha al máximo su tiempo, gusta de pasear por la ciudad y de hacer excursiones con otros compatriotas por el mismo país u otros de alrededor. En este sentido, destaca la buena situación para ello de Bulgaria, «genial para visitar Europa del este».

Si lo que quiere hacer es regresar momentáneamente a Soria lo hace en un abrir y cerrar de ojos. Tarda lo que le cuesta tocar el collar con el caballo de Numancia que se llevó.

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