Heraldo-Diario de Soria

SORIANOS POR EL MUNDO

Marcos Jimeno, impresionado por la riqueza arqueológica de Roma

Una beca Erasmus ha llevado a este joven estudiante de Biología hasta Roma, una ciudad que le ha sorprendido gratamente

El joven estudiante soriano junto al Coliseo romano.-

El joven estudiante soriano junto al Coliseo romano.-

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Soria

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Marcos Jimeno Gómez, de 22 años, es un estudiante de Biología que se une a la lista de estudiantes Erasmus de Sorianos por el Mundo. Por ahora no se ha planteado qué quiere hacer cuando termine de estudiar, pero puede que se decida por un máster en profesorado y en agroecología. Lo que le interesa es «el proceso de aprendizaje y descubrimiento en las etapas de la infancia y juventud, así como la recuperación de la soberanía alimentaria y la integración en ecosistemas sostenibles, sin lo cual la vida humana no es posible a largo plazo». Marcos quiere, de esta manera, combinar estos dos caminos con la participación en alguna cooperativa o colectivo que se dediquen a la repoblación de comunidades rurales.

A mediados de septiembre llegó a Roma junto a una amiga, un destino que ya conocía, pues había viajado en varias ocasiones a Italia con la familia y con el instituto. «No fue difícil animarse porque es una experiencia que tiene muy buena fama y como la llevaba tres años estudiando en Madrid la decisión de irme fuera de Soria ya la había tomado antes», explica. Lo que más reparo le daba era el idioma, pero como iba con gente que ya tenía nivel le dio mucha seguridad y aprendió rápido a comunicarse. Los horarios son distintos, pero se ha acostumbrado poco a poco, como al clima, que dice que es «muy cambiante». En general, se adaptó muy bien y destaca la calidad de la comida, ya que ha tenido la oportunidad de probar muchos platos típicos, además de las pizzas y pastas. «Dan mucha importancia a que los alimentos sean de producción cercana y ecológica», indica.

«La primera semana fue un no parar de arreglar papeles y buscar piso. A la mayoría de pisos que llamábamos para alquilar les decíamos que éramos Erasmus y nos colgaban directamente o nos decían que no. Pero al tercer día encontramos un piso que compartimos con dos italianas, que nos han ayudado mucho», añade el joven estudiante soriano.

Lo que más le ha sorprendido de Roma es «la cantidad inmensa de restos arqueológicos que hay por toda la ciudad, aparte de las más turísticas. Es fasciante volver a casa por la noche y encontrarte maravillas arquitectónicas y escultóricas». De allí se queda con la gastronomía, el idioma y la riqueza cultural, además del paisaje. Asegura que los italianos son abiertos y simpáticos, además de serviciales y no tan estresados como en otras ciudades como Madrid.

En cuanto a su día a día, suele ir a clases por la mañana y algún día por la tarde y comer en ‘la mensa’, que es el restaurante de la universidad y que tiene «unos precios muy buenos (3 euros)». En sus ratos libres aprovecha para conocer los rincones de la ‘Ciudad Eterna’ y probar los helados y cervezas artesanales en Palazzo del Freddo y alguna ‘birrería’. «Aquí se sale casi todos los días de la semana hasta las doce o la una de la noche y el fin de semana hasta las cuatro, que es cuando cierran los locales»», añade.

También aprovecha los sábados para ir a correr a un parque enorme que le recuerda a las zonas rurales de Soria, con ovejas, vacas, gallinas, huertas y, por supuesto, restos arqueológicos. «Este parque fue recuperado por la gente del barrio y se construyeron zonas recreativas y aulas de educación ambiental. Se parecen mucho a Valonsadero», apunta.

Marcos explica que en Italia también hay crisis económica, «aunque algo menos grave». Y añade que hay problemas comunes, como la corrupción, la desigualdad, la pobreza, la represión, la privatización, la mercantilización... «Ahora aquí hay un movimiento social llamado ‘Roma non si vende’, que intenta parar la privatización de los servicios sociales y la gentrificación de los barrios populares, que expulsa a sus habitantes a zonas más periféricas. La desigualdad en Roma es muy notoria entre los diferentes barrios», indica. De Soria echa de menos lo mismo que en Madrid, como «el pueblo, el monte y mi gente», además de poder ir a la universidad andando y no tener que estar tan pendiente del transporte público. Hace poco le han dado una gran sorpresa las visitas de sus padres, su hermana y su grupo de amigos en su cumpleaños. Tras su estancia en Roma regresará a Madrid, pero le gustaría volver a vivir en otro país porque aporta mucho, aunque no definitivamente.

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