Heraldo-Diario de Soria

El riego en el Amogable multiplica por seis la producción del Boletus

Las pruebas en el espacio experimental de la Reserva Micológica elevan hasta los 250 los ejemplares en una parcela regada frente a los 40 de la parcela ‘en secano’

Recolectando hongos en Pinar Grande-HDS

Recolectando hongos en Pinar Grande-HDS

Publicado por
IRENE LLORENTE YOLDI
Soria

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Los ensayos con riego en Pinar Grande que ha llevado a cabo esta temporada micológica el Instituto Europeo de Micología (EMI en sus siglas en inglés) han multiplicado por seis la producción de ‘Boletus edulis’ y por diez las de ‘Lactarius deliciosus’, si bien el director del EMI, Fernando Martínez Peña, señala que este año ha sido una campaña muy baja debido a la sequía que arrastró el campo durante el otoño pasado, de modo que «se hace necesario el estudio de más años para poder obtener resultados más robustos».

La construcción de la Reserva Micológica de El Amogable es la primera con riego automatizado, y ha sido llevada a cabo por la Fundación Patrimonio Natural de Castilla y León, con la cofinanciación de la Obra Social la Caixa, gracias a la cesión de los terrenos por parte del Ayuntamiento de Soria y la Mancomunidad de los 150 pueblos y el apoyo del personal del Servicio Territorial de Medio Ambiente de Soria. Y el diseño experimental y coordinación científica se realiza desde el Instituto Europeo de Micología (EMI) y los inventarios y seguimiento de las producciones de carpóforos se realizan por personal especializado desde www.micocyl.es-Cesefor con financiación de la Junta para el estudio del cambio climático en la producción y diversidad de los hongos. El objetivo es aprovechar la zona demostrativa como recurso para el turismo micológico. Insistió Martínez Peña en que «el estudio, en ningún caso pretende proponer la aplicación del riego en grandes extensiones del bosque, lo que no sería sostenible».

En relación con los resultados preliminares correspondientes al otoño de 2017 Martínez Peña cree que «deben tomarse con mucha prudencia ya que este tipo de estudios requieren series temporales más amplias».

El sitio experimental contiene 16 parcelas de investigación de 30 por cuatro metros cuadrados sometidas a cuatro condiciones de humedad diferentes (dos dosis de riego diferentes, zona de exclusión de lluvia y parcelas testigo donde no se realizan tratamientos). En ellas se monitoriza semanalmente la producción fúngica, la evolución del micelio en el suelo de especies diana como los Migueles (‘Boletus edulis’) y los níscalos (‘Lactarius deliciosus’) y la evolución de la diversidad fúngica utilizando técnicas de secuenciación masiva (metagenómica).

Aunque es el primer año de estudio Martínez Peña sí constató que «se evidencian aumentos de la producción en las áreas regadas, así como que las diferentes condiciones del riego afectan de forma diferente a dicha producción» que las diferentes condiciones de riego (en función de la dosis, frecuencia y fecha) afectaron de forma distinta a la producción general de carpóforos tanto de forma global como en particular para especies diana como ‘Boletus grupo edulis’ y ‘Lactarius grupo deliciosus’. Así, señaló que las parcelas regadas fueron hasta seis veces más productivas para ‘Boletus grupo edulis’ y hasta 10 veces más productivas para ‘Lactarius grupo deliciciosus’.

En cuanto a la experiencia micoturística, el director del EMI señala que «la percepción manifestada por el personal del Aula del Amogable ha sido positiva ya que cumplió el objetivo de poder mostrar carpóforos de especies fúngicas a turistas en un otoño tan seco como fue el de 2017».

Y es que esta Reserva Micológica permite ampliar el periodo de fructificación otoñal, desde principios de septiembre hasta finales de noviembre, con independencia del régimen de precipitaciones. Porque «el estudio, en ningún caso pretende proponer la aplicación del riego en grandes extensiones del bosque, lo que no sería sostenible». Todo lo contrario: «Se trata de aprovechar el sitio experimental como espacio demostrativo para mejorar el conocimiento del recurso por parte de los micoturistas y fomentar las buenas prácticas de recolección y el respeto por el bosque y sus aprovechamientos sostenibles».

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