Heraldo-Diario de Soria

Sociedad

El Banco de Alimentos pone más productos en su ‘cesta’

Tras captar 21.500 litros de zumo, quiere incorporar yogures y ‘microdonaciones’

Los sorianos son solidarios en las campañas de recogida del Banco de Alimentos.-María Ferrer

Los sorianos son solidarios en las campañas de recogida del Banco de Alimentos.-María Ferrer

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J. M.
Soria

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 El Banco de Alimentos de Soria, en estrecha colaboración con la Federación Española de Bancos de Alimentos (Fesbal), se encuentra ultimando negociaciones con las que conseguir ‘diversificar’ el acceso a plataformas logísticas con la intención de ampliar los productos que en la actualidad sirve a sus beneficiarios sorianos. Este paso adelante pretende captar una tipología de alimentos que hasta ahora no estaban en la ‘cesta’ que el Banco ha venido conformando gracias a la suma de trabajo y colaboración de empresas y voluntarios.

Ángel Crespo, presidente de la organización en Soria, explica que la idea es poder acceder a productos clave, en un primer caso yogures, mediante acuerdos que permitirían acercar alimentos específicos más perecederos a puntos de distribución más próximos a Soria para optimizar su recogida con estándares asumibles en la parte económica para la organización.

«Buscamos que se puedan hacer ‘racimos’ y ver la posibilidad de abrir subplataformas en territorios próximos, en Zaragoza, por ejemplo, para en un viaje cargar 10.000 yogures de larga duración, algo que merecería la pena», explica Crespo, esperanzado en que la negociación pueda llegar a buen puerto, en favor de los usuarios del Banco de Alimentos de la provincia.

En cualquier caso, como hecho consumado, y como fruto de la colaboración con Fesbal, este pasado lunes llegó a Soria un ‘paquete’ de 21.500 litros de zumos, entregados por el Fondo Español de Garantía Agraria, que servirá para llenar un hueco que es el que se quiere redondear en breve con los yogures. «Los zumos, de melocotón y nectarina, que son un producto natural y hecho ex profeso para nosotros», ya han comenzado a repartirse de modo escalonado.

Como es conocido, el espinazo de los alimentos tipo para su distribución entre los más necesitados está compuesto por arroz, alimentos infantiles, lentejas, leche entera UHT, aceite de oliva, conservas de atún, espaguetis, tomate frito en conserva, crema de verduras deshidratada, galletas, judías verdes en conserva y fruta en conserva.

Esta cesta de productos, de fácil transporte y almacenamiento, poco perecederos y, sobre todo, de carácter básico, permite que las personas desfavorecidas puedan preparar fácilmente una comida completa para una persona o para una familia con varios miembros, incluidos bebés.

De igual modo, bajo el paraguas de Fesbal, y junto a la Fundación Jesús Serra y Crédito y Caución se ha dado a conocer la renovación de un programa de microdonaciones con el que se aspira a construir un flujo de 100.000 euros anuales destinados a los 56 Bancos de Alimentos de España, entre ellos el de Soria, mientras la tasa española de paro no caiga por debajo del 15%.

Laura Halpern, directora general de la Fundación Jesús Serra, Juan Raúl Sanz, director general de Fesbal y el director general de Crédito y Caución en España, Jacinto Iglesias, rubricaron la semana pasada el convenio de colaboración que amparará el funcionamiento del proyecto a lo largo de este 2017.

En este sentido, Ángel Crespo, presidente del Banco de Alimentos de Soria, explicó que una vez que todo el proceso este completo Fesbal procederá a la distribución que corresponda «de acuerdo con los estatutos y con los índices (de pobreza y no poblacionales) que se aplican para el reparto entre los distintos Bancos de Alimentos existentes», razona Crespo, que también manifiesta la importancia que tiene el trabajo de la Federación de Bancos «para cerrar distintos convenios».

El programa está basado en multiplicar por dos desde el entorno corporativo el esfuerzo solidario de donantes. Los Bancos de Alimentos destinarán la totalidad de los fondos que logre este proyecto a la compra de alimentos.

El programa nació para apoyar de forma estable y creciente la labor de los Bancos de Alimentos ante el coste social de la crisis. Más de 600 personas se han unido ya al grupo de microdonaciones impulsado por Crédito y Caución, alojado en alimentalacadena.es. En 2016 la Fundación Jesús Serra hizo suyo el proyecto asumiendo el compromiso del doble euro e impulsando su propio grupo de microdonaciones para difundir esta iniciativa.

Crespo apunta que cada Banco de Alimentos hace también una labor específica y territorial. Soria tiene el hándicap de no contar con una potente industria agroalimentaria, a diferencia de otros territorios limítrofes «que son solidarios». Con todo, Crespo reconoce que el comportamiento provincial «es generoso y altruista» con donaciones, ayudas y campañas «algunas excelentes».

La estadística, a pesar de la insistencia en difundir indicadores sobre una incipiente recuperación en términos macroeconómicos, sigue siendo reveladora. Al cierre del primer trimestre de 2017 la impresión de Crespo es que la necesidad de alimentos sigue muy presente.

«Estamos cerca de las 5.000 personas que precisan ayuda (solo 3.221 al cierre de 2016 en el Banco de Alimentos de Soria «y en torno a 1.400 más en Cruz Roja»). En términos porcentuales «nos acercamos al 7% en relación a la población, lo que nos coloca en parámetros similares a los datos de las grandes capitales en cuanto al porcentaje de necesidad», razona Crespo.

En el caso de Soria el salto habido durante el último cuatrienio es sobresaliente en lo que se refiere a la necesidad de kilos de alimentos distribuidos entre personas con necesidades objetivas.

Tanto es así que se ha pasado de los 120.000 kilos repartidos en 2013, a los 260.000 kilos entregados al cierre de 2016, último periodo completo analizado. Durante los años intermedios, 2014 y 2015, el incremento también fue una constante, marcando una tendencia que no se ha conseguido revertir.

Mientras tanto, el dato a la baja de las entidades benéficas a las que se da soporte tampoco debe de llamar a engaño. «Es cierto que se ha pasado de 36 a 31 en un año, pero no porque alguna no necesite. Es así por cuestiones de optimización logística, porque el servicio se sigue dando igualmente». Para Crespo «ni con el pleno empleo desaparecerá por completo la necesidad».

 

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