Heraldo-Diario de Soria

SOCIEDAD

Tajueco vuelve a rogar «por las ánimas benditas»

Los hombres interpretan 21 cuartetas en distintas paradas en recuerdo de los difuntos

Momento del recitado de una de las cuartetas ayer en Tajueco.-VALENTÍN GUISANDE

Momento del recitado de una de las cuartetas ayer en Tajueco.-VALENTÍN GUISANDE

Publicado por
P. PÉREZ SOLER
Soria

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«Por las ánimas benditas / todos hemos de rogar / que Dios las saque de penas / y las lleve a descansar». Es la última cuarteta que se recita cada uno de noviembre en Tajueco y corresponde al Cántico de las Ánimas, que cada festividad de Todos los Santos convierte en protagonista a esta población. Allí acontece desde tiempo inmemorial una tradición en la que los hombres del pueblo entonan cánticos para pedir por los difuntos y sus almas, y ayudarles en el tránsito. Para ello, los cánticos de veintiún cuartetas, en medio de la oscuridad y el silencio.

El acto empieza cuando el reloj de la iglesia da las siete de la tarde. Pero no es la parroquia quien vela por la tradición sino el pueblo: hombres, mujeres y niños. Los primeros se dividen en dos grupos; los demás, acompañan e iluminan con velas. Hace décadas, el criterio de distribución era el típico: solteros y casados. «Ahora no, se hacen dos grupos y ya está», explica el alcalde, David Soria.

Uno más en el grupo, el responsable municipal participó también en los cánticos, lo que lleva haciendo muchos años, dijo. «Para el pueblo esto es un orgullo», deja claro David Soria que cita a los convecinos más veteranos que mantienen viva esta tradición. Entre ellos se encuentra Máximo Almazán, buen conocedor de las cuartetas, como el resto. Mientras mujeres y niños iluminan el recorrido, se avanza en el recorrido hacia la plaza Mayor, donde se escucha la última cuarteta.

Muchas vecinas mantienen la tradición de portar únicamente la vela que, si se apaga vuelven a encender con un mechero o la llama de la compañera. Otras optan por proteger la luminaria de algún modo, mientras que los más pequeños portan una vela a medio camino entre la tradición local y Halloween.

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