Heraldo-Diario de Soria

EDUCACIÓN

La alcaldesa de Deza tilda de «electoralista» el anuncio de bajar el ratio de alumnos

Caballero exige a la Junta que el mínimo sea de tres pero sin condicionantes

Publicado por
J.RAMÓN RODRÍGUEZ
Soria

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«Entonces no quisieron, pasé un mal momento y el tiempo me ha dado la razón». De esta manera reaccionó ayer la alcaldesa de Deza, Nuria Caballero, ante el anuncio realizado un día antes por el consejero de Educación, Fernando Rey, en Alcañices, en Zamora, de que la Junta «mantendrá las escuelas del medio rural con tres alumnos bajo ciertas condiciones».

La escuela rural de Deza, en la provincia de Soria, se cerró al inicio del presente curso porque no llegaba al ratio mínimo de cuatro alumnos. En aquel momento, en septiembre de 2017, el pueblo tenía tres alumnos y sufrió las consecuencias de los ratios, si bien la alcaldesa intentó por todos los modos que el Gobierno regional mantuviera abierto el centro, máxime cuando los alumnos iban a tener que continuar su formación en el Colegio Rural Agrupado (CRA) Campos de Gómara, y les obligaba a tener que desplazarse a diario hasta esta localidad que se encuentra a 25 kilómetros de Deza.

Caballero, alcaldesa por el PP, recordó ayer el esfuerzo que realiza un alumno, y su familia, que tiene que desplazarse a diario, con jornada partida hasta Gómara con 4 años de edad. «No se me dio en ningún momento la posibilidad de mantener o reabrir el colegio con tres alumnos, y se me ha hecho mucho daño», lamentó ayer la primera edil de Deza quien confesó que había escuchado el anuncio del consejero con «rabia, porque lo dije en septiembre, que bajaran el ratio de alumnos mínimo, debido a la connotación de la provincia de Soria y el problema de la despoblación».

Caballero recordó que en el mes de septiembre de 2017 envió sendas cartas solicitando que se bajara el ratio mínimo a tres alumnos y poder mantener la escuela rural abierta a la presidenta de las Cortes de Castilla y León, Silvia Clemente, al delegado territorial en Soria, Manuel López Represa, y al director provincial de Educación, Javier Barrio, y hasta hoy no ha recibido ninguna contestación.

«Lo primero, creo, es haber recibido una contestación pero no he recibido ninguna contestación», lamentó Caballero, quien insistió en que «luché por evitar el cierre de la escuela porque estaba en mi obligación, como alcaldesa, de luchar por algo que creía que era justo, y sigo creyendo». «Además, tildaron las declaraciones que hice sobre la falta de apoyo por parte de los representantes políticos de ‘frívolas’, ‘injustas’ y ‘alegres’ porque dije que los políticos no habían trabajado lo suficiente» y, en su opinión, ahora el tiempo le ha dado la razón. «Era una cuestión política, entonces no quisieron, ahora sí, ¿por qué?». La regidora de Deza, con un censo de 240 habitantes, lo tiene claro. «El próximo curso, 2018/ 2019, coincide con las elecciones y así intentan evitar cerrar escuelas porque si no les iría muy mal», afirmó Caballero, quien señaló que al bajar el ratio de alumnos lo que pretenden algunos políticos «es salvarse el culo».

En su opinión, lo que se necesita en territorios como Soria es que hubiera elecciones todos los años porque estima que habría decisiones políticas que tendrían en cuenta la situación de la provincia que, a su juicio, necesita «trabajo y tesón, porque el asa siempre va detrás del caldero», en referencia en que si existe empleo en la zona rural se podrán mantener familias y también tener abiertas las escuelas.

Eso sí, la primera edil de Deza, que desde el verano pasado y hasta que comenzó el curso hizo lo imposible para conseguir que alguna familia con niños se asentara en el pueblo para poder salvar la escuela, pidió al Gobierno regional que se aplicara el ratio mínimo de tres alumnos para mantener las escuelas rurales pero «sin condicionantes». «¿Por qué sí se puede hacer en la Comunidad de Aragón y no se puede hacer en Castilla y León y en Soria?», preguntó Caballero, quien insistió en la peculiaridad, en cuento a la densidad de población, de la provincia de Soria.

Además, la primera edil de Deza mostró sus dudas en que la comunidad escolar pudiera crecer en las zonas rurales debido a la sangría poblacional que sufría e instó a apostar por la creación de empleo en los pueblos para mantener a la población y mantener servicios como el de la Educación. La escuela de Deza fue una de las dos que no pudieron comenzar el curso escolar 2017/2018. La unidad de Matamala de Almazán también se cerró por no alcanzar el ratio mínimo de cuatro alumnos

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