Heraldo-Diario de Soria

SAN ESTEBAN

Un compromiso entre tía y sobrino-ahijado

La familia se reúne en torno a lo que también es un homenaje a los abuelos

Manuel y Nieves, jurados de la cuadrilla de San Esteban en las fiestas de San Juan de 2017.-A. P. L.

Manuel y Nieves, jurados de la cuadrilla de San Esteban en las fiestas de San Juan de 2017.-A. P. L.

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Manuel José Diago García y Mª Nieves Diago Mata, sobrino y tía, son los jurados de la cuadrilla de San Esteban en 2017. El operador de subestación eléctrica de 28 años y la funcionaria de 54 años, ambos sorianos, tenían preferencia por esta cuadrilla porque es el barrio de toda la vida del jurado y de sus padres, Esther García Antón y Manuel Diago Mate, que son los secretarios. «Es una suerte poder contar con ellos», explica la jurada, ya que ella reside en Madrid.

Había tres parejas apuntadas y llegaron dos al sorteo, quedando al final la formada por Nieves y Manuel al aplicarse las ordenanzas. Nieves tenía muchas ganas de ser jurada, lo había deseado durante mucho tiempo y el Sábado Agés de 2016, durante la subasta, buscó a su sobrino y ahijado – con el que ya había comentado sus planes – y le dijo: «O el año que viene o nunca». Y el Martes a Escuela el secretario bajó a apuntarlos al Ayuntamiento.

Nieves detalla que su decisión también pretende homenajear a sus padres, Víctor José Diago (su foto tirando de un toro preside la decoración del local) y Delfina Mata (gran bailarina de sanjuaneras). Y Nicolás, de 16 años, uno de los hijos de Nieves, ya se está convirtiendo en un gran sanjuanero, aunque viven en Madrid. Estos días está terminando sus exámenes y ya está más que preparado para vivir unas fiestas únicas en la cuadrilla.

El padre de Manuel fue cuatro hace años y el propio jurado en 2009 en la cuadrilla de La Mayor. «Mi cuñado – Javier García Andrés – fue jurado y yo su cuatro y este año es al revés, por lo que es un intercambio de papeles», detalla Manuel como anécdota. Se han rodeado en la cuadrilla de gente con experiencia, entre amigos y familiares, «que nos asesoran para poder llegar a todo, porque desconocíamos muchas cosas». Son un numeroso grupo de amigos y familiares, con mucha gente joven y en el que no falta la abuela de la familia, Delfina Mata, de 83 años.

Los jurados, como sus compañeros, destacan que en enero ya estuvieran cubiertas todas las cuadrillas, lo que les facilitado conocerse y estar a gusto con la gente. «Es una gran experiencia y debería animarse más la gente», apunta Manuel. «Hay gran conexión y confianza entre todos y nos ayudamos mucho», añade Nieves.

LAS SANJUANERAS

Entre sus días y momentos de San Juan, para Manuel, como día en sí para vivir la fiesta es elJueves la Saca, festejo al que suele acudir en su moto, desde el punto de la mañana hasta última hora de la tarde. Y para disfrutar del día, se queda con el Viernes de Toros, «con los amigos en la plaza, riendo y pasándolo bien, sin hacer mucho el animal...», bromea. Para ella, es la salida de la Saca, «cuando los toros salen en libertad, sin ningún tipo de barreras, y entre gran colorido, por la gente de las peñas...». «Para mí es muy especial escuchar sanjuaneras, sobre todo de la banda, es una sensación que te empuja a bailar...», confiesa.

Sus vivencias de San Juan desde niña tienen a sus padres como protagonistas, cuando su padre llegaba a casa el Viernes de Toros con banderillas, su madre bailando con ella en la plaza Mayor, su hermano con sus amigos, la familia unida, ver las Bailas pasar desde la casa de sus padres... El recuerdo imborrable del jurado es «ir a Valonsadero, pisar el monte y comenzar a descubrir las fiestas, ver los toros por primera vez, detrás de la valla en la Saca...». «Desde que tengo uso de razón me acuerdo de la Saca con mis padres, de los viernes en la plaza, de los agés, de vestirme de piñorro y de ver las Bailas pasar y echar agua desde el balcón de casa de mi abuela, que vive junto a la concatedral...», añade.

Para los jurados de San Esteban, San Juan es «algo que se vive desde la niñez, que forma parte de nuestra cultura y que lo defendemos a muerte... Es una fiesta muy completa, en la que todos los días son distintos y de la que se puede disfrutar cada día y a cualquier hora». Nieves lo explica como «emoción», porque ya solo con ver imágenes de otras fiestas «se saltan las lágrimas» y, además, «ves a los jurados no como protagonistas, sino como participantes». Ya tenían ganas de los previos de Valonsadero y de monte, de ver los toros y del moscatel en los chiringuitos. «El Desencajonamiento fue muy emocionante, al ver a los toros de cerca. También me gusta verlos entre semana, cuando están más a su aire y fuera del jaleo», describe Nieves.

A los vecinos, a los que invitan a pasar por el local, les trasladan que «sin ellos no hay fiestas porque son la pieza fundamental» y que «cada uno tenemos que aportar nuestro granito de arena». La gente que más vive las fiestas, según ellos han podido comprobar, so los de 35 a 65 años, porque en este rango el 90% dice que sí.

Para el cambio de ordenanzas piden, como sus compañeros, una reestructuración de los barrios más equitativa porque «es injusto que los barrios más céntricos tienen más afluencia de gente y, por tanto, más gastos, pero tienen menos vecinos e ingresos». Creen que la participación a través de mesas de trabajo para actualizar las ordenanzas es algo positivo porque, de esta manera, «todo el mundo puede aportar sus ideas».

En cuanto al local, los espacios entre los arcos se han decorado entre todos, con el mantón de manila de la bisabuela de Nieves, banderillas, pañuelos de la cuadrilla de los últimos 25 años, la moto del jurado de la Saca, las iniciales de los jurados a modo de hierro de ganadería, las puertas de la Dehesa, fotos, pergaminos, banderines de las peñas... «Es una decoración muy personalizada y los colaboradores se están volcando», explica Nieves. El logo es obra de Eugenio José Gómez, marido de la jurada, y refleja el sol, el vino y los toros en un estilo caricaturizado.

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