Heraldo-Diario de Soria

SOCIEDAD

Anorexia y bulimia provocan un centenar de nuevos casos al año

Los expertos alertan, la Navidad puede resultar «peligrosa» en la cronificación del trastorno

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MILAGROS HERVADA
Soria

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Lo que para la mayoría es una fiesta, sobre todo gastronómica, para otros puede resultar un infierno. Las celebraciones navideñas con comidas pantagruélicas son un verdadero peligro para quienes sufren trastornos alimentarios que pueden cronificarse tras pasar este trance de banquetes enlazados. «Todas las épocas en las que se aumenta el consumo son más peligrosas para hábitos que luego pueden ser más cronificados», reconoce el psiquatra Ricardo Martínez, quien sostiene que tras las navidades se suele producir un repunte de peticiones de consulta para patologías como la anorexia, no tanto de bulimia, «se nota menos porque la gente cree que puede manejarlo».

Cada año se registra un centenar de nuevos casos en las consultas psiquiátricas de Soria, de las que la gran mayoría son afectadas de anorexia, con un perfil claro, joven y mujer. En torno a ocho de cada diez son pacientes de anorexia y dos padecen bulimia, con datos que no son muy elevados en Soria respecto al restro de provincias españolas, consecuencia lógica de que este tipo de trastornos afectan a población juvenil, en un territorio muy envejecido. La anorexia afecta principalmente a chicas y son las familias las que piden ayuda, mientras que en el caso de la bulimia la media de edad es superior, con edades entre los 20 y los 30 años.

«La incidencia es de una de cada mil, menos que en otros sitios, y aunque hay pacientes que continúan el tratamiento, porque son procesos largos, se producen casi tantas altas como bajas», indica Martínez, jefe de Psiquiatría del Complejo Asistencial de Soria.

Los centros de referencia para los pacientes que requieren de ingreso hospitalario se encuentran en Burgos y Barcelona. «Hay muy pocos ingresos, el primer nivel se produce en Soria con unos 12, una media de uno al mes, y al exterior remitimos unos cuatro o cinco al año. Los ingresos se deciden cuando los pesos son incompatibles con la vida», indica el especialista.

La Navidad es una etapa complicada para este tipo de patologías y es conveniente aumentar la alerta porque los trastornos alimentarios pueden incrementarse.

Martínez fija la atención también en otros trastornos menos conocidos y que se han detectado recientemente, en un escalón menor a la patología, el denominado trastorno por atracón. Así como la bulimia compulsiva es un trastorno alimetario cronificado, en la que el enfermo mezcla todo tipo de alimento, «dulce y salado, amargo y ácido, con el objetivo de calmar la ansiedad, y que inmediatamente siente culpabilidad e intenta vomitar», en el caso del trastorno por atracón «hay consumo excesivo de alimentos pero más ordenado», explica el experto. En este último caso, lo importante es determinar cuándo se trata de algo más serio que una ingesta compulsiva puntual. El matiz lo marca la frecuencia. «Para ser un trastorno debe ser algo más que un trastorno aislado», matiza.

La inmensa oferta que se registra en Navidad «puede desencadenar este tipo de patologías. Esta época es más propicia», reconoce el psiquiatra, al igual que puede aparecer «el lado más oscuro del trastorno, la anorexia». Martínez apunta que «por una excesiva oferta y la presión de familiares o amigos, porque en pocos días se concentran muchas comidas, se sienten obligados a participar y aquellos que padecen anorexia lo pasan muy mal. La presión de estar continuamente en festejos y comiendo hace que los síntomas de anorexia aparezcan». Según recalca, «los que padecen anorexia de base se ven obligados a ingerir y aparecen los métodos purgativos».

De hecho, es frecuente que en las consultas de enero, la familia, que generalmente es quien protege al enfermo, informe al psiquiatra de que «ha pasado un mal mes de diciembre», algo que se asocia a las navidades y al incremento de los festejos relacionados con comidas o cenas en familia, con compañeros o amigos. «Aumenta el nivel de ansiedad y el de retraimiento», explica el especialista como parte de los síntomas de estos pacientes.

También puede aparecer en Navidad un trastorno muy americano, la denominada bulimia del azúcar, personas que desarrollan una apetencia exagerada por consumir dulce, un gusto muy frecuente en las fiestas navideñas. «Socialmente la bulimia del azúcar no resulta peligrosa pero sí para la salud por las patologías físicas que se pueden desarrollar».

En opinión de Ricardo Martínez, lo más adecuado para combatir este tipo de trastornos tiene más que ver con un cambio de hábitos sociales, que hoy por hoy está demasiado arraigados. «En otros países de nuestro entorno esta tendencia ha ido desapareciendo, pero no en España donde sigue vigente la cultura de la sobreingesta. Es un tema de educación social». El especialista aboga porque se espacie este tipo de celebraciones y no se conviertan en festejos «tan comestibles». La cuestión estaría en «no poner tanto énfasis en celebrarlo todo alrededor de una gran comida», ya que las navidades «son un estímulo para las personalidades más frágiles».

Para el psiquiatra, una manera de luchar contra este tipo de trastornos pasa por «educar a la gente en cómo comer», por eso considera tan importantes las campañas de una alimentación saludable tan arraigadas en Soria.

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