Una provincia en el congelador

Con las altas temperaturas de septiembre y principios de octubre parecía que el otoño no iba a llegar nunca a Soria. Ahora, la sensación es que ha salido con bastantes prisas. Ayer la provincia sufrió heladas generalizadas y de hecho hubo localidades entre las más frías de España y mediciones de dos dígitos, por supuesto bajo cero.

Por ejemplo Ucero se coló entre las diez localidades más frías del país, ocupando el sexto puesto aunque igualada con el quinto. La madrugada dejó el termómetro en 6,1 grados bajo cero, cifras que apenas superaron lugares de alta montaña como el puerto de San Isidro (León) o Baqueira (Lérida). El dato se tomó a las 8.20 horas aunque es de suponer que buena parte de la noche estuvo helando.

Más allá de los puntos de medición de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), otras estaciones meteorológicas particulares hicieron que hasta la heladora cifra de Ucero se quedase pequeña. Por ejemplo el Punto de Nieve de Santa Inés, cubierto ya por una fina capa blanca, mostraba en sus redes sociales la medición de su termómetro con unos gélidos -10,4 grados. La mínima en Moscú fue cinco grados más alta, por poner un ejemplo revelador.

También el pinariego Agustín Sandoval comprobó en primera persona que hay que ir sacando todo el arsenal de abrigos. En Duruelo la «helada de inmersión térmica» hizo que el mercurio rozase los seis grados bajo cero. «Pero donde hacía frío de verdad», explicó en su perfil público de Facebook, «era en la cumbre a partir de 1.900 metros». Los instrumentos de medición arrojaron datos similares pero con un «fuerte viento del norte, niebla y una espectacular cencellada de advección», esto es, el nacimiento de cristales y plumas de hielo originados al congelarse la propia humedad de la niebla.

«Sensación térmica por debajo de -10. Calculo que -15», afirmó este durolense conocido en toda la comarca por su preciso análisis de la meteorología y su difusión. Con alguna pequeña nevada en esas elevadas cotas, el paisaje correspondía más con los crudos días de enero que con un otoño que comenzó en mangas de camisa.

Sandoval constató incluso la aparición del «espectro de Brocken», un fenómeno que sólo se da en altas cumbres cuando el sol queda detrás del observador en una cumbre y proyecta la sombra hacia la niebla o las nubes, dándole un tamaño enorme e incluso sensación de movimiento. En este caso fue incluso acompañado de un halo.

En vista de estos datos y fenómenos, por el momento la capital está resultando uno de los puntos más calentitos de toda la provincia en estos últimos días a pesar de que el descenso térmico es evidente. Ayer sólo rondó los dos grados bajo cero, pero la tendencia es hacia unas mínimas más bajas.