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Fomento y Junta siguen sin llegar a un acuerdo sobre la calzada romana de la A-11

La obra está parada desde febrero en los kilómetros afectados por la vía del itinerario Antonino

Calzada romana en la A-11-HDS

Calzada romana en la A-11-HDS

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MILAGROS HERVADA
Soria

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El Ministerio de Fomento y la Consejería de Cultura y Turismo de la Junta de Castilla y León todavía no han dirimido sus diferencias sobre el proyecto que afecta a la calzada romana que unía Numancia y Uxama y que tiene parado parte del tramo entre Venta Nueva y el enlace de Santiuste de la autovía del Duero desde el pasado mes de febrero en que dicho trazado fue descubierto por las obras.

Las conversaciones entre el Ministerio y la Junta, interrumpidas en verano, todavía no han dado sus frutos. Según indicaron tanto fuentes ministeriales como del Gobierno regional, ambas administraciones continúan trabajando para hallar una solución. Mientras tanto, las obras avanzan en los 17 kilómetros que separan Venta Nueva de Santiuste pero eludiendo el espacio donde apareció este camino romano, que está suponiendo una rémora en el ritmo de ejecución hasta determinar el tratamiento que se le dará compatibilizando su presencia con el paso de la autovía.

El desencuentro entre las dos administraciones se materializó en junio cuando Fomento presentó un recurso de alzada en respuesta a la comunicación de la Comisión de Patrimonio Cultural de Castilla y León en la que le trasladaba que el tramo afectado por la calzada romana debía ser objeto de autorización por dicho órgano dependiente de la Consejería de Cultura al entender que el proyecto afecta a un bien inventariado. El Ministerio de Fomento rebate esta decisión ya que considera que Patrimonio ya tuvo la oportunidad de alegar al proyecto de la autovía y lo dio por bueno, conocedores todos los afectados de la existencia de dicha calzada, que ya estaba catalogada y recogida la necesidad de preservarla.

De hecho, Fomento recriminó a Patrimonio que después de nueve años y con las obras ya iniciadas pretenda modificar de forma unilateral los actos jurídicos y decisiones dictadas hasta el momento, lo que conllevaría graves perjuicios, máxime cuando la administración autonómica ya formuló durante la tramitación del proyecto las oportunas resoluciones con las medidas correctoras que se debían incluir.

Desde el Ministerio muestran su rechazo a que el proyecto de construcción del tramo de autovía afectado, el Venta Nueva-Santiuste, deba ser objeto de autorización por la Comisión de Patrimonio, tal y como este órgano señalaba en la notificación enviada en el mes de mayo pasado a la Demarcación de Carreteras del Estado en Castilla y León Oriental. Fomento insiste en que no se ajustaría a la normativa por cuanto es en las declaraciones de impacto ambiental de los proyectos donde se analiza la posible repercusión y las medidas oportunas sobre la afección a bienes integrantes del patrimonio arqueológico o etnológico, como es este caso. Matiza, a este respecto que, cuando se trata de proyectos aprobados por la Administración General del Estado, la competencia para tramitar dicha evaluación de impacto ambiental corresponde al Ministerio de Medio Ambiente, no a los órganos ambientales de las comunidades autónomas. En definitiva, considera Fomento que la intervención de la comunidad autónoma debe quedar limitada a ser únicamente consultada pero sin competencia para autorizar el proyecto constructivo.

Ante esta situación, ambas administraciones buscan hallar un punto de encuentro al objeto de afectar lo menos posible al proyecto de la autovía al tiempo que se preserva la calzada romana, un aspecto, el de la conservación, que por otro lado ya se recogía en el documento aprobado y por el que se autorizaban las obras. De hecho, la administración autonómica ya formuló durante la tramitación del proyecto las resoluciones que consideró oportunas, con las medidas correctoras que debía recoger, puntualiza Fomento en su recurso de alzada.

Ya en el año 2008 quedó fijada la compatibilidad de la obra de la autovía con la calzada romana número XXVII, en virtud de las pautas marcadas por la Dirección General de Patrimonio Cultural para la conservación de esta vía del itinerario de Antonino. La solución, sin empeorar el trazado diseñado en la autovía, adaptaba la rasante de la calzada diseñada, de modo que la autovía cruzara sobre determinados puntos en terraplén, protegiendo la vía romana con una lámina geotextil y con un relleno de tierras con un mínimo de metro y medio. En otro punto se previó proyectar un muro de pie de talud para evitar cualquier afección al trazado de la calzada romana.

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