Las estafas en internet crecen hasta alcanzar las cien al año

Pese a ser relativamente nuevas, las que se producen a través de internet son las estafas mayoritarias en la provincia de Soria. Después de unos años en los que la media mensual oscilaba entre cuatro y cinco, en 2014 comenzó un repunte que ha continuado en 2015 y en los primeros meses de este año, según informaron desde la Subdelegación del Gobierno.

Las cifras han pasado de esas cuatro o cinco al mes a ocho, un número que se ha mantenido en los dos últimos años, sumando en 2015 un total de 96 denuncias, de las que una docena se interpusieron en núcleos de la provincia. Pese a este repunte, desde la Policía Nacional no se considera el volumen de denuncias un problema, «sino un riesgo».

Para sufrir una estafa por internet «tienes que ser un usuario», señala Luis Gómez, inspector de la Policía y uno de los responsables de las actividades preventivas que se imparten desde este cuerpo, para explicar cómo acontecen estos sucesos frente a otras estafas en las que resulta necesario un encuentro físico.

El repunte de casos en los que el engaño se produce a través de la tecnología está directamente relacionado con el aumento de este tipo de sucesos en la zona rural, donde el uso se ha ido introduciendo en la provincia algo más tarde que en las ciudades, circunstancia en la que coincide Gómez, quien incide en la prevención, aunque a pesar de ello es imposible de evitar algunas estafas, en ocasiones, por el exceso de confianza de los usuarios de internet.

Dos de las estafas más curiosas ocurridas el año pasado se registraron en las localidades de Duruelo de la Sierra y Medinaceli. En ambos casos fueron por teléfono y el dinero estafado se elevó a 1.900 euros. Un establecimiento de Duruelo recibió una llamada en la que el autor de la misma se identificó como de un presunto trabajador de una empresa encargada de los terminales punto de venta para recargas de teléfonos a través de un conocido proveedor especializado en pagos por internet.

En concreto, le dijo a la persona que estaba en la tienda que iba a actualizar el terminal y le indicó que siguiera las instrucciones que le iba dando. De esta manera, el estafado realizó sin saberlo cuatro operaciones con cargo de 250 euros cada una que fueron a parar a una cuenta desconocida. El mismo día esta operación se repitió en Medinaceli, y el dinero estafado se elevó a 900 euros.

También son habituales las estafas por ‘spam’, o también llamados correos electrónicos maliciosos, a pesar de las advertencias que se suceden desde instituciones y cuerpos de seguridad. Así, un vecino de Almazán denunció el pasado mes de julio que había sido objeto de una estafa por un cargo indebido a su tarjeta de crédito. Los hechos denunciados ocurrieron en mayo y el cargo se elevó a 808 euros. El denunciante explicó que se había metido en la página de un supuesto banco, con su tarjeta de crédito tras recibir un e-mail en el que le pedían datos como el pin.