Agroseguro confirma los daños del último pedrisco

 La previsión se ha cumplido a rajatabla y la avalancha de reclamaciones de los agricultores ha terminado por descargar. Así al menos lo refleja el nuevo recuento de daños realizado como consecuencia de la tormenta seca del pasado 7 de julio, que ha hecho aflorar a la superficie una factura económica que será de enorme impacto.

Los datos parciales existentes hasta ayer fueron actualizados por parte de Agroseguro, revelando que 4.551 hectáreas y 4.302 fincas fueron las que finalmente sucumbieron a la fuerte granizada de hace una semana. Esta información, que eleva hasta 12.000 hectáreas y 13.000 fincas el destrozo del global de la temporada, permite perfilar una radiografía que explica la enorme intensidad del último pedrisco, con especial incidencia en la comarca agraria de Gómara, donde el episodio climatológico adverso provocó mayor devastación.

El impacto, en especial en Las Vicarías, con puntos críticos en Miñana y Torlengua, se ve en toda su crudeza si se observa el salto que hay entre las 1.730 parcelas, afectadas por los tres primeros episodios climatológicos adversos (24 y 29 de junio y 4 de julio), y las 4.436 que han quedado consignadas tras el día de la tormenta seca. El aumento de 2.706 parcelas en un tiempo récord, por breve, suma más del 60% del total de la provincia. Es decir, entre las comarcas de Pinares, Tierras Altas, Burgo de Osma, Soria, Almazán y Arcos de Jalón no logran siquiera igualar a Gómara. Algo que, sin embargo, no quiere decir que no sufrieran también estragos.

La plata de este podio se la reserva Almazán, pasando de 937 parcelas a las 1.643 que Agroseguros reflejó ayer en su informe. Con añadidos más moderados: El Burgo de Osma (2.440), Soria (1.774), Tierras Altas (1.703) y Arcos de Jalón, (945).

Algo similar sucede con el número de fincas afectadas. La peor parte se la lleva Gómara, con 3.793, 2.193 más, seguida de Almazán, con 2.239, casi doblando las 1.081 que tenía registradas hasta la fecha.

Este torrente de datos al alza viene a confirmar las líneas avanzadas por Asaja Soria que en conversación con este periódico la semana pasada avanzó que se iba a producir una avalancha de reclamaciones debido al número de consultas atendidas y a que las dependencias de la asociación agraria se asemejaron «a un hervidero».

En cualquier caso, junto a los llamamientos para que se agilice todo el proceso «para la tasación de las explotaciones afectadas una vez que los asegurados han registrado daños enviando sus partes de siniestro», los agricultores seguían ayer afanados en la cosecha «aunque hay algunos que solo tienen terrenos prácticamente rasos, porque ha sido desastroso», recordó ayer Matías Ágreda, alcalde de Torlengua.

Como es conocido, las distintas organizaciones agrarias de la región se apresuraron a solicitar como «fundamental» que Agroseguro no se demorase a la hora de proceder a la peritación de daños, «así como en indemnizar de forma inmediata los cuantiosos daños correspondientes por siniestro, porque es prioritario actuar con suma diligencia en unos momentos en los que los profesionales están asumiendo unos costes de producción elevadísimos».

Preguntado por la efectividad que puede tener el llamamiento a las Administraciones para «que declaren zona catastrófica a los términos municipales más afectados» para la puesta en marcha de ayudas, Ágreda prefirió mostrar prudencia y no se pronunció, esperando acontecimientos futuros.

así como en indemnizar de forma inmediata los cuantiosos daños correspondientes por siniestro, porque es prioritario actuar con suma diligencia en unos momentos en los que los profesionales están asumiendo unos costes de producción elevadísimos».

Preguntado por la efectividad que puede tener el llamamiento a las Administraciones para «que declaren zona catastrófica a los términos municipales más afectados» para la puesta en marcha de ayudas, Ágreda prefirió mostrar prudencia y no se pronunció, esperando acontecimientos próximos.