Dos hombres armados roban 9.230 euros en una oficina del Banco Popular

A 9.230 euros asciende el botín que obtuvieron ayer dos hombres que atracaron a primera hora de la mañana la oficina del Banco Popular en la calle General Martínez de Almazán. El robo en la céntrica sucursal de la entidad bancaria se produjo a las 8.30 horas de la mañana cuando aún estaba cerrada la oficina. Sin embargo al intentar acceder un cliente conocido para la trabajadora que entonces se encontraba en la sucursal provocó que la empleada abriera la puerta.

Según informaron ayer fuentes policiales, un desconocido que llevaba gafas de sol y una gorra aprovechó el acceso al interior de la oficina bancaria del cliente para entrar con él al tiempo que gritó que se trataba de un atraco, según informaron ayer fuentes de la Subdelegación del Gobierno.

Una vez en el interior de la entidad bancaria, el atracador, que según los testigos tenía una edad de entre 50 y 60 años y portaba un arma de fuego que fuentes de la investigación no confirmaron que fuera auténtica, se tapó la cara con la capucha de una sudadera.

Posteriormente, el atracador obligó a la empleada, que se encontraba aún sola en la entidad en la que trabajan tres personas, y al cliente a que se sentaran y abrió la puerta para que accediera al interior otro hombre, que participó en el robo. Este segundo individuo también llevaba gafas de sol y una visera para complicar su identificación.

Inicialmente los autores del robo ordenaron a la empleada a que abriera el cajero automático de la entidad, según ha podido saber este periódico, si bien desistieron al precisar la trabajadora que tardaría unos diez minutos debido al sistema de apertura retardado del cajero lo que provocó que los dos atracadores desistieran en esa idea inicial.

Posteriormente los dos hombres, que portaban sendas armas de fuego y que se mostraron en todo momento especialmente seguros y tranquilos pese a que la oficina se encuentra en una de las arterias de mayor tránsito de la localidad, ordenaron a la empleada la entrega del dinero que hubiera en la dispensadora del banco y que se elevaba a 9.000 euros y que fue entregado a los autores del robo que llamaron la atención por la educación que exhibieron durante el atraco, según confirmaron a este periódico fuentes de la investigación. Asimismo, la trabajadora también entregó a los atracadores 230 euros en metálico.

Seguidamente, los ladrones metieron a la empleada y al cliente en un despacho de la oficina y les ordenaron que no salieran del mismo hasta pasados tres minutos. Según fuentes policiales, los dos atracadores abandonaron la entidad de ahorros andando por la calle Buen Maestro, donde podrían haber accedido a algún vehículo para abandonar la localidad.

Una vez que abandonaron la sucursal, la empleada del banco llamó por teléfono a uno de sus superiores que se puso en contacto con la Guardia Civil que al cierre de esta edición continuaba investigando el robo con intimidación ocurrido en el banco y se mantenían los dispositivos encaminados a detener a los dos autores de este delito.