Heraldo-Diario de Soria

PATRIMONIO

La auténtica Numancia ve la luz

La campaña de excavaciones continuará los trabajos en la manzana XXIV que buscan delimitar la urbanística de la ciudad celtibérica arrasada por Escipión en el 133 A.C.

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J.S./ Soria
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Numancia vuelve a la vida este verano. De nuevo un equipo de voluntarios, dirigido por el profesor Alfredo Jimeno, tratará de desenterrar los secretos que aún guarda la mítica ciudad celtíbera. Este año las excavaciones se centran en la denominada manzana XXIV y continúan las labores iniciadas el pasado ejercicio. El reto principal es desentrañar la urbanística de la ciudad celtíbera, 2150 años después de que el general Escipión arrasara la ciudad y propiciará el nacimiento del mito en el 133 A.C.

Los trabajos en la manzana XXIV se iniciaron el año pasado y, al menos, continuarán hasta el año 2019. Durante los últimos años las investigaciones en Numancia dan constancia de que los restos del Cerro de la muela esconden cuatro ciudades superpuestas, dos romanas y dos celtíberas. Jimeno y su equipo buscan el trazado de la ciudad original, la disposición urbana de aquel pueblo que desafío el poder del Imperio Romano.

En la campaña de excavaciones trabajarán 60 profesores y estudiantes divididos en dos quincenas. Este grupo además contará con el apoyo de 22 personas a partir del mes de agosto que forman parte del campo de trabajo organizado por la Junta. En total el coste de la campaña arqueológica de este año apenas supera los 18.000 euros.

«Estamos aportando conocimientos nuevos de lo que es la urbanística de Numancia, en los años anteriores hemos conseguido transmitir a la investigación toda una serie de hallazgos que nos permiten hablar de dos ciudades celtibéricas, la del 133 A.C. es la que, evidentemente, está en el nivel más bajo», explicó el profesor Jimeno. Los descubrimientos de los últimos años retoman la teoría que ya expresó Schulten en 1905 sobre la existencia de dos ciudades celtibéricas.

«El problema que tratamos de resolver es que conocemos en parte la urbanística de la ciudad celtibérica con esas casas que comparten medianeras, unas orientadas a un lado y otras a otro, pero hay casas con fachadas escalonadas que probablemente servían para protegerse del aire», comenta Jimeno. «Estas pruebas nos dicen que no podemos pensar en una urbanística de calles convencionales, sino que tendríamos determinados sitios con espacios más abiertos que probablemente servían para desarrollar actividades colectivas en la ciudad del 133 A.C.».

Si las excavaciones en la manzana XXIV ratifican los hallazgos encontrados en la XXIII sería «muy interesante» ya que «no tenemos referencias de la urbanística en otros yacimientos del mundo celtíbero». «Aspiramos a que esa extensión nos permitirá, probablemente, conocer las características de esa urbanística que no va a tener calles convencionales», remarca.

Jimeno reconoció que «nunca» habían estado conformes con las explicaciones dadas por la Comisión de las Excavaciones (1906 - 1923) porque «no engranan bien con las fuentes». El profesor quiso reivindicar el papel de Schulten y de un miembro de su equipo, Constantin Koenen, que había trabajando en los campamentos del limes en Alemania. «Fue realmente Koenen el que sacó, y fue capaz de diferenciar, los niveles celtibéricos que nosotros ahora mismo hemos dado por buenos», señala. «La Comisión nunca hizo caso de las aportaciones, pero nosotros creemos que hay que aprovechar lo que han hecho los que nos han preciso, asumir lo que entendemos como coherente y rechazar lo que no lo es», aseveró.

El trabajo en la manzana XXIV ya está estructurado y se extenderá hasta el verano de 2019. Este espacio tiene una extensión de 1.600 metros cuadrados y ya se han excavado, el pasado año, 400 metros. Este año se trabajará sobre una superficie similar.

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